I+D, R&D, F&E, cuestión de terminología

Somos diferentes y lo seguiremos siendo. Sólo 22 empresas españolas están en el ranking europeo de las 1.000 compañías que más invierten en investigación y desarrollo, una lista que está copada por sociedades británicas (327), alemanas (167), francesas (112), suecas (81) y finlandesas (70). No obstante, la inversión en I+D de las compañías españolas aumentó en 2005 un 11,7 por ciento, el doble que la media de la UE, hasta alcanzar los 1.178 millones de euros. Es una humilde opinión, pero estas cifras son engañosas. Es decir, hay lugares donde se invierte mucho, de acuerdo, pero los resultados son escasamente saludables. Así por ejemplo, sorprendió la noticia en esta redacción del Quijote devorado. Efectivamente, una copia de la obra de Cervantes hecha con harina de trigo y escrita con tinta de calamar, fue devorada por los asistentes a una fiesta en Pekín. Alguien dedicó un dinero a investigar en el Quijote comestible y eso contó en la cifra de inversión dedicada a I+D. Pero hay muchos más ejemplos de como sumar en el tema del I+D, por ejemplo haciendo armas que maten más y mejor, pero con resultados de dudosa rentabilidad para el bienestar humano, que es a lo que vamos. Otro ejemplo: alguien ha dedicado tiempo y dinero a un nuevo plástico a base de soja para los comederos de los cerdos. Antes que nada atentos, la noticia dice comederos, no comedores. Es decir, no es un invento destinado a los muchos comedores de cerdos que habitamos en la bola del mundo. Y ahora la noticia: un nuevo bioplástico, a base de aceite de soja y fibra de vidrio, ha sido desarrollado en la Universidad de Iowa, con el objeto de destinarlo a la fabricación de comederos de cerdos. El director del proyecto piensa que estos bioplásticos tienen un gran futuro en aplicaciones comerciales, debido a sus excelentes propiedades mecánicas y térmicas, y a su buena capacidad a volver a su forma original, cuando se calienta. Y nosotros no lo dudamos. De nuevo, el tema tiene un profundo interés, pero... en fin, que dedicar tanto esfuerzo a un comedero de cerdo, cuando es sabido que los cerdos son muy cerdos y comen de cualquier sitio, pues tal vez no valga la pena. Pero ahí están, sumando en la cifra de I+D, R&D, F&E. Por cierto, también somos diferentes en esto. Mientras en inglés y alemán unen con un &, nosotros con un +. Sumando, siempre sumando. Pero si sumamos tanto en lo intangible y menos en lo cuantificable, es porque nuestras investigaciones son más de andar por casa. ¿O alguien cree que el tiempo y dinero invertido en lograr la sangría, ese invento que tantas excelentes veladas ha proporcionado a locales y turistas, figura en algún lado? No, aquí vamos haciendo, inventamos muchas cosas, pero, simplemente, no llamamos I+D a lo que otros sí. Pero el arrojo, la imaginación, la flexibilidad y el arte de los “truquitos” no nos son ajenos, como no lo es la inversión en seguir mejorando. Es cuestión de terminología.