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Protegerse del sol y del fraude: los protectores solares, nuevo objetivo de los falsificadores de cosméticos
Redacción Belleza Pro23/07/2024
En los últimos tiempos, el fraude de productos cosméticos ha crecido con fuerza, y los defraudadores, alentados por el aumento del consumo de protectores solares, que han sido un 20 % más en 2023 que en 2022, han encontrado un nuevo objetivo.
Es importante tener en cuenta que la Guardia Civil, en una operación conjunta con Europol, incautó cerca de 9,5 millones de productos cosméticos que vulneraban derechos de propiedad industrial, así como 120 cuentas en redes sociales y más de 4,000 páginas web que vendían y anunciaban productos cosméticos falsificados.
Ante esta nueva situación, la sociedad no solo debe concienciarse sobre la importancia de adquirir buenos hábitos frente al sol y de usar un protector solar adecuado, sino también sobre la importancia de asegurarse de que el producto empleado cumple con los requisitos recomendados y no se trata de una falsificación. Compañías antifraude, como SICPA, disponen de soluciones de seguridad que protegen los productos de cosmética y sus embalajes, y que protegen tanto a las marcas como a los consumidores.
La falsificación de productos cosméticos y de alta perfumería siempre ha estado entre las más comunes y las más incautadas, junto a relojes, calzado deportivo, prendas de vestir, artículos de guarnicionería y productos electrónicos. Sin embargo, en los últimos tiempos, el fraude ha aumentado en el sector, haciendo crecer considerablemente sus cifras negativas.
Según datos proporcionados por el sector, el consumo de fotoprotectores aumentó un 20 % en 2023 con respecto a las cifras alcanzadas en 2022. Este incremento se debe, en gran medida, al aumento de la concienciación social sobre la necesidad de protegerse de las radiaciones solares para mantener la salud de la piel en perfecto estado y reducir la incidencia y mortalidad de sus afecciones más graves, como el melanoma. Este nuevo interés, la proliferación de productos con precios cada vez más altos y el correspondiente aumento del consumo han hecho que los falsificadores hayan dirigido su atención a este producto cosmético, ya que puede reportarles importantes beneficios.
Cabe la posibilidad de que, aunque se haya despertado la conciencia ante los peligros del sol y se hayan puesto en marcha todo tipo de medidas y buenos hábitos, la crema solar esté saboteando todo el plan porque se trate de un producto falsificado.
Además, con el aumento de las ventas del comercio electrónico, las oportunidades de falsificación han aumentado proporcionalmente. Según datos recientes de Statista, el portal alemán de estadísticas en línea, las ventas del comercio electrónico representarán el 8,6 % de todas las ventas de cosméticos en 2024. Sin embargo, son las redes sociales las que juegan un papel más importante en este cambio de hábitos a la hora de comprar estos productos, gracias a los influencers y sus consejos y tutoriales de maquillaje, que han reemplazado la visita a tiendas físicas como medio para obtener asesoramiento personal.
En la última Operación Aphrodite, coordinada por Europol, con la participación de la Guardia Civil y dirigida a combatir la venta ilegal de productos cosméticos y del cuidado personal falsificados a través de redes sociales, se incautaron cerca de 9,5 millones de productos cosméticos que vulneraban los derechos de propiedad industrial, muchos de ellos, fotoprotectores. Además de identificar y cerrar cuentas y perfiles dedicados a la venta de productos fraudulentos en plataformas y redes sociales, en esta operación, fueron detectadas más de 120 cuentas en redes sociales y más de 4,000 páginas web que vendían y anunciaban productos cosméticos falsificados.
Por todo ello, la sociedad debe concienciarse sobre la importancia de adquirir buenos hábitos frente al sol y de usar un protector solar adecuado, pero también sobre la importancia de asegurarse de que el producto empleado cumple con los requisitos recomendados y no se trata de una falsificación.
Situación en España
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha advertido de posibles incumplimientos que pueden aparecer en el etiquetado de los productos y que pueden ser peligrosos para la salud del consumidor. Recordemos que en la Unión Europea los fotoprotectores deben cumplir con una serie de garantías sanitarias, pero no están sometidos a un procedimiento de autorización previa por parte de las autoridades para su introducción en el mercado. Por lo tanto, la empresa debe ser responsable del producto, asegurándose de que es seguro, eficaz y que cumple con todos los requisitos exigidos, lo que la convierte en la parte más interesada en protegerse frente a estas nuevas falsificaciones.
En España, la AEMPS tiene el papel de supervisar el cumplimiento de la legislación a través del control del mercado (fabricación, distribución y comercio). Para ello, puede solicitar a las empresas implicadas que proporcionen ensayos que sustenten los valores del FPS y FP-UVA del etiquetado, mediante métodos oficiales. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, incluyendo la Guardia Civil, colaboran con la AEMPS a través de inspecciones en comercios o puntos de venta donde puedan venderse productos que no cumplen con los estándares exigidos por la legislación. En colaboración con la inspección de consumo, la Guardia Civil lleva a cabo este tipo de actuaciones con un fin preventivo, pero también reactivo, cuando se ha tenido conocimiento previo del comercio con productos falsificados.
Soluciones de SICPA
Ante esta situación, SICPA lleva años implementando soluciones de seguridad antifraude que protegen los productos de cosmética y sus embalajes, y que defienden tanto a las marcas como a los consumidores. Además, la multinacional suiza experta en seguridad material y digital dispone de herramientas para combatir los tres problemas a los que se enfrenta esta industria: falsificación (la copia de un producto o su envasado que se simula como original), alteración (variación de un producto) y fisuras en la cadena de suministro (el problema de los mercados negros y los mercados paralelos). La estrategia de SICPA identifica los objetivos de la empresa para proteger sus productos y valora el nivel de amenaza. De esta manera, podrá saber qué tecnología o solución de seguridad es más adecuada implementar.
Esas soluciones van desde la autentificación visible hasta la invisible, de la seguridad material a la digital o la serialización del producto para determinar su origen o procedencia. Para acabar con las falsificaciones en el mercado, aumentar la visibilidad de los canales de distribución y evitar la reutilización de envases auténticos, rellenados y devueltos a los mercados secundarios, SICPA dispone de etiquetas de seguridad equipadas con medidas de seguridad visibles (SICPAOASIS, Intaglio – SICPAOASIS y QUAZAR), invisibles (SICPAGUARD), un código QR dinámico y seguro (REVEO, accesible desde el móvil), tinta raspable, etc.
Las soluciones de seguridad visibles están diseñadas para que el cliente final o la propia marca puedan identificar su producto lícito a simple vista, por ejemplo mediante la introducción en sus sellos y precintas de las tintas de seguridad SICPA. Las soluciones invisibles requieren de un dispositivo adicional de inspección que está a disposición de las marcas y que es confidencial y utilizado por los actores de la cadena de distribución y las autoridades sanitarias y policiales.
SICPA también protege la integridad del embalaje de los productos cosméticos. Mediante determinadas características o sellos de calidad, son capaces de determinar si un embalaje aparentemente lícito ha sido manipulado para alterar el interior del producto e introducir una falsificación en su lugar o si se trata de un producto que ha circulado por los mercados paralelos.
Por su parte, la serialización controla el origen del producto, profundizando en un mayor nivel de seguridad con la identificación y la gestión de los datos, dando un DNI único a cada uno de los productos serializados.
Con esta estrategia 360.º, SICPA garantiza las mejores soluciones de seguridad frente a todas las amenazas de fraude y falsificación que actualmente sufre el sector cosmético y, cada vez con más fuerza, los protectores solares.