Contorno de ojos: zona cero
por Magda Simó
Con el objetivo de evitar que las agresiones externas y su propia fragilidad hagan mella sobre esta expresiva parte del rostro, hay que poner en marcha un plan de ataque: nunca es demasiado pronto para comenzar a mimarla.
Todos sabemos lo delatora que puede ser la zona de los ojos: unas bolsas edematizadas que evidencian una noche en vela, unas ojeras violáceas o una esclerótica plagada de capilares rojos. Sin duda, los ojos son la zona más expresiva del rostro, y en ellos se manifiestan síntomas de muchas enfermedades o simplemente, de una vida no del todo sana. También son la zona donde antes se hace patente el envejecimiento de la piel, por las propias características de fragilidad del área del contorno de ojos, de manera que suelen ser los primeros damnificados del paso del tiempo, y también los primeros en recibir cuidados cosméticos.
La alta sensibilidad de esta zona viene ligada a su escasa protección natural, porque la piel del contorno de ojos es la más fina del rostro, con apenas medio milímetro de grosor, y además cuenta con muy pocas glándulas sebáceas, menor proporción de colágeno y una vascularización muy débil. Por si esto fuera poco, está sometida a un continuo movimiento con los aproximadamente 10.000 parpadeos diarios y además se expone a las agresiones del sol, el frío, la sequedad del ambiente y la polución. Si a todo esto le añadimos las toxinas que proceden del consumo del tabaco y alcohol, es evidente por qué es la primera área del cuerpo en delatar el envejecimiento.
El descanso adecuado es el primer paso para una mirada limpia y relajada, acompañado de unos hábitos saludables de alimentación y de la hidratación correcta, bebiendo unos dos litros de agua al día. Es fundamental proteger la zona de las radiaciones solares y también mimarla, evitándole las exfoliaciones o los productos agresivos, las fricciones con el desmaquillado o los movimientos bruscos al aplicar cosméticos. Los problemas más comunes del contorno de ojos son las ojeras, las bolsas y las arrugas prematuras. En el caso de las ojeras, aparecen cuando la microcirculación no funciona adecuadamente y se acumula la sangre bajo la piel, transparentando bajo la piel en forma de medias lunas violáceas, sobre todo después de una mala noche o en épocas de estrés, lo que puede paliarse con tratamientos de drenaje linfático. A menudo también se deben a pigmentaciones irregulares de la piel, que pueden tratarse con láser si son muy evidentes. Las bolsas y el edema en la zona del contorno de ojos se producen por retención de líquidos y pequeñas acumulaciones adiposas, y frecuentemente tienen mucha incidencia los factores hereditario y hormonal. Son útiles para reducirlas los tratamientos descongestionantes, el drenaje linfático y evitar el exceso de sal en la alimentación, aunque a menudo son un enemigo complicado. Por último, las arrugas prematuras, también conocidas como patas de gallo, son seguramente el problema estético que más angustia en lo referente al contorno de ojos, porque la extrema movilidad y fragilidad de la zona hace que se marquen las líneas de expresión mucho antes que en el resto del rostro, avejentando la expresión. Ante esto, lo principal es tratar la zona con productos específicos que nutran intensamente y la protejan de las agresiones, además de aportarle el manto hidrolipídico del que carece de manera natural, porque en una piel correctamente hidratada las arrugas tardan más en fijarse. En cambio, sobre un cutis desvitalizado y con carencias hídridcas, la piel no resulta tan elástica y al estirarse y contraerse se marcan los pliegues con mucha facilidad.
Es importante concienciar a los clientes que para cuidar la piel del contorno de ojos no basta con extender hasta los párpados la crema facial, sino que son imprescindibles fórmulas específicas, respetuosas con la frágil zona y que además aporten un efecto tensor y descongestionante con texturas ligeras. Por otro lado, los tratamientos especializados en cabina son un excelente reclamo por sus resultados rápidos y visibles, de modo que la esteticista puede potenciarlos para asegurar la fidelidad de la clientela y diversificar su oferta. Por ejemplo, proponer un pack de dos sesiones en cabina (que incluyan maniobras de drenaje linfático y masaje con efecto reafirmante además de un producto intensivo para nutrir y descongestionar) más el producto de aplicación diaria puede resultar un excelente modo de iniciar al cliente en el cuidado del contorno de ojos. En cualquier caso, la constancia y el mimo son las claves para conseguir resultados y mantener la juventud y la tersura en la mirada.
Foto: Sara Iglesias