El futuro de las fachadas dinámicas está revestido de cobre
Ligero, moldeable, perdurable y estético. Todos estos adjetivos califican y definen al cobre, un material usado en la antigüedad y que, hoy en día, sigue teniendo todo un futuro prometedor por delante en el ámbito de la arquitectura. La utilización de este material para revestimientos añade además otras ventajas a estas propiedades: prácticamente no tienen necesidad de mantenimiento y su evolución con el paso del tiempo, con su posibilidad de aportar un cambio cromático, contribuye a la integración del edificio dentro del entorno que le rodea.
Las fachadas dinámicas pueden considerarse como una de las grandes tendencias arquitectónicas de finales de esta década y, en esta revolución, el cobre juega un papel importante. De hecho, es el material escogido por los arquitectos que buscan innovar en el diseño de revestimientos funcionales. Así se ha demostrado en la última edición de los Premios Europeos del Cobre en la Arquitectura que otorga el Instituto Europeo del Cobre, donde cuatro de los ocho finalistas habían incorporado fachadas dinámicas a sus diseños.
Luz, calor, color e integración con el entorno
Entre estos cuatro finalistas, se encuentra el proyecto ganador de este prestigioso certamen internacional de arquitectura. Se trata de la Torre Maersk, que destaca en el paisaje urbano de Copenhague, por su silueta estilizada y curvilínea. Este edificio se distingue por sus fachadas animadas con aletas de cobre, que se mueven en respuesta a la exposición solar, con lo cual proporcionan una eficaz protección contra el aumento del calor y optimizan el consumo de energía necesario para la climatización de los espacios interiores.
Hydropolis es un centro de interpretación del agua —el único dedicado en exclusiva a este tema en Polonia—, con un nuevo pabellón revestido de cobre, que incluye paneles perforados en la fachada principal. Con el paso del tiempo, el cobre evolucionará hacia un color similar al ladrillo de los edificios colindantes. La luz solar que penetra a través de las aberturas de las superficies perforadas de cobre, crea juegos de luces y reflejos, que intensifican la sensación de espacio en el hall de entrada. Este proyecto ha recibido el Premio del Público en la última edición de los Premios Europeos del Cobre en la Arquitectura.
Por su parte, el Escenario de la Plaza Mayor de Trondheim en Noruega —finalista en estos Premios—, con una piel exterior de cobre perforado y patinado, una pantalla intermedia de cobre natural y una superficie reflectante interior, va cambiando de color a lo largo del día (ayudado por una iluminación LED al anochecer). Estos cambios de color son los que marcan la integración total con el entorno urbano, con una apariencia natural y discreta durante el día y con una iluminación eficiente por la noche.
Otro finalista de los Premios del Cobre en la Arquitectura que ha sabido sacar provecho del uso del cobre en las fachadas móviles ha sido la renovación de un antiguo granero en Italia, donde se han construido seis viviendas. El toque de modernidad a esta remodelación lo aporta su fachada dinámica, con contraventanas de cobre que se abren mecánicamente, contribuyendo a proteger los interiores de la lluvia y el sol. De esta forma, se eliminan elementos constructivos habituales —como canalones, bajantes, molduras de las ventanas— reduciendo en gran medida el mantenimiento de la envoltura del edificio.
Estas cuatro edificaciones funcionales e integradas con su entorno, son el claro ejemplo del importante papel que van a tener las fachadas dinámicas con cobre y aleaciones de cobre, dentro de las ciudades inteligentes del futuro. Unas ciudades que ya se están diseñando y construyendo.