Cube I y Cube II, la ventilación natural como nexo de unión
Joan-Lluís Zamora, Director de AFL
05/07/2021A principios del siglo XXI, la arquitecta Carme Pinós recibía el encargo de construir una torre de oficinas en la ciudad de Guadalajara, México. El proyecto que surgiría sería la torre de oficinas Cube I, que primaba conceptos como la iluminación y ventilación naturales. El éxito de la propuesta hizo que diez años después, la misma propiedad volviera a confiar en la arquitecta para la torre Cube II que, aunque tenía una apariencia arquitectónica totalmente diferente, apostaba por los mismos principios. En ninguno de los dos proyectos , su envolvente respondía al concepto de muro cortina tradicional.
La construcción de la torre Cube I se concluyó en 2005. Su concepción está basada en tres núcleos verticales portantes de hormigón armado y una piel de celosías de madera, que apostaba por sistemas de ventilación y protección solar sin el uso de elementos mecánicos. El propicio clima de la ciudad de Guadalajara favorecía el uso de estas soluciones. De hecho, en el último año, con la crisis sanitaria mundial de la Covid, la ventilación natural en los edificios ha vuelto al primer plano como una de las estrategias aconsejadas en la lucha cuotidiana para evitar los contagios.
Vistos los buenos resultados de estas soluciones, Carme Pinós recibió de nuevo el encargo de construir otra torre en la misma ciudad, en las cercanías de la primera. Sin embargo, el entorno urbano había cambiado y ahora este nuevo edificio, más alto, debía competir con otras torres cercanas. De todas maneras, la diferente apariencia del edificio y de su entorno no fue impedimento para desarrollar una idea continuista en lo que respectaba a favorecer la ventilación natural, una constante en la obra de Carme Pinós.
Torre de Oficinas Cube, Guadalajara (México), 2002-2005
El proyecto de la Torre de Oficinas Cube I nació de la voluntad de crear unas oficinas ventiladas naturalmente e iluminadas todas ellas con luz natural. Dado el buen clima de la ciudad de Guadalajara, se impuso este propósito , incluso, que no fuera imprescindible el uso del aire acondicionado.
El edificio Cube I se desarrolla a partir de tres núcleos verticales de hormigón. Foto: Jordi Bernardó.
En el marco del encargo se partía de un número concreto de metros cuadrados, pero no se había determinado cuál debía ser la altura del edificio. “Nuestra decisión fue proyectar un edificio de altura que se desarrollara a partir de tres núcleos verticales de hormigón que contuvieran todas las instalaciones y la circulación vertical”, explica Carme Pinós.
Planta tipo y sección longitudinal de la torre Cube I.
Los núcleos descritos son como grandes pilares, la única estructura vertical de sujeción de todo el edificio. De ellos salen en voladizo unas grandes jácenas de canto variable según el número de plantas que soportan. Los forjados postesados se sujetan a estas jácenas, todo ello sin ayuda de ningún pilar aislado. Esto permitía desarrollar un parking muy libre y ofrecer módulos de oficina sin ningún obstáculo.
El centro del edificio, es decir, el espacio libre entre los tres núcleos de circulación vertical, es un espacio totalmente abierto que se ilumina lateralmente suprimiendo, alternativamente, tres plantas de los módulos de oficinas y que, a la vez que se convierten en ventanas hacia el espacio central, permite circular con mayor libertad el aire transversalmente.
Una piel exterior de celosía de madera con paneles correderos ejerce de ‘brisoleil’ dejando circular el aire también en sentido vertical, evitando así el calentamiento del vidrio de cerramiento.
Torre de oficinas Cube II, Guadalajara (México), 2009-2014
“Una torre siempre tiene una voluntad de singularidad, y su valor escultórico es su característica más preciada. En el proyecto de la torre Cube II, no quisimos desvincular este valor escultórico de su expresión estructural. Cualquier juego de equilibrios cuyo funcionamiento podamos entender reflejará una tensión que es también armonía”, explica Carme Pinós.
La expresión estuctural de la torre Cube II tiene un gran valor escultórico.
Puesto que el edificio se encontraba muy próximo a dos torres de similar altura, se intentó diferenciarse de ellas inclinándolo hacia la calle principal, “movimiento que constituye la expresión principal del proyecto”, subraya la arquitecta.
Partiendo de un paralelepípedo, dos juegos de pantallas de hormigón forman un ángulo agudo y dividen el edificio en dos triángulos libres de pilares interiores. Estas pantallas son el principal elemento estructural. Una gran jácena inclinada apea los pilares de fachada en planta baja y ayuda a conformar la entrada al edificio. “La geometría de esta jácena da la inclinación que seguirá el ‘brisesoleil’ de la fachada, buscando con ella una imagen de esbeltez. La expresión formal de estos juegos de equilibrio es resultado de inclinar la torre hacia adelante y configurar la fachada con líneas nunca paralelas al suelo”, explica Pinós.
Al encontrarse muy próximo a dos torres de similar altura, se intentó diferenciar el edificio Cube II inclinándolo hacia la calle principal.
Dos proyectos vinculados, dos programas diferentes
Cube I y Cube II son dos proyectos que tienen evidentes puntos en común, que son la ciudad que los acoge, su propiedad y su arquitecta. Sin embargo, la decena de años que separan ambos proyectos hace que los programas de ambas construcciones sean diferentes. “En realidad, los puntos en común entre ambos proyectos fueron los clientes para los que trabajábamos y la arquitecta, ya que el contexto urbano había cambiado totalmente al haber cambiado las ordenanzas en el plazo de tiempo que los separa. Esto permitió que la edificación de Cube II pudiera triplicar los m2 con respecto a Cube I, lo que dio lugar a que las dos construcciones Cube se materializaran con soluciones arquitectónicas diferentes basadas principalmente en el contexto urbanístico que las rodeaba. Esta diferencia se puede ver mejor en el tiempo, puesto que en la torre Cube I trabajábamos en un entorno prácticamente vacío, mientras que durante el planteamiento de la Cube II el contexto ya estaba rodeado por edificios de gran altura”, afirma Carme Pinós.
A pesar de estas diferencias, las torres presentan algunas características arquitectónicas muy similares, “como la búsqueda de la singularidad a partir de ser percibidas como edificios emblemáticos que representan fuertemente a los empresarios que se encuentran detrás de estas construcciones”, indica la arquitecta.
Como se indicaba, la torre Cube II podía tener una mayor altura al triplicar el número de m2 permitidos respecto a su torre antecesora, con lo cual los materiales empleados también fueron distintos.
Los programas de ambos edificios también eran diferentes. En Cube I el concepto del edificio residía en la venta de módulos de oficinas de un tamaño medio o pequeño, mientras que en Cube II se planteaba la posibilidad de que fuera una torre única corporativa. En cualquiera de los dos casos, para sus envolventes exteriores no se recurrió al concepto de muro cortina. “Cube I fue pensada totalmente para aprovechar el buen clima de Guadalajara, aportando una buena ventilación y una protección solar sin necesidad de ayudas tecnológicas artificiales. De alguna manera ya se estaba materializando una torre anti-Covid. La mayor altura de Cube II hizo ya más complicado la apertura de las ventanas , por lo que se optó por pequeñas franjas practicables para resolver el tema de la ventilación. El ‘brisoleil’ fue en este caso de aluminio. Nunca hemos abordado un proyecto sin que exista posibilidad de ventilación natural por más presión que hayamos tenido de hacer muros cortina estancos, y por ese motivo considero que nos adelantamos a la era Covid” asegura Carme Pinós.
Aunque Cube II cuenta con un recorrido más corto en cuanto a su funcionamiento en el tiempo, es un hecho que ambas torres han cumplido con las expectativas planteadas en los respectivos encargos y han aportado enseñanzas para su autora. Carme Pinós reconoce, sin embargo, la importancia relevante que tuvo para su trayectoria profesional la torre Cube I: “Cada proyecto es siempre una lección para uno mismo, pero la construcción de Cube I representa un punto de inflexión en mi carrera, ya que con este proyecto alcancé un mayor reconocimiento profesional, y esto es un tesoro difícil de superar”.
La torre Cube I supuso un punto de inflexión en la carrera de Carme Pinós.
Ficha técnica Cube I
Descripción: Torre de Oficinas Cube I
Localización: Av. Puerta de Hierro, Guadalajara, Zapopan, Jalisco, México
Arquitecto: Carme Pinós Desplat
Cliente/Promotor: Cube Internacional
Sector: Oficinas
Fechas:
- Proyecto Básico: 2002
- Proyecto Ejecutivo: 2003
- Inicio Obra: 2003
- Finalización de obra: Marzo 2005
Superficie:
- Construida: 17.000 m2
- Edificio: 7.000 m2
- Parking: 10.000 m2
Colaboradores:
- Arquitectos colaboradores ECP: Juan Antonio Andreu, Samuel Arriola, Frederic Jordan, César Vergés, Agustín Pérez Torres, Holger Hennefarth y Caroline Lambrechts
- Estructuras: Luis Bozzo
- Constructora: Anteus
Fotografías: Duccio Malagamba, Lourdes Grobet, Hugo Martinez, Estudio Carme Pinós
Premios:
- 2005. Premio ARQCATMON de Arquitectura Catalana por el Mundo
- 2006. Bienal Iberoamericana de arquitectura y urbanismo – finalista
- 2007. XI Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo – 1º Premio
- 2008. XVI Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito – 1ª Mención de Honor
- 2014. MCHAP. Mies Crown Hall America’s Prize – Proyectos Seleccionados
Ficha técnica Cube II
Descripción: Torre ‘Cube II’, Edificio de Oficinas. Royal Country
Localización: Paseo Royal Country, Puerta de Hierro, Guadalajara 45116, Zapopán, Jalisco, México
Cliente/Promotor: Grupo Cube
Arquitecto: Carme Pinós Desplat
Fechas:
- Proyecto Básico: 2009
- Proyecto Ejecutivo: Julio 2010
- Inicio Obra: Diciembre 2009
- Finalización de obra: Junio 2014
Superficie:
- Construida: 33.100 m2
- Edificio: 14.800 m2
- Aparcamiento: 18.300 m2
Certificaciones energéticas: Sostenibilidad:
- Protección solar
- Cristales de baja emisividad
Colaboradores:
- Arquitecto Responsable ECP: Juan Antonio Andreu
- Arquitectos colaboradores ECP:
- Colaboradores en Dirección de Obra: Salvador Macias, Diego Quirarte
- Arquitectos colaboradores: Cristobal Martinez, Holger Hennefarth
- Colaboradores: Daniel Cano, Paula Poveda, Teresa Lluna Andreu, José Carlos Castro Barros
- Estructuras: Luis Bozzo
Constructora: Anteus
Fotografías: Jordi Bernardó
Premios: 2016. Archdaily – TOP