Entrevista al director general de CEEES, Nacho Rabadán
“El reto ambiental y climático al que nos enfrentamos es enorme”
Nacho Rabadán, hasta finales de septiembre de 2014 director de Estaciones de Servicio, y desde entonces responsable de Comunicación de la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio -cargo que compaginó con el de redactor jefe de la revista TodoTransporte-, asumió en noviembre de 2020 la Dirección General de la confederación, un nombramiento que incide en la profesionalización del colectivo presidido por Jorge de Benito. En esta extensa entrevista, Rabadán destaca, entre otros asuntos de calado, que “el reto ambiental y climático al que nos enfrentamos es enorme y no queremos -ni debemos- dar la espalda a tamaño desafío”, para lo cual CEEES ha armado un proyecto que busca lograr financiación proveniente de los fondos Next Generation EU de los que se beneficiarían “alrededor de 1.200 instalaciones que queremos transformar profundamente, emprendiendo un proyecto ambicioso y realista que consiga generar tracción en todo el sector de la energía para la movilidad”.
Rabadán, quizá influido por su formación y experiencia como periodista, deja durante la charla varios titulares, algunos de los cuales resumen su visión de la coyuntura que atraviesa no ya solo la distribución minorista de carburantes, sino la economía europea: “Vivimos un momento especialmente convulso y hay que estar preparado para adaptarse a los profundos cambios que nuestro sector experimentará”, advierte en la entrevista, en la que reivindica que “en tiempos convulsos, como éste que nos ha tocado vivir, el asociacionismo tiene más sentido que nunca”.
¿Cuáles son las funciones que vas a ejercer en CEEES?
Esencialmente, relaciones con proveedores, clientes, Administración y, por supuesto, con las diferentes asociaciones y organizaciones que integran CEEES. Organización de eventos, de momento virtuales y esperemos que pronto presenciales. También entra dentro de mi responsabilidad coordinar el ingente trabajo que desde CEEES hacemos para mantenernos al día en las comisiones y grupos de trabajo de CEOE, así como estar al tanto de los informes del Consejo Consultivo de Hidrocarburos, los comités de normalización a los que pertenecemos y la realización de estudios de la situación del mercado y nuevas oportunidades de negocio para nuestros asociados.
¿Cuáles han sido las primeras acciones que has desarrollado en el cargo en estas primeras semanas?
La primera de ellas, que aún no ha concluido, es mantener un contacto directo (de momento a través de la pantalla del ordenador) con las asociaciones provinciales y regionales que conforman la CEEES. Uno de mis objetivos principales es estrechar las relaciones ya existentes y mejorar (en las dos direcciones) la comunicación entre la confederación y sus asociados.
¿Qué razones han motivado la creación del cargo de director general en CEEES?
Como sabrán los lectores de Estaciones de Servicio, el presidente de CEEES, Jorge de Benito, ha sido reelegido recientemente. Una de las primeras decisiones de este nuevo mandato fue analizar el grado de cumplimiento del plan estratégico que elaboró hace cuatro años. El grado de cumplimiento de aquel plan ha sido extraordinario, casi del 99%. Pero había un punto que había quedado sin cubrir, que no era otro que la profesionalización de la confederación. Vivimos un momento especialmente convulso y hay que estar preparado para adaptarse a los profundos cambios que nuestro sector experimentará próximamente.
Desde hace años somos los principales garantes de la movilidad y hay que estar muy atento a todos los cambios si no queremos quedarnos fuera del mercado. El trabajo desarrollado en los últimos años por CEEES ha hecho que su proyección como organización de reconocido prestigio se multiplique exponencialmente y el Comité Ejecutivo de la confederación estaba desbordado. El presidente lo tenía claro desde hace ya tiempo, sólo le faltaba dar el paso. Humildemente, trataré de aportar mi granito de arena para que ese cambio sea beneficioso para los empresarios de estaciones de servicio.
¿Qué objetivos tienes como director general de CEEES a corto, medio y largo plazo? ¿Cuál es la vigencia de tu nueva responsabilidad en la confederación?
CEEES es cada vez más potente, con más asociaciones que se suman a la confederación año a año. Nuestra fortaleza es la de nuestros asociados y en tiempos convulsos como éste que nos ha tocado vivir el asociacionismo tiene más sentido que nunca. Por eso, CEEES siempre necesitará una estructura profesional que sustente el día a día de la organización. El trabajo es enorme y no podemos perder ni un minuto. A corto plazo tenemos que ser capaces de posicionarnos adecuadamente para la transición energética y digital en la que ya está inmerso nuestro sector, y a medio y largo nuestra meta es que las estaciones de servicio sigan siendo garantes de la movilidad de empresas y particulares. Para lograr estos objetivos tenemos que rodearnos de los mejores, contar con los proveedores más competitivos que nos ayuden a protagonizar desde dentro el profundo cambio al que estamos abocados.
¿Cuáles son las iniciativas que desarrollará CEEES para poder optar a los fondos europeos que pretenden afianzar la actividad de las Pymes, promover la digitalización de la economía y propiciar una economía neta en emisiones?
Estamos trabajando en varias líneas de acción. Hemos elaborado un plan de transformación energética y digital para nuestro sector. Muchas de las medidas incluidas en ese plan han sido incorporadas a algunos de los macroproyectos tractores en los que trabaja CEOE. No obstante, en CEEES estamos convencidos de que nuestro plan tiene la entidad suficiente como para optar por sí mismo a esos fondos europeos. Así se lo hemos transmitido a la Administración y en esta línea estamos trabajando con intensidad. Además, hemos abierto un periodo de manifestación de interés en virtud del cual nuestros asociados de base tienen la oportunidad de comunicarnos en qué medida quieren transformar sus negocios. Incluiremos esas estaciones de servicio en un listado de alrededor de 1.200 instalaciones que queremos transformar profundamente, emprendiendo un proyecto ambicioso y realista que consiga generar tracción en todo el sector de la energía para la movilidad. Por otra parte, no podemos olvidar que somos el enlace final con el cliente, ‘la última milla’, y por tanto somos imprescindibles para muchas compañías que están optando por proyectos financiados por fondos europeos y que se nos están acercando para contar con nosotros como un partner imprescindible.
¿Cuáles son las principales fortalezas de las estaciones de servicio para optar a estas ayudas?
Hay dos características, que tradicionalmente son debilidades pero que en el caso de los fondos Next Generation EU se transforman en fortalezas: el reducido tamaño de nuestras empresas, la atomización y la rápida capacidad de decisión de nuestros asociados.
La intención de las autoridades comunitarias y españolas a la hora de distribuir los fondos es que ese dinero público llegue y tenga un impacto verdadero en la economía real, en las pymes y micropymes que constituyen el grueso del tejido productivo español y que son también la columna vertebral de la distribución minorista de hidrocarburos. Otro punto a favor es nuestra capilaridad. Gracias a la labor de CEEES tienen opción de disfrutar de esos fondos de recuperación estaciones de servicio urbanas, rurales, de carretera, grandes, pequeñas, etc. No se trata de ayudas que se quedarán en el cuartel general de una gran empresa, sino que tendrán un impacto directo en muy amplias zonas de nuestro territorio, algunas de ellas amenazadas por el fantasma de la despoblación.
Teniendo en cuenta el objetivo de descarbonización de la economía europea a unas décadas vista, ¿puede ser un hándicap para lograr esas ayudas el hecho de que las estaciones de servicio se dediquen fundamentalmente a la distribución minorista de derivados del petróleo?
En primer lugar, me gustaría aclarar que las estaciones de servicio venden al por menor hidrocarburos, eso es evidente. Pero no es menos cierto que lo hacemos de manera circunstancial. Es decir, nuestro ‘core business’ no es vender gasolina y gasóleo, sino garantizar la movilidad de empresas y particulares. Durante décadas lo hemos hecho vendiendo derivados del petróleo, pero si en el futuro para garantizar esa movilidad tenemos que proporcionar a nuestros clientes electricidad, gas, hidrógeno o zumo de arándanos pues así lo haremos. Nosotros no tenemos un pozo de petróleo debajo de nuestras estaciones y estamos abiertos al cambio. Dicho lo cual, es innegable que hoy la gasolina y el gasóleo son los combustibles predominantes, por lo que, volviendo al enunciado de la pregunta, por supuesto que esa tendencia puede ser un inconveniente dada nuestra estructura de ventas actual.
Algunas estaciones de servicio tienen que hacer inversiones cercanas a los 100.000 euros para adaptar sus instalaciones a los requerimientos previstos en la ITC-04 y convertir sus tanques a doble pared. Es absurdo, porque la Administración está obligando a las estaciones de servicio a hacer esas inversiones en una tecnología que tiene fecha de caducidad. Pero es que además esas exigencias cercenan la capacidad inversora -ya de por sí limitada- de las pymes, que si no tuvieran que hacer ese esfuerzo inversor -y podrían no hacerlo porque hay soluciones basadas en sensórica que ayudarían a solucionar el problema- podrían dedicar ese CAPEX a transformar energéticamente sus negocios, incorporando nuevas tecnologías de propulsión alternativas a los derivados de los hidrocarburos.
¿Qué esfuerzos e inversiones tendrán que realizar las estaciones de servicio para implantar de manera efectiva los cambios que serán necesarios para hacer realidad esos cambios?
Pues depende mucho de la tecnología de la que estemos hablando. Lógicamente, hay algunas que requieren una inversión muy elevada y otras que son más asequibles. En cualquier caso, en nuestra opinión lo verdaderamente importante, llegados a este punto, no son tanto la cuantía de las inversiones que haya que hacer como la rentabilidad de las mismas.
Los empresarios de nuestro sector están acostumbrados a invertir para mejorar sus negocios y la mejor prueba de ello es que la red española de estaciones de servicio es ejemplar. El problema no reside en invertir -que también-, sino en la nula rentabilidad que de momento presentan las inversiones en puntos de reabastecimiento de energías alternativas. Es por eso que son las Administraciones quienes deben romper el círculo vicioso de falta de demanda/falta de oferta y apoyar de forma decidida los puntos de recarga y repostaje de soluciones energéticas alternativas a los hidrocarburos. En CEEES, por nuestra parte, trataremos que esas ayudas públicas se complementen con aportaciones privadas de otros stakeholders interesados en el despliegue masivo de redes de infraestructuras de reabastecimiento.
¿Cuál es tu opinión sobre el futuro energético que se está diseñando en Europa y que el Gobierno español ha convertido en una de sus líneas estratégicas de actuación?
Los empresarios de estaciones de servicio llevamos décadas garantizando la movilidad de empresas y particulares. Somos perfectamente conscientes de nuestra responsabilidad a la hora de avanzar hacia una economía baja en carbono. El reto ambiental y climático al que nos enfrentamos es enorme y no queremos -ni debemos- dar la espalda a tamaño desafío. Es decir, coincidimos en el diagnóstico y sabemos que nuestra obligación es invertir la tendencia de los acontecimientos que nos han traído hasta aquí. Estamos dispuestos a sumar para transformar la economía. Sabemos que con el concurso de miles de pequeñas y medianas empresas familiares el cambio de paradigma que pretende la Unión Europea y el Gobierno de España será más rápido y tendrá más éxito.
¿Consideras realistas los plazos y objetivos fijado en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima aplicados a la movilidad de bienes y personas? ¿Qué papel deben jugar las estaciones de servicio en ese futuro (que en algunos casos es ya presente) multienergético?
Decía antes que compartimos el diagnóstico, pero no podemos estar tan de acuerdo con todas las recetas que se proponen para avanzar hacia una economía baja en carbono. Si de verdad nos enfrentamos a una emergencia climática, tal y como el Consejo de Ministros declaró formalmente el pasado mes de enero, cualquier medida que reduzca las emisiones contaminantes debería ser bienvenida. Y la primera de ellas pasa por renovar el parque automovilístico español, que, según los datos proporcionados este mismo mes por ACEA (patronal europea de fabricantes de vehículos) tiene una antigüedad media sensiblemente superior al promedio europeo. Mientras que en la UE la antigüedad media de los turismos asciende a 10,8 años, en España es de 12,4 años. En lo que a furgonetas se refiere, la edad media europea es de 10,9 años, mientras que en nuestro país esa magnitud se sitúa en los 12,8 años. En los camiones, el promedio europeo se sitúa en 12,4 años, mientras que en España es de 14,4 años. Un coche, una furgoneta, y ya no digamos un camión de los que se venden en la actualidad, contamina una ínfima parte de lo que emite un vehículo de hace 12 o 14 años.
El método más rápido y eficaz de reducir las emisiones consiste en una renovación masiva del parque por vehículos nuevos, independientemente de la tecnología que los propulse, puesto que aunque utilicen hidrocarburos sus niveles de emisiones serán mucho menores. Las petroleras, además, trabajan con denuedo en los ecocombustibles, una solución de la que ya habéis hablado en la revista y que contribuiría a mitigar muy notablemente las emisiones derivadas de la movilidad.
Nos gustaría que en este nuevo escenario se respetara la neutralidad energética y que se valorará la contaminación de las nuevas energías de la cuna a la tumba. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla y no ha pasado demasiado tiempo de la fiebre del biodiésel, que todos sabemos cómo acabó.
¿Crees que finalmente se obligará a las estaciones que superen un determinado número de litros de carburante vendidos a instalar puntos de recarga para baterías de vehículos eléctricos? ¿Hay una base legal para exigir estas inversiones? Si no es así, ¿se planteará alguna consulta o petición al Gobierno para que se elimine esa obligatoriedad?
Ya hemos planteado al Gobierno la necesidad de eliminar esa exigencia. En primer lugar, porque quiebra la libertad de empresa y es absurdo obligar a las estaciones a invertir en tecnologías que aún están muy lejos de ser rentables. Pero es que además situar el baremo de esa obligación en el número de litros vendidos hará que tengamos cargadores en las inmediaciones de los pasos fronterizos (en gasolineras utilizadas eminentemente por camiones) y en los centros de las ciudades, donde precisamente es previsible que haya disponibles opciones de carga residencial. Es fundamental diseñar un mapa que no deje zonas de sombra al tiempo que se establece una línea de ayudas públicas que contribuya a incentivar la inversión por parte de los empresarios de estaciones de servicio.
Nacho Rabadán, durante las JSP'19 en las que ejerció de moderador. En la imagen aparece junto a Alfredo Hernández (en el centro) y Mariano Aguayo.
La oferta energética al alcance de los conductores es amplísima, pero algunas de ellas ofrecen una dudosa rentabilidad o bien aportan unos márgenes muy reducidos para los operadores y empresarios del sector. Dependiendo de la ubicación y características de una estación de servicio, ¿cuáles crees que son las más adecuadas para dar respuesta a las demandas de los clientes?
Según las estadísticas que ofrece periódicamente Anfac, de los más de 745.000 vehículos matriculados en España hasta el 1 de diciembre de 2020, más de 731.000 (más del 98%) utilizaban algún tipo de combustible de origen fósil. Ése es, le pese a quien le pese, el escenario en el que nos movemos hoy y evidencia que la mayoría de las tecnologías alternativas ofrece, a día de hoy, una rentabilidad prácticamente nula.
De hecho, el propio presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, reconocía en una entrevista concedida hace unos días a El Heraldo de Aragón que las matriculaciones de vehículos eléctricos son “impostadas” y denunciaba que los fabricantes obligan a los concesionarios a automatricular unidades en una proporción que llega al 30%.
En cualquier caso, sabemos que esta situación cambiará tarde o temprano y cuando eso suceda la casuística será infinita. No es posible prever qué solución será aplicable para cada estación, pero es evidente que el GNC será una opción interesante para vehículos ligeros y medios -y en algunos casos pesados-, mientras que el GNL será una buena opción para determinadas aplicaciones del transporte de mercancías de larga distancia.
No cabe duda de que la electromovilidad será también protagonista, especialmente en lo que a puntos de recarga rápida y ultrarrápida se refiere. A medio y largo plazo, el hidrógeno está llamado a jugar un papel principal en la movilidad del mañana.
El hidrógeno, al menos desde el punto de vista mediático, vive un momento dulce. ¿Puede ser la opción que se termine imponiendo a medio y largo plazo para impulsar vehículos de transporte por carretera de todo tipo, desde turismos a camiones?
Desde luego que es una tecnología que tiene un protagonismo evidente por las muchas ventajas que presenta. En CEEES estamos apostando muy fuerte por el hidrógeno. Muy recientemente hemos sido admitidos en la Clean European Hydrogen Alliance y participamos activamente con la Subdirección General de Hidrocarburos en los planes de promoción de esta alternativa energética. Estamos incluidos en tres manifestaciones de interés presentadas recientemente ante el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, mantenemos un contacto estrecho con importantes actores de este vector energético y el próximo 13 de enero se inaugura en la estación de servicio San Antonio de Madrid, de un asociado de CEEES, la primera hidrogenera a 700 bar de España, en cuyo desarrollo hemos participado muy activamente.
¿Sabes si se ha evaluado el impacto medioambiental que se genera durante el proceso de obtención de hidrógeno? ¿Y desde el punto de vista del consumo de recursos hídricos?
Depende de qué tipo de hidrógeno estemos hablando, porque la paleta de colores para apellidar a este gas es muy amplia. Tanto el hidrógeno verde como el azul, que son los que principalmente se distribuirían en una red de hidrogeneras instaladas en estaciones de servicio, cuentan con un ciclo de vida muy favorable desde cualquiera de los aspectos del punto de vista medioambiental.
¿Cuál ha sido el resultado del convenio firmado entre CEEES y Endesa para favorecer la movilidad eléctrica? ¿Cuántas estaciones de servicio integradas en CEEES han incorporado a su oferta cargadores para vehículos eléctricos?
No tenemos un recuento claro, porque hay algunas instalaciones que ya están listas para entrar en funcionamiento y se encuentran paralizadas por problemas burocráticos. La alianza está siendo muy beneficiosa para ambas partes, pero es cierto que la Administración debería remar en la misma dirección que grandes y pequeñas empresas que hacen un esfuerzo muy importante para ampliar la oferta de puntos de recarga para vehículos eléctricos.
¿Qué otros acuerdos alcanzados por CEEES siguen activos? ¿Cuáles son los que mejor acogida han logrado entre sus asociados?
CEEES tiene activos más de una veintena de acuerdos con diferentes proveedores del sector. Casi cualquier producto o servicio está representado en el abanico de convenios que tenemos firmados con las empresas relacionadas con las estaciones de servicio. Electromovilidad, gas, hidrógeno, energía solar fotovoltaica, lavado, informática, diseño de tiendas, seguridad y gestión de efectivo, protección de datos, hidrogeles, seguros, ingeniería, consultoría, servicios financieros, formación, etc.
Los asociados de CEEES pueden beneficiarse de condiciones muy especiales de contratación sólo por formar parte de la confederación. Mención aparte merecen nuestros asesores, me atrevería a decir que los mejores con los que se puede contar en una estación de servicio. Ejaso en el plano jurídico; Fuel Marketing Consulting en todo lo relacionado con asesoría comercial y análisis de micromercados para los empresarios; Miguel Ángel Calle, toda una institución como asesor laboral de la confederación, y Gustavo Mezquita, nuestro asesor técnico y estrecho colaborador en la implantación de nuevas energías. Contar con este ecosistema de proveedores a disposición de nuestros asociados en condiciones muy ventajosas es un ejemplo más de que unidos somos más fuertes.
¿Cuál es la relación que mantiene CEEES con el resto de actores presentes en el sector de la distribución? ¿Vas a iniciar una ronda de contactos para sumar sinergias con colectivos como AOP, UPI, Aevecar y similares?
La relación con el resto de actores de nuestro sector es excelente. Creemos que, pese a que en ocasiones nuestros intereses pueden ser divergentes, todos compartimos un objetivo común, que es contar con una red de estaciones de servicio de calidad, eficiente, moderna y rentable. Todos ellos saben que siempre tendrán en CEEES un aliado estratégico y fiel en los asuntos que nos unen.
¿Cuál es la relación que mantienen CEEES con las principales operadoras del sector? ¿Hay alguna interlocución directa con ellas, o bien los contactos se canalizan a través de AOP y UPI?
Podría valer perfectamente la respuesta anterior, porque es cierto que es más lo que nos une que lo que nos separa. Tenemos mucha suerte de contar en nuestro sector con empresas punteras en I+D+i, cuyos productos distribuimos, y que nos hacen estar en la vanguardia de la tecnología.
La relación con las operadoras es directa y por ejemplo durante el confinamiento primaveral mantuvimos un contacto permanente con sus responsables, que, es justo reconocerlo, nos atendieron de forma exquisita y, en líneas generales, supieron estar a la altura de las exigentes circunstancias que nos tocó vivir.
El discurso de que la petrolera es el enemigo huele a naftalina. Como me decía un empresario hace unos días: “las petroleras no son el enemigo, pero tampoco son papá”. Es lógico que, como en toda cadena de distribución, surjan fricciones entre los diferentes eslabones. Pero considero que (prácticamente) en 2021 los actores debemos colaborar entre nosotros, pues el 95% de nuestros objetivos son compartidos. Y en el 5% restante, dialogaremos, discutiremos y cada cual defenderá su postura en buena lid. Lo importante es que los empresarios de estaciones de servicio cuenten con toda la información y con toda la formación necesaria para desenvolverse de la mejor manera posible en un entorno cada vez más complejo. Resumiendo, nuestra interlocución siempre es directa con cada una de las petroleras de forma individual, si bien la relación con UPI y con AOP es cordial y fluida.