La compañía se alía son Saudí Aramco para la obtención de combustibles con emisiones netas de CO₂ durante su ciclo de vida

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, presentó el 15 de junio dos proyectos industriales de descarbonización que la compañía desarrollará con la participación de destacados socios nacionales e internacionales, entre ellos Saudí Aramco. Las instalaciones, que estarán situadas como primera opción en el puerto de Bilbao y su entorno, supondrán una inversión inicial conjunta de, aproximadamente, 80 millones de euros.

En una rueda de prensa realizada en formato ‘streaming’, el consejero delegado de Repsol, el presidente y consejero delegado de Petronor, Emiliano López Atxurra y José Luque, respectivamente, mostraron las principales características de dos proyectos, uno de ellos orientado a la obtención de combustibles líquidos sintéticos con emisiones netas obtenidos a partir de hidrógeno verde (del que se obtendrán alrededor de 200 kilos a la hora) obtenido mediante energía renovable.

La principal característica de este proyecto, que en un principio recibirá una inversión de 60 millones de euros, es que los combustibles obtenidos se podrán utilizar en los actuales motores de combustión interna, así como en los usados por los aviones. Los socios de la multienergética son Petronor, perteneciente al grupo presidido por Antonio Brufau, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y Saudí Aramco, que ha firmado un memorándum de entendimiento con el grupo español para colaborar en este terreno.

La puesta en marcha de la instalación, que según Luque entrará en funcionamiento en 2024, estará liderada por el centro de investigación Repsol Technology Lab, que se encuentra en Móstoles, Madrid. La nueva instalación combinará el hidrógeno verde obtenido mediante fuentes energéticas renovables con CO₂, capturado en la refinería de Petronor, como materias primas.

En una primera fase se obtendrán 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisiones netas de CO₂ en todo su ciclo productivo. Se trata de una cantidad que irá aumentando, puesto que el proyecto es escalable. Las tareas de puesta en marcha se iniciarán este año con la ingeniería conceptual del proyecto. Desde Repsol se señala que la de Petronor es la única refinería de la Península Ibérica y una de las pocas de Europa que ha integrado procesos de captura, almacenamiento y uso del CO₂, y está previsto que pueda realizar captura directa del aire.

El segundo proyecto se ubicará junto al primero, también en el puerto de Bilbao y su entorno como opción prioritaria, supondrá una inversión inicial de 20 millones de euros. Liderado por Petronor, consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos. Este gas se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca, una de las de mayor capacidad de España, utiliza en su proceso productivo.

Esta segunda iniciativa responde a la estrategia de Repsol de impulsar la Economía Circular, que se aplica en muchas de las fases del ciclo productivo de la compañía a través de la tecnología y la innovación. Repsol ya ha puesto en marcha más de 200 proyectos en este ámbito, que ha establecido como una de las palancas clave para lograr alcanzar las cero emisiones netas en 2050.

En una primera fase esta planta de pirólisis podrá procesar unas 10.000 toneladas al año de residuos urbanos (fundamentalmente papel, cartón, plásticos y restos de residuos textiles) y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta, aproximadamente, 100.000 toneladas al año el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno, apuntan fuentes de Repsol.

Con ambas iniciativas, Repsol continúa “avanzando (…) en la transición energética y en el objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050, en lo que supone un nuevo ejemplo de la necesaria colaboración público-privada para afrontar retos como el de la lucha contra el cambio climático e impulsar al sector industrial de valor añadido como una de las claves para lograr una rápida recuperación económica”.

Los proyectos presentados “supondrán un importante impulso al desarrollo tecnológico e industrial asociado a los planes de descarbonización, tan necesario en este contexto de recuperación económica y de orientación a sectores con mayor valor añadido”.

En palabras de Josu Jon Imaz, “estos proyectos demuestran la importancia de mantener la neutralidad tecnológica a la hora de buscar las alternativas necesarias para la descarbonización, teniendo en cuenta todas las soluciones tecnológicas posibles para tener éxito en la lucha contra el cambio climático, sin prejuicios, apostando por aquellas que contribuyan a nuestros objetivos de forma más eficiente y sostenible, y apoyando nuestra industria”.

“España debe basar su estrategia de descarbonización en sus capacidades tecnológicas e industriales. La producción de hidrógeno verde y su combinación con la captura y uso de CO₂ para producir combustibles con cero emisiones netas forma parte de la estrategia industrial de descarbonización de Repsol. Con este proyecto, la industria española se convierte en un actor relevante en la reducción de emisiones en Europa”, añadió Imaz.

El consejero delegado de Repsol reiteró, tanto en su exposición como en el turno de preguntas, que combatir el cambio climático debe hacerse a partir de las fortalezas industriales con las que cuenta España. “Debemos basarnos en aquello que tenemos para, a partir de ello, innovar y así evitar la deslocalización de la industria española”.

Imaz alertó sobre el hecho de que España sea una isla energética debido a la ausencia de las adecuadas interconexiones con Europa, lo que planteará un problema al sistema energético nacional en poco tiempo, puesto que la capacidad de generación de energías de origen renovable excederá en determinados momentos y épocas del año la demanda, lo que hace necesario crear sistemas de almacenamiento de energía que hagan rentable la apuesta por las renovables que protagoniza España.

El consejero delegado de Repsol, quien realizó una encendida defensa de la industria y de la necesidad de fomentar su desarrollo en España, llamó la atención sobre sectores que son grandes consumidores de energía y que se beneficiarán de la posibilidad de usar energía limpia, como el cerámico, el siderúrgico, la química, el papelero o el del cemento, todos ellos integrados en la Alianza para la Industria.

En su opinión, “todas las formas de descarbonización son válidas y complementarias, e incentivarlas para que todas contribuyan sin exclusiones, acelerará la transición energética, a la vez que nos ayudará, como sociedad, a salir lo más rápidamente posible de la crisis económica provocada por el Covid 19”. El consejero delegado de Repsol reafirmó el compromiso de la compañía con “liderar la transición energética incluso en estos momentos de incertidumbre económica, en los que también queremos reforzar nuestro papel como empresa que contribuye al desarrollo industrial del país”.

Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor, manifestó que “el proyecto aglutina tres aspectos importantes en la actual coyuntura: la apuesta de futuro por la reducción de la huella de carbono y la neutralidad tecnológica como instrumento; el reto de la industria y la tecnología como base de la transición energética; y la cooperación público-privada como herramienta inteligente para materializar un desarrollo industrial que consolide una sociedad de bienestar sostenible”.

En su exposición, el presidente de Petronor subrayó que ambos proyectos apuestan por la sostenibilidad ambiental, económica y social, mientras que Luque destacó que las dos iniciativas suponen que el grupo Repsol adopte de forma temprana tecnologías que pueden ofrecer un gran rendimiento en la reducción de la huella de carbono de la compañía vasca.

En el turno de preguntas Imaz destacó el enorme esfuerzo económico realizado por la compañía durante las semanas más duras del confinamiento para mantener el empleo de su plantilla. El consejero delegado señaló que en la primera quincena de abril las ventas de carburantes en sus estaciones de servicio fueron se hundieron alrededor de un 75% respecto al mismo mes del pasado año, mientras que en mayo el descenso fue del 38% respecto al mismo periodo de 2019, a pesar de lo cual la empresa no ha aplicado ningún expediente temporal de empleo (Erte).