Según el informe ‘Renovables 2023’ de la Agencia Internacional de la Energía
“Los biocombustibles serán clave para reducir la demanda de petróleo”
La transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente ha llevado a una creciente atención sobre los biocombustibles, con un papel especialmente relevante para la descarbonización de sectores como el transporte por carretera, la aviación o el tráfico marítimo. Por ello, el último informe ‘Renovables 2023’ de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) analiza en uno de sus capítulos el desarrollo de los combustibles ecológicos entre 2023 y 2028.
Según el documento publicado el pasado 11 de enero por la AIE, se espera que para 2028, la demanda global de biocombustibles aumente un 23% hasta los 200.000 millones de litros, impulsada especialmente por el transporte por carretera. Así, durante el periodo analizado, la demanda de estos combustibles se expandirá en 38.000 millones de litros, lo que representa un aumento cercano al 30%, en comparación con los últimos cinco años.
La mayor parte de esta nueva demanda proviene de las economías emergentes “especialmente de Brasil, Indonesia e India”, de acuerdo con el informe. “Los tres países cuentan con políticas sólidas de biocombustibles, un aumento en los pronósticos de la demanda de combustible para el transporte y un abundante potencial de materias primas para combustibles renovables”, asevera el reporte.
Por otra parte, también se espera que las economías avanzadas, incluyendo la Unión Europea, los Estados Unidos, Canadá y Japón, fortalezcan sus políticas vinculadas a la reducción de emisiones a través de los biocombustibles en el transporte. Aunque, en estos casos, el crecimiento del volumen está limitado por factores como la creciente adopción de vehículos eléctricos, mejoras en la eficiencia de los vehículos convencionales, mayores costos y limitaciones técnicas. Pese a ello, “el diésel renovable y el combustible de aviación biológico son los segmentos de crecimiento primario en estas regiones”, señala el documento.
Este crecimiento sin precedentes está intrínsecamente ligado a la necesidad urgente de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y abordar el cambio climático. “Los vehículos eléctricos (VE) y los biocombustibles están demostrando ser una combinación poderosa para reducir la demanda de petróleo. A nivel mundial, se pronostica que los biocombustibles y la electricidad renovable utilizada en los VE compensarán cuatro millones de barriles de equivalente de petróleo por día para 2028, lo que representa más del siete por ciento de la demanda prevista de petróleo para el transporte. Los biocombustibles siguen siendo la vía dominante para evitar la demanda de petróleo en los segmentos de diésel y combustible de aviación. Los VE superan a los biocombustibles en el segmento de gasolina, especialmente en los Estados Unidos, Europa y China”, según indica el texto.
El consumo de diésel renovable y combustible de aviación biológico se expandirá en 18.000 millones de litros durante el período pronosticado, siendo Estados Unidos y Europa responsables de casi el 80% de este aumento. De este modo, estas dos regiones (EE. UU y la UE) continuarán siendo muy relevantes con más de un tercio de la demanda mundial de biodiesel en 2028. Adicionalmente, la agencia asegura que, “en gran parte del resto del mundo, los biocombustibles siguen siendo la principal opción de descarbonización, y representarán cerca del 90% de la demanda de petróleo evitada en 2028”.
Tendencias globales de los biocombustibles
El informe de la AIE desglosa las tendencias globales, proporcionando un análisis detallado de la adopción de biocombustibles en diversas regiones. “En Estados Unidos, Europa e India, la expansión de la oferta depende en parte de fortalecer políticas existentes, promover mezclas de alto contenido de etanol y diversificar suministros de materias primas. En el escenario acelerado, la Unión Europea apunta a un objetivo de transporte ambicioso, del 32% para 2030, frente al 29% en el escenario principal. Dado que se espera que la mayor parte del nuevo crecimiento provenga de cultivos no alimentarios, se necesitarán nuevos suministros de materias primas y tecnologías de procesamiento”, advierte el último reporte de la AIE.
Pese a esta expansión sin precedentes, más del 80% de la demanda de biocombustibles prevista para el próximo lustro se concentrará en solo cuatro mercados: Estados Unidos, Brasil, Europa e Indonesia, que "tan solo representan la mitad de la demanda global de combustible para el transporte", de acuerdo con los datos del documento.
Perspectiva de costes
La Agencia Internacional de Energía arroja luz sobre las complejidades en la producción de biocombustibles, destacando los costos como una de las cuestiones clave para la implantación exitosa de estos "carburantes verdes". Además, la entidad prevé que “los costos de los combustibles mezclados con biodiésel aumenten debido a mayores niveles de mezcla y al alza en los precios de materias primas, especialmente en Estados Unidos e Indonesia. En contraste, los costos de los combustibles mezclados con etanol se espera se mantengan estables o disminuyan en algunas regiones, gracias a la estabilidad o incluso disminución de precios en materias primas clave como caña de azúcar y maíz”.
La AIE subraya la naturaleza "indicativa" de estas estimaciones, basadas en tendencias macroeconómicas como el crecimiento poblacional, patrones dietéticos y mejoras en rendimiento agrícola. "La variabilidad de los precios de productos agrícolas, el componente principal de los costos de producción de biocombustibles, agrega otra capa de complejidad a estas proyecciones", aclaran.
Para la agencia, las políticas de etanol en Brasil ejemplifican una estrategia efectiva, donde a pesar de un aumento del 10% en la tasa de mezcla, la diferencia de costo con la gasolina pura disminuye. “Este fenómeno se atribuye a condiciones específicas del mercado, como la proximidad de los precios del azúcar y maíz a los niveles máximos en 2023 debido a interrupciones climáticas y tensiones de suministro geopolíticas”, explica la AIE. En otras regiones, como Europa, Estados Unidos e India, se anticipan aumentos “modestos”.
En el contexto de un crecimiento esperado en el consumo de biodiésel, especialmente en Estados Unidos, la AIE advierte sobre la presión al alza en los precios de materias primas como aceite de soja y palma, atribuida a la creciente demanda global y diferentes limitaciones en la producción. Además, desde la agencia explicaron que "el crecimiento acelerado en el consumo de diésel renovable, más caro en Estados Unidos y Europa, también contribuirá a unos mayores costos".
De acuerdo con el informe de la Agencia Internacional de la energía, “casi el 75% de la nueva demanda de biocombustibles durante el período proyectado se satisface mediante cultivos convencionales, especialmente caña de azúcar en Brasil y aceites vegetales en Estados Unidos. Además, se espera que la proporción de aceites vegetales utilizados en la producción de biocombustibles aumente del 19% en 2022 al 24% en 2028, ejerciendo presión sobre los suministros globales”.
Frente a estos desafíos, la AIE sugiere diversas estrategias para mitigar los aumentos de precios en la producción de biocombustibles. “La expansión y diversificación del suministro de materias primas mediante mejoras en la productividad agrícola y nuevas tecnologías de procesamiento emergen como una opción viable. Además, la reducción de la intensidad de carbono de los combustibles puede contribuir a un uso más eficiente de las materias primas”, señala el informe ‘Renovables 2023’.
Efectos económicos de la transición hacia biocombustibles
El aspecto económico es un punto esencial para una transición exitosa hacia el uso mayoritario de biocombustibles. Como hemos visto, "estos combustibles tienden a mostrar costos adicionales en comparación con los de origen fósil, por lo que las subvenciones y los créditos fiscales desempeñarán un papel crucial", indica la AIE.
Por lo general, los biocombustibles presentan precios superiores en comparación con los combustibles fósiles con los que se fusionan. No obstante, el impacto en los precios de los combustibles se mantiene relativamente modesto, "situándose en un rango de uno a cuatro centavos de dólar estadounidense por litro-equivalente de combustible mezclado (bajo una base de equivalencia energética) en los últimos trece años en Estados Unidos, Brasil, Europa, Indonesia e India", de acuerdo con los datos de la AIE. Este incremento ha supuesto un aumento del dos al siete por ciento en los precios de la gasolina y el diésel antes de impuestos, según afirman desde la Agencia Internacional de la Energía.
Los gobiernos disponen de diversas herramientas/mecanismos para cubrir estas brechas de costos en los biocombustibles. Aunque, desde la AIE advierten que “variables como los costos de las materias primas y las fluctuaciones en los precios del petróleo pueden interrumpir estos promedios, requiriendo mecanismos de apoyo flexibles que puedan adaptarse a los cambios de precios y mitigar los costos elevados”.
Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
En el periodo analizado, cerca del 40% de la demanda de combustible para el transporte por carretera se espera que esté cubierta por "políticas que incentiven las reducciones de carbono en el ciclo de vida", marcando una transición notable con respecto a las directivas actuales, más enfocadas en las mezclas de combustibles. Así, la AIE destaca un cambio significativo en el enfoque de los productores de biocombustibles hacia la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los próximos cinco años.
Según los pronósticos de la AIE, este cambio en el paradigma introduce una nueva dinámica competitiva, ya que los biocombustibles líquidos entran en competencia directa con otras tecnologías de reducción de emisiones, como vehículos eléctricos y biogás.
Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea liderarán la implementación de políticas que incentivan directamente la reducción de emisiones de GEI, según la Agencia Internacional de la Energía.
“A medida que el enfoque se desplaza hacia políticas centradas en las emisiones, los productores de biocombustibles deben intensificar sus esfuerzos para reducir la intensidad de carbono. En Columbia Británica (al este de Canadá), por ejemplo, las intensidades de emisiones de GEI disminuyeron un 65% para el diésel renovable en los últimos doce años. Durante los próximos cinco años, se requerirán mejoras similares en la mayoría de la industria de biocombustibles”, aseguran desde la organización.
Proyecciones futuras: más allá de 2030
Más allá de la próxima década, la AIE subraya la importancia continua de los biocombustibles en la transición energética. Políticas centradas en las emisiones de gases de efecto invernadero, como estándares de combustibles de bajo carbono y precios del carbono, son identificadas como elementos cruciales en la estrategia global. La entidad destaca cómo “estas políticas de apoyo deben intensificarse para garantizar que los biocombustibles desempeñen su papel como catalizadores efectivos en la mitigación del cambio climático”.
