Manos, cuellos y gafas: tres aspectos a cuidar
Para lucir un aspecto saludable debemos tratar de atender todos los detalles, y es cierto que las manos, el cuello y las gafas dicen mucho más de nosotros de lo que podemos pensar. No es necesario angustiarse ni vivir sometido al cuidado personal, pero sí prestar atención a la higiene y conservación de nuestras manos, también, si son necesarias, elegir con criterio unas gafas acordes a la forma de nuestra cara y vigilar con esmero el tipo de cuello que escogemos para cada ocasión y el corte de pelo que mejor se adecúa a nuestra indumentaria habitual.
Las manos son una de nuestras principales cartas de presentación, y unas manos descuidadas perjudican nuestra imagen por muy buena que sea y sin embargo, si las cuidamos darán una perfecta impresión de la persona. Después del rostro son la parte del cuerpo más expresiva, de ahí que sea importante atenderlas y mimarlas. Esos cuidados pasan por llevar unas uñas arregladas y la piel bien hidratada y protegida de los rayos solares, para evitar la aparición de manchas. Descuidar esto es sinónimo de envejecimiento y dejadez. Son una parte del cuerpo con la que transmitimos mucho y hacemos más. Acariciar, coger, dar, palpar, agarrar y apartar; ¿acaso no ejecutamos la mayoría de estos movimientos repetidas veces al cabo del día?
En cuanto a las gafas son un complemento que dota de mayor personalidad a quienes lo usan y pueden aportar mucha expresividad a la mirada si nos enmarcan bien los ojos. Una mala elección de la montura puede ser un handicap y reflejar en el rostro de la persona un cierto tono de persona mayor. Para evitarlo hay que atender a los colores de las monturas. Las gafas de colores, doradas o plateadas dan luminosidad al rosto. En los últimos años también se han puesto de moda las gafas oscuras que pueden crear un aire sobrio o por el contrario enmarcar muy bien los ojos como si llevaran eye-liner a su alrededor. A la hora de utilizar unas gafas oscuras hay que tener cuidado con el peinado al que se recurre, especialmente si hablamos de personas con el pelo negro. En estos casos se ha de despejar mucho el rostro. Cuando nos referimos a personas con el pelo gris, estas gafas dan una imagen muy vital, como la que lucía Cary Grant o Aristoteles Onassis.
Por último, mi experiencia a pie de sillón me ha demostrado la importancia del cabello en relación a las camisas, jerséis, polos y americanas. El cabello enmarca las tres cuartas partes del rostro y son precisamente esas piezas de ropa las que completan el contorneo del busto realzando el físico y el psíquico de la persona. Un corte de pelo siempre debe ir acorde con el cuello del cliente. El cabello un poco más largo siempre quedará bien aposentado y realzará la espalda de la persona si sobrepasa el cuello de la camisa y, al contrario, si el cabello es más corto quedará dentro del cuello resultando molesto y dando la impresión de despeinado. El color de la prenda despierta diferentes sensaciones: el rojo se asocia a energía y fuerza; el azul neutraliza las inquietudes del ánimo, el gris es el preferido de quienes no quieren llamar la atención y el negro puede dar sensación de severidad o sofisticación. Armonizar todos estos factores complementan la figura del hombre. Es cuestión de fijarse un poco y estar actualizados.