Delegados de 198 países alcanzaron un acuerdo en la 28ª cumbre climática de las Naciones Unidas en Dubái
“Una transición para abandonar los combustibles fósiles”
En un movimiento sin precedentes, la 28ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) concluyó con un acuerdo que aborda directamente la cuestión de los combustibles fósiles. Así, durante la cumbre, los líderes mundiales aprobaron un texto final que incluía la “transición“ para abandonar los combustibles fósiles y el compromiso de ”eliminar gradualmente” el carbón.
Los países acordaron contribuir a “la transición para abandonar los combustibles fósiles en los sistemas energéticos, de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, a fin de lograr cero emisiones netas para 2050 de acuerdo con la ciencia”, como señala con el documento final.
Aunque algunos han criticado que no se incluya en el texto la palabra “eliminación”, muchos ven este paso como un avance significativo hacia la reducción urgente del uso de combustibles fósiles. El presidente de la COP28, el Sultan Al-Jaber, afirmó que se proporcionó un “plan de acción sólido para mantener los 1,5 grados Celsius al alcance”, subrayando la importancia de un enfoque basado en la ciencia.
“Me satisface señalar la conclusión exitosa de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima COP28 y el primer Balance Global del Acuerdo de París. Es una buena noticia para todo el mundo que ahora tengamos un acuerdo multilateral para acelerar las reducciones de emisiones netas hacia cero para 2050, con acciones urgentes en esta década crítica”, señaló la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Asimismo, el acuerdo también establece objetivos ambiciosos para 2030, incluida la triplicación de la capacidad mundial de generación renovable y la duplicación de mejoras en la eficiencia energética. Además, se espera que las emisiones globales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo antes de 2025, según el texto, aunque con plazos variables para diferentes países.
A pesar de la ausencia de la palabra “eliminación“ en el acuerdo final, la Unión Europea celebró la decisión como ”histórica“ y como el inicio de una ”transición irreversible y acelerada” lejos de los combustibles fósiles, según el comisario de Acción por el Clima de la Comisión Europea (CE), Wopke Hoekstra.
Cabe destacar que, tras el acuerdo, algunas naciones insulares criticaron el texto final por no abordar adecuadamente sus preocupaciones sobre el cambio climático. Según la Alianza de Pequeños Estados Insulares, presidida por Samoa, el enfoque exclusivo en los sistemas energéticos es “decepcionante”.
El acuerdo también enfrentó resistencia de productores de petróleo crudo, como Irak, Kuwait y Arabia Saudita, que se opusieron a la eliminación gradual de los combustibles fósiles. La inclusión de la palabra “transición” fue aceptada por estos países, ya que amplía la responsabilidad más allá de los productores de petróleo.
“Existen lagunas”, expresó el ex-estratega político de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Tom Rivett-Carnac, en declaraciones recogidas por S&P Commodity Insights. “La transición para abandonar los combustibles fósiles 'en los sistemas energéticos' es una expresión intrigante. No se utiliza mucho petróleo para producir electricidad, y algunas personas seguramente interpretarán que esto se relaciona únicamente con la generación de electricidad, dejando abierto un gran vacío legal para el uso del petróleo en transporte”, añadió.
Un desafío para las estaciones de servicio
La transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles, como parte del esfuerzo por lograr cero emisiones netas para 2050, plantea desafíos y oportunidades considerables para la industria de la distribución minorista de combustibles. Aunque el acuerdo no menciona la “eliminación“ de los combustibles fósiles, se espera que la reducción acelerada en su uso tenga un impacto directo en la cadena de suministro y la comercialización de productos relacionados con el petróleo.
El acuerdo COP28 destaca la necesidad de una ”transición justa, ordenada y equitativa” en los sistemas energéticos. Esta transición plantea desafíos para los distribuidores minoristas de combustibles, ya que la demanda de productos derivados del petróleo, como la gasolina y el diésel, se espera que disminuya en las próximas décadas.
La diversificación de la oferta es clave para adaptarse a estos cambios, con una transición hacia la venta de fuentes de energía más sostenibles, como la electricidad para vehículos y la carga de baterías. Los minoristas de combustibles podrían convertirse además en centros de recarga para vehículos eléctricos, lo que por otra parte requeriría de importantes inversiones en infraestructura y cambios en los modelos de negocio tradicionales.
Pronósticos del AIE a largo plazo
En su informe más reciente, el World Energy Outlook 2023 (WEO - 2023), la Agencia Internacional de Energía (IEA) pronosticó un marcado declive en la demanda de combustibles fósiles en 2030, lo que supondrá un antes y un después en la historia de la industria energética. “Este cambio, impulsado por políticas gubernamentales y diversos factores económicos, marca un punto de inflexión hacia la adopción de energías limpias y la eficiencia energética a nivel mundial”, indica el texto del IEA.
A nivel global, este informe señala un aumento constante en la demanda de energía, destacando la necesidad de soluciones más limpias y eficientes. La electrificación del transporte, la industria y los edificios, junto con la transición hacia fuentes de energía más limpias, son tendencias clave. Además, preocupaciones sobre la seguridad energética y cambios en el comercio de petróleo y gas surgen en un contexto de marcadas tensiones geopolíticas.
La Unión Europea celebró la decisión como ”histórica“ y como el inicio de una ”transición irreversible".
En esta misma línea, el documento del AIE presenta la cooperación internacional como “esencial”, al igual que la producción local de minerales críticos para la transición hacia la energía limpia. Tanto en la Unión Europea como en los Estados Unidos, inversiones masivas respaldan la reducción de emisiones y la transición hacia una economía más sostenible, aunque el WEO 2023 destaca diversos desafíos en la disponibilidad de materias primas y la necesidad de una acción política más decisiva.
Así, “el texto final de la COP28 acuerda reducir las emisiones globales en un 43% para 2030, en línea con la mejor ciencia disponible, para mantener 1,5 grados Celsius al alcance. Esto nos mantendrá encaminados hacia los objetivos del Acuerdo de París y acelerará la transición hacia una economía más limpia y saludable”, según explicó Von der Leyen.
“En la COP28, se han realizado compromisos significativos en tres áreas clave: renovables, eficiencia energética y metano”, según la Agencia Internacional de la Energía. “Aunque estos compromisos son pasos positivos para abordar las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector energético, no serían suficientes para alcanzar las metas climáticas internacionales, en particular, el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C”, añadieron desde la entidad en un comunicado de prensa.
Pico de la demanda en 2030
El WEO 2023 presenta un panorama que muestra un marcado declive en la demanda de combustibles fósiles para la próxima década. Según el ‘Escenario de Políticas Establecidas’ (STEPS) del documento, se prevé que la demanda de combustibles fósiles alcance su punto máximo antes de 2030, lo que según la Agencia Internacional de la Energía transformará la industria energética.
Este cambio en las proyecciones de demanda del IEA se debe a varios factores. En primer lugar, refleja las políticas actuales implementadas por gobiernos de todo el mundo, que buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles en sus matrices energéticas. Además, se suma una ligera revisión a la baja en las perspectivas económicas y las consecuencias continuas de la crisis energética global de 2022. “Estos factores, combinados con las tendencias a largo plazo, indican que la demanda de los tres principales tipos de combustibles fósiles alcanzará su punto máximo antes de 2030”, apunta el informe.
Este punto representa un cambio fundamental en el sistema energético global, donde las energías limpias y la eficiencia energética están tomando un papel protagonista en la satisfacción de las crecientes necesidades energéticas del mundo. La demanda total de combustibles fósiles disminuirá en un promedio de tres exajulios (EJ) por año desde mediados de la década de 2020 hasta 2050 de acuerdo con los pronósticos del escenario STEPS, y se adelanta el pico de emisiones de CO2 relacionadas con la energía a mediados de la década de 2020.
A nivel de combustibles específicos, el carbón experimenta una caída pronunciada en la demanda, en línea con el acuerdo alcanzado durante la COP28. “Las inversiones en plantas de energía y producción de hierro y acero a base de carbón han disminuido, lo que ha llevado a una reducción significativa en el consumo de carbón. Este declive en el consumo de carbón, que representaba un 65% de la demanda total, contribuye en buena medida al pico de demanda de combustibles fósiles”, apunta el WEO 2023.
En el caso del petróleo, el auge de las ventas de vehículos eléctricos está teniendo un impacto significativo en la demanda de combustibles para el transporte por carretera. Las ventas de automóviles de gasolina y diésel alcanzarán su punto máximo, y se espera que las ventas de vehículos eléctricos continúen creciendo, especialmente en las economías avanzadas. “Esto provocará que, para el final de la década, el transporte por carretera ya no sea una fuente de crecimiento de la demanda de petróleo”, señalaron fuentes de la AIE.
Según el WEO 2023, la demanda de gas natural, que había experimentado un período de crecimiento conocido como la “Edad de Oro del Gas”, también llega a su punto máximo antes de 2030. El sector de energía y los sistemas de calefacción de edificios, dos de los principales consumidores de gas natural, han visto reducciones en la capacidad de generación y en la demanda, lo que contribuye a alcanzar el pico en la demanda de gas natural.
Aunque esta proyección es alentadora en términos de reducción de emisiones de carbono, la AIE enfatiza que el ritmo de declive en la demanda de combustibles fósiles aún no es suficientemente rápido para cumplir con los objetivos del Escenario de Emisiones Netas Cero (NZE). “Para lograr estos objetivos, se requerirá una expansión mucho más rápida de las energías limpias y una acción política más decidida por parte de los gobiernos en todo el mundo. Además, el panorama varía según las regiones, con economías avanzadas y China viendo reducciones en la demanda, mientras que en economías emergentes y en desarrollo la demanda de gas natural continúa creciendo”, destacó la Agencia Internacional de la Energía.
Aumento de la demanda energética
El aumento de la demanda de servicios energéticos es una característica de todos los escenarios, pero eso no se traduce necesariamente en un mayor nivel de emisiones. De acuerdo con el WEO 2023, “una amplia gama de combinaciones tecnológicas puede satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración o movilidad, cada una con implicaciones distintivas en cuanto a costos, recursos y contaminación”. En su informe, el AIE explora diferentes caminos, examinando cómo las políticas moldean las elecciones que se hacen.
Para ello el documento analiza cuatro puntos clave:
- Primero, las tendencias en el consumo final de energía global en los sectores de la industria, el transporte y los edificios, y cómo se satisface la demanda en cada escenario.
- Segundo, la perspectiva de la electricidad, incluyendo la mezcla específica de tecnologías de generación en cada escenario y las variaciones en la demanda resultantes de la eficiencia de los equipos y electrodomésticos de uso final.
- Tercero, el panorama de los combustibles: petróleo, gas natural, carbón y bioenergía. Los combustibles fósiles representan cerca del 80% del suministro total de energía en la actualidad. Pero la perspectiva hasta 2050 varía ampliamente en los escenarios según la velocidad a la que las tecnologías de energía limpia ingresan en el sistema.
- Cuarto, la evolución de las tecnologías clave de energía limpia, centrándose en la energía solar fotovoltaica (PV) y la eólica, los vehículos eléctricos (EV), las bombas de calor, el hidrógeno, y la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS).
La electrificación de procesos industriales se ha convertido en una estrategia esencial para lograr los objetivos de descarbonización.
Análisis de los consumos: Industria y transporte
Según el informe, el consumo total de energía final (TFC, por sus siglas en inglés) es de 442 EJ (exajulios) en la actualidad y se divide en industria (167 EJ), edificios (133 EJ), transporte (116 EJ) y otros usos finales (27 EJ), de acuerdo con los datos del WEO 2023. En los diferentes escenarios presentados en el informe, se proyecta que el TFC aumentará:
- Escenario STEPS: El TFC aumentará un 1.1% anual hasta 2030 y continuará aumentando a un ritmo más lento hasta 2050.
- Escenario APS (Announced Pledges Case): El TFC aumentará hasta mediados de la década de 2020 antes de comenzar a disminuir gradualmente.
- Escenario NZE (Neutralidad en Emisiones Netas): El TFC disminuirá anualmente en un 0.9% desde la actualidad hasta 2050.
Consumo industrial:
La explotación industrial juega un papel crucial en la evolución de los patrones globales de consumo de energía, y "su impacto en las proyecciones futuras es de gran relevancia". Actualmente, el consumo final de energía industrial representa una parte significativa del consumo global, con un total de 167 Exajulios (EJ) de energía, lo que equivale al 38% del consumo final total. Las tendencias actuales muestran que este sector sigue siendo uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de dióxido de carbono, ya que se relaciona con sectores como el hierro y el acero, la química, minerales no metálicos, metales no ferrosos y papel, que requieren una alta demanda de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas natural. Además, su influencia se extiende a la fabricación de productos y bienes de consumo, lo que amplifica su impacto en el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Para abordar este desafío y lograr una transición hacia un futuro más sostenible, se están implementando políticas y medidas enfocadas en mejorar la eficiencia energética en la industria. Estas políticas incluyen la introducción de estándares más rigurosos de eficiencia energética en los códigos de construcción, la optimización de procesos industriales y la mejora en la eficiencia del uso de la energía. Además, la electrificación de procesos industriales se ha convertido en una estrategia esencial, reemplazando progresivamente el uso de combustibles fósiles por electricidad más limpia y renovable”, explica el documento del IAE.
En los escenarios de proyección, se observan diferencias significativas en la trayectoria de consumo industrial. Mientras que en el ‘Escenario STEPS’ se proyecta un aumento del consumo industrial hasta 2050, con una tasa de crecimiento anual del 1.1% hasta 2030, los Escenarios APS y NZE presentan perspectivas diferentes. En el APS, el consumo industrial comienza a disminuir gradualmente después de mediados de la década de 2020, reflejando la implementación de objetivos más estrictos de eficiencia energética, códigos de construcción actualizados y normativas más rigurosas para la economía de combustible en el sector del transporte, además de mejoras en la eficiencia de procesos industriales. En contraste, en el Escenario NZE, el consumo industrial disminuye de manera constante a una tasa promedio anual del 0.9% desde el presente hasta 2050, lo que refleja una fuerte transición hacia fuentes de energía más limpias y la adopción de tecnologías electrificadas.
Consumo de transporte:
El sector del transporte resulta un componente esencial en la evolución de los consumos energéticos globales. Actualmente, el consumo final de energía en el transporte totaliza 116 Exajulios (EJ), lo que representa el 26% del consumo global. Este sector abarca una variedad de modos de transporte, desde automóviles y camiones hasta aviación y ferrocarriles, y desempeña un papel importante en el consumo de combustibles fósiles, particularmente petróleo.
En los escenarios de proyección, se observa un cambio fundamental en el panorama del transporte. El auge de los vehículos eléctricos (EVs) se destaca como una tendencia dominante. “Las ventas de automóviles eléctricos han aumentado significativamente en los últimos años y se espera que continúen creciendo en todos los escenarios”, reza el documento. En el Escenario STEPS, se proyecta que los EV representarán cerca del 20% de los kilómetros recorridos por vehículos en 2030. Sin embargo, su impacto en el consumo de energía se ve mitigado debido a su mayor eficiencia en comparación con los vehículos de combustión interna. A pesar de su crecimiento, en este escenario solo contribuirán al 5% del consumo total de energía en el transporte en 2030.
Por otra parte, en el Escenario APS, las políticas y medidas para impulsar la electrificación del transporte son aún más sólidas, lo que permite a los EVs representar aproximadamente el 50% de los kilómetros recorridos en 2030. Esta circunstancia reduce significativamente el consumo de combustibles fósiles en el transporte.
Seguridad energética, cambios en el comercio de petróleo y gas
La seguridad de los suministros energéticos se ha vuelto una prioridad en un mundo marcado por la crisis energética de 2022. “El comercio global de petróleo y gas se ha transformado drásticamente debido a tensiones geopolíticas y crecientes preocupaciones ambientales”, señala el WEO 2023. Así, en su análisis, la AIE explora los desafíos y oportunidades que este nuevo marco plantea.
En 2022, la crisis energética provocó un flujo masivo de dinero desde la Unión Europea a Rusia debido a los altos precios del gas natural. “Actualmente, el flujo de energía desde Rusia a Europa ha disminuido, y Rusia está redirigiendo sus recursos energéticos hacia Asia y otros mercados no europeos”, apuntó la Agencia Internacional de la Energía. La participación de Rusia en el comercio global de petróleo y gas se espera que disminuya debido a sanciones y problemas para reemplazar completamente sus exportaciones a Europa. “El comercio de petróleo y gas se concentrará cada vez más entre el Medio Oriente y Asia en el futuro, con un aumento estimado del 50% del comercio global de petróleo crudo desde el Medio Oriente a Asia para 2050”, señala el WEO 2023.
A pesar de la disminución de la demanda de petróleo y gas, el comercio se mantiene resiliente en los escenarios de APS y NZE hasta 2030. “La producción excedente en América del Norte impulsará las exportaciones, mientras que la demanda de Asia sigue siendo robusta. En el escenario de emisiones netas cero, los precios del petróleo y el gas disminuyen, lo que afectará al valor del comercio”, revela el informe de la AIE.
La disminución de la producción de petróleo y gas afectará significativamente los ingresos gubernamentales en las economías productoras, por lo que la AIE subrayó la necesidad de diversificar sus economías. “Los impuestos relacionados con el consumo de petróleo y gas representan una parte sustancial de los ingresos gubernamentales en algunos países importadores, lo que plantea diferentes desafíos fiscales”, expresa el documento.
La falta de cooperación en la transición hacia una energía más limpia podría generar tensiones y desafíos de seguridad energética. La cooperación entre países y empresas es esencial para abordar estos desafíos y aprovechar las oportunidades. El comercio de hidrógeno es un ejemplo clave de la necesidad de normas y regulaciones acordadas a nivel internacional.
La seguridad de los suministros energéticos y los cambios en el comercio de petróleo y gas son temas cruciales en un mundo en transición hacia una energía más sostenible. La cooperación internacional y la adaptación a estos cambios desempeñarán un papel fundamental en el futuro de la energía.
Materiales críticos
“No modelamos aún balances de oferta y demanda a largo plazo completos para minerales críticos de la misma manera que para los combustibles, pero realizamos un seguimiento del mercado y el análisis de referencia de escenarios. Basándonos en este análisis, esperamos que los mercados a medio plazo para muchos minerales de transición energética sigan bajo presión a medida que la economía se recupera y la implementación de energía limpia continúa acelerándose”, declararon desde la AIE.
Los costes de las tecnologías de energía limpia aumentaron en 2021 y 2022, en gran parte debido a precios más altos de los minerales críticos, advirtió la AIE.
Los precios de las tecnologías de energía limpia aumentaron en 2021 y 2022, en gran parte debido a costes más altos de los minerales críticos, semiconductores y materiales a granel como acero y cemento. “Esto tuvo efectos negativos a corto plazo en el rendimiento financiero de algunos importantes proveedores de tecnología limpia y desarrolladores de proyectos. Sin embargo, los precios de todas las tecnologías de energía limpia de hoy son significativamente más bajos que hace una década: siguen siendo competitivos con las alternativas de combustibles fósiles”, sostuvo la Agencia Internacional de la Energía.
En 2023, el informe destaca signos de que algunas de las presiones de costos se están aliviando, aunque el riesgo de cadenas de suministro ajustadas para componentes clave sigue presente. “En general, consideramos que los costos de tecnología de energía limpia seguirán disminuyendo y que todavía hay un amplio margen para reducir elementos de costo importantes a través de la innovación tecnológica, la sustitución de materiales, mejoras en la eficiencia y economías de escala”, concluye la AIE.
Una transformación, sin financiación
En resumen, el panorama energético mundial está experimentando una transformación sin precedentes. Las proyecciones, tanto de la AIE como de otros observadores del mercado, muestran un marcado declive en la demanda de combustibles fósiles antes de 2030, un escenario sin precedentes impulsado por políticas gubernamentales, cambios económicos y la creciente importancia de las energías limpias y la eficiencia energética. A pesar de este avance positivo, la transición hacia un sistema de energía más sostenible aún no es lo suficientemente rápida para cumplir con los objetivos de emisiones netas cero.
En esta línea, Mark Gongloff, editor y columnista de Bloomberg Opinion, aseguró que “el acuerdo, aunque histórico en su llamado al abandono de los combustibles fósiles, carece de detalles sobre cómo financiar un compromiso de seis billones de dólares que los paises en desarrollo necesitarán antes de 2030”. Asimismo, Gongloff subrayó la influencia de los productores de combustibles fósiles, como Arabia Saudita, en el texto final, destacando "la atención a tecnologías costosas y no probadas, como la captura y almacenamiento de carbono”.
“Estamos dispuestos a hacer más y sabemos que es necesario hacer más. Por ello, la COP28 también ha sido la oportunidad para discutir el precio del carbono con otras partes, para que más países comiencen a poner precio a la contaminación. Y también hemos podido sentar las bases para reformas financieras más amplias, nuevas fuentes innovadoras de financiación y alinear todos los flujos financieros con el Acuerdo de París”, concluyó Von der Leyen.
Sin embargo, Mark Gongloff criticó “la falta de compromiso financiero en áreas clave, como el fondo de pérdidas y daños, la adaptación al cambio climático o la eliminación de subsidios a la industria de los combustibles fósiles. La ausencia de detalles y demandas claras a los países ricos en el texto final plantea dudas sobre la viabilidad del plan de transición energética. Además, la ausencia de atención a la financiación puede comprometer el éxito general del acuerdo. El mundo está pidiendo a las naciones menos privilegiadas que realicen una transición energética sin ofrecerles la ayuda financiera necesaria”.
El futuro energético se presenta lleno de desafíos y oportunidades, y la transición hacia un modelo energético más sostenible es esencial para abordar los desafíos que presenta el cambio climático y garantizar un suministro energético seguro en un mundo en constante evolución.
Mark Gongloff, editor y columnista de Bloomberg Opinion, aseguró que “la ausencia de atención a la financiación puede comprometer el éxito general del acuerdo alcanzado en la COP28”
Según los datos de la AIE, el consumo total de energía final (TFC, por sus siglas en inglés) es de 442 EJ (exajulios) en la actualidad y se divide en industria (167 EJ), edificios (133 EJ), transporte (116 EJ) y otros usos finales (27 EJ)
la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen dijo que “es una buena noticia para todo el mundo que ahora tengamos un acuerdo multilateral para acelerar las reducciones de emisiones netas hacia cero para 2050”