Cómo WLD supera a la competencia ofreciendo los seis polvos para SLS de Formlabs

“Yo creo que la impresión 3D es el futuro”, afirma Albert Martí, propietario de WLD, una empresa de servicios y fabricante por contrato de los alrededores de Barcelona. El padre de Martí fue propietario de una empresa de fabricación de maquinaria durante décadas y, aunque ahora trabaja con clientes parecidos a los de su padre, ha hecho crecer su negocio invirtiendo en fabricación aditiva, en vez de sustractiva. Actualmente, WLD ofrece servicios que abarcan desde el diseño y los prototipos tempranos hasta la producción de miles de piezas de uso final. Para que varios proyectos funcionen a la vez sin problemas, mantener una buena calidad en los resultados y cumplir con plazos ajustados, WLD confía en las tecnologías de estereolitografía (SLA) y sinterizado selectivo por láser (SLS). WLD aprovecha la velocidad y el acabado de la superficie de las impresiones que ofrece la Form 4, el gran tamaño que proporciona la Form 3L y la capacidad de alto volumen y la libertad geométrica de seis impresoras 3D Fuse 1+ 30W.

Al crear un parque de impresoras de la serie Fuse que destaca por su agilidad, WLD se ha distinguido de la competencia: pueden ofrecer los seis polvos para SLS de Formlabs, mientras que la competencia solo puede ofrecer un material de nylon tradicional. “Las impresoras 3D de Formlabs pueden hacer muchas cosas, y es una buena empresa con la que trabajar”, dice Martí. Junto con Sicnova, un socio de Formlabs, Martí ha creado un negocio que destaca respecto a su competencia. WLD ha sido capaz de escalar continuamente incorporando nuevas tecnologías en sus propias instalaciones y expandiendo la gama de materiales a la que pueden acceder sus clientes.

En 2021, Martí trabajaba como contratista privado para fabricantes industriales, ayudándolos con tareas de CAD y programación de equipamiento. Cuando compró una Form 3L, empezó a utilizar piezas impresas en 3D mediante SLA en pequeños proyectos para clientes, y el negocio creció a partir de ahí. “Mi relación con mis clientes después de mostrarles los prototipos de la Form 3L era muy buena y no tardé en darme cuenta de que había una gran oportunidad de crecimiento en esta parte del mercado”, dice Martí.

Su fe en la demanda del mercado estaba respaldada por el panorama competitivo de aquel momento: todas las empresas de servicios de España estaban utilizando impresoras MJF de HP y producían cantidades constantes de piezas de nylon para sus clientes. Martí sabía que para mantener su negocio ágil, receptivo y competitivo frente a una competencia tan arraigada, necesitaba ofrecer algo más.

WLD compró su primera impresora Fuse 1+ 30W y la Fuse Sift para el Nylon 12 Powder y empezó inmediatamente a ocuparse de pedidos.

“Nuestras primeras impresiones en la Fuse fueron muy bien y estuvieron a la altura de las expectativas. Recibí mucho apoyo de Sicnova desde el principio, y eso nos lo puso fácil para producir la primera ronda de pedidos. Aunque llevó un tiempo consolidar una base de clientes más grande, me di cuenta de que después de imprimir piezas SLS para ellos, los clientes siempre volvían a por más, algo que consideré una buena señal”, apunta Albert Martí, propietario de WLD.

Gracias a que WLD había establecido relaciones con empresas de plantillas para calzado y de fabricación de maquinaria, el mercado de piezas SLS de uso final ya estaba a su alcance. Martí por fin pudo encargarse de pedidos de piezas de recambio para maquinaria y plantillas ortopédicas personalizadas con la impresión 3D SLS.

Con un éxito tan inmediato, Martí pudo empezar a expandir su negocio. Compró una segunda impresora Fuse 1+ 30W para poder mantener el ritmo de los pedidos de Nylon 12 Powder que llegaban y después añadió cuatro impresoras más, con el fin de poder ofrecer todos los polvos de impresión SLS de Formlabs. “Esta es la mayor ventaja de la serie Fuse, que puedo diferenciarme de los competidores que solo ofrecen polvos de poliamida 12”, dice Martí.

Para gestionar eficazmente un parque de seis impresoras SLS y dos impresoras SLA, Martí se vale de las funciones de preparación de impresiones y gestión de las colas de impresión que ofrecen PreForm y Dashboard, y utiliza también las máquinas de posacabado para SLS Fuse Sift y Fuse Blast. Poder acceder a todo el ecosistema, desde el software hasta el posacabado, fue una de las características de proceso de trabajo de Formlabs que resultaron atractivas para Martí. “Otra gran ventaja es que las máquinas Fuse son fáciles de usar; la interfaz y el software PreForm son sencillos. Actualizan el programa constantemente para mejorar el rendimiento de las impresoras”, afirma Martí.

Martí ha asignado dos impresoras de la serie Fuse al Nylon 12 Powder para poder cumplir el mayor número de pedidos que recibe para ese material. Las cuatro impresoras SLS restantes están asignadas al Nylon 12 GF Powder (un material popular para aplicaciones automovilísticas), el TPU 90A Powder y el Polypropylene Powder, con una de ellas alternando entre el Nylon 11 Powder y el Nylon 11 CF Powder.

Las impresoras están en continuo funcionamiento y junto con Martí, dos técnicos retiran las cámaras de impresión cada mañana, pasan las impresiones por la Fuse Sift si son de Nylon 12 Powder o por el Fuse Depowdering Kit si son de otros materiales, insertan cámaras nuevas para iniciar la impresión del día siguiente y pasan piezas de todos los tipos de polvo por la Fuse Blast. El Fuse Depowdering Kit ha permitido a Martí añadir nuevos materiales (y por lo tanto, nuevas fuentes de beneficios) por solo 30.000 €. Añadir otro material con una impresora industrial de gran formato como una HP costaría más de 200.000 €.

Para que la producción no se vea ralentizada por ningún problema, Martí colabora con el equipo de asistencia de Formlabs y Sicnova. “Por si fuera poco, su asistencia también es rápida. Si hay algo que vaya mal, responden con mucha rapidez, lo que es muy tranquilizador. Sé que recibiré ayuda muy rápidamente, lo que me da confianza”, dice Martí.

Martí recibe pedidos diversos de sus clientes. Algunas empresas necesitan una sola unidad de un prototipo rápido. Otras tienen pedidos regulares de 1.000 piezas cada mes. Un proyecto de una rueda para un sistema robótico de limpieza de paneles solares que Martí ha diseñado con un sistema de radios hechos mediante SLS y una cubierta de poliuretano requiere 500 unidades al mes de producción con el Nylon 12 Powder.

Para producir un volumen tan grande, Martí compra entre 100 y 150 kilos de polvos de impresión SLS al mes. Los niveles de descuento por compras de polvo a granel que Formlabs ofrece a los clientes de producción y las herramientas del ecosistema, como la Fuse Blast, lo ayudan a reducir el coste por pieza. “El ecosistema Fuse tiene un precio razonable para los fabricantes pequeños y medianos y da resultados muy buenos”, dice Martí.

Añadir la Fuse Blast ha permitido a WLD mantener sus costes de mano de obra bajos incluso al escalar el volumen de impresiones para satisfacer la creciente demanda. A medida que Martí comenzó a recibir más pedidos, se dio cuenta de que cada día un técnico se dedicaba por completo a limpiar piezas impresas y retirar polvo manualmente en la Fuse Sift o con los Fuse Depowdering Kit. Cuando se lanzó al mercado la Fuse Blast, no dudó en aprovechar la oportunidad de automatizar esa parte del trabajo. La Fuse Blast supuso una mejora inmediata de la capacidad de WLD de ocuparse de más pedidos y aceptar proyectos de mayor envergadura.

“La Fuse Blast nos ha ayudado mucho. Es como tener a otra persona más haciendo 8 horas de granallado manual y es más barato que pagarle a una persona real para que lo haga. Nuestra inversión se amortizó en tres meses”, explica Albert Martí, propietario de WLD.

Como demuestra Martí con el abanico de proyectos, sectores y materiales con los que trabaja, el ecosistema Fuse es el sistema de impresión 3D más ágil que existe. La impresión 3D SLS con la serie Fuse reduce los costes y ofrece productos de alta calidad, desde prototipos únicos hasta la producción en serie de miles de piezas de uso final cada mes.