Entrevista a Pedro Oliveira, director de la Red de Estaciones de Servicio de BP en España y Portugal
Tras más de dos años al frente de la red de estaciones de servicio de BP en España, Pedro Oliveira considera que la empresa cuenta con todos los mimbres para seguir creciendo en el mercado ibérico en el que, “sumando las más de 750 estaciones de España y las más de 450 en Portugal ya somos el tercer operador”.
La operadora de origen británico -una de las tres que cuenta con refinería en España, en concreto en Castellón- mantiene “planes muy definidos” para seguir creciendo, un crecimiento que se basará en la diferenciación de su oferta. Oliveria augura que en el futuro “el aumento de los servicios, la digitalización y la tecnología jugarán un papel fundamental”. El ejecutivo portugés sostiene que "tenemos una marca muy fuerte, un producto único, una excelente red de operadores, un equipo competitivo y operamos de manera sostenible y segura".
Lleva más de dos años al frente de la red de estaciones de servicio de BP en España. ¿Cuáles han sido las principales iniciativas que ha desarrollado en este periodo?
Nuestra apuesta por las estaciones de servicio de BP en España y Portugal se centra en una estrategia de crecimiento basada en tres pilares: la mejora y diferenciación de nuestra oferta, el desarrollo de una red de máxima calidad y la excelente ejecución en el punto de venta. Esto nos permite disponer de una propuesta de valor muy atractiva no solo para clientes finales, sino también para los dueños de estaciones que quieren tener nuestra marca. La prueba de ello es que en el último año hemos sumado cerca de 70 nuevas estaciones a nuestra red, hasta alcanzar la cifra de más de 750 estaciones disponibles. Los planes en el corto plazo pasan por alcanzar las 800 estaciones en España.
Por lo que respecta a la oferta, en 2015 lanzamos en España, en primicia mundial, nuestra última generación de carburantes con tecnología Active, que eliminan la suciedad del motor y permiten obtener eficiencias en los consumos equivalentes a hasta 56 kilómetros más por depósito. También contamos con un programa de fidelización líder en el mercado, con más de tres millones de socios y que alcanza ya más del 70% de nuestras ventas, con ahorros para los clientes por cada litro repostado y puntos canjeables por regalos. En la misma línea, el negocio de non-oil, tienda y lavado es para BP un eje fundamental de crecimiento y una parte fundamental de la oferta a clientes directos y abanderados.
Tenemos planes muy definidos para continuar con la diferenciación en el futuro y confiamos en que el aumento en los servicios, la digitalización y la tecnología jugarán un papel fundamental.
¿Cómo ha variado la red de BP desde enero de 2017? ¿En qué zonas se ha reforzado la presencia de la compañía?
Durante 2018 hemos reforzado prácticamente todas las zonas, incluso en el Norte donde teníamos una presencia residual. Como ejemplo de nuestra total capilaridad, el pasado año, BP celebró en Canarias un hito para la compañía, con la inauguración de la estación de servicio número 700 a nivel nacional y la número 70 de las islas. En Canarias tenemos una cuota de mercado significativa y empleamos de forma directa a más de 850 personas.
En Andalucía hemos llegado hasta 227 estaciones de servicio, lo que representa una cuota de mercado del 14% en la región sur de España. En términos generales, en el último año hemos sumado cerca de 70 nuevas estaciones a nuestra red, hasta alcanzar la cifra de más de 750 estaciones disponibles.
Teniendo en cuenta su experiencia, ¿cuál es su opinión sobre la coyuntura del sector de las estaciones de servicio en España? Me refiero a las dudas existentes sobre la centralidad que ocupan en la actualidad los combustibles derivados del petróleo, al previsto incremento de la movilidad eléctrica, la corta duración de los contratos de abanderamiento…
El principio de neutralidad tecnológica debe presidir todas las acciones y decisiones que se tomen para llevar a cabo esta descarbonización en el transporte. Más que una revolución a corto plazo, seguramente se producirá una gradual evolución y diversificación de las fuentes de energía. Una evolución en la que las estaciones de servicio jugarán un papel fundamental.
En este contexto, BP está comprometida a trabajar por un futuro bajo en carbono apostando por productos carburantes y lubricantes más eficientes y que reducen las emisiones de CO2, así como por el desarrollo de otras fuentes de energía como la energía derivada del hidrógeno, así como las pilas de combustible o la carga ultrarrápida, opciones cada vez más accesibles y en marcha que, entre otras soluciones, probablemente contribuirán de forma decisiva a esta transformación que ya está en marcha.
Según datos manejados por otras operadoras energéticas con presencia en el mercado de las estaciones de servicio, la cuota de las gasolineras independientes, es decir de aquellas que son propiedad de cadenas de supermercados e hipermercados, así como de las denominadas de bajo coste, está creciendo frente a la que ostentan las compañías petrolíferas. ¿Coincide con este análisis? Si es así, ¿qué herramientas pueden esgrimir en el mercado las estaciones de servicio de grandes compañías frente a una competencia que basa su presencia en el mercado en el precio?
No es casualidad que el 75% de las estaciones de servicio pertenezcan a compañías petroleras con marcas y ofertas más relevantes, que ofrecen a los consumidores lo que se conoce como carburantes ‘premium’, carburantes que incluyen aditivos especiales fruto de las grandes inversiones que destinan a I+D. Estos aditivos mejoran la calidad de combustión, para que el motor tenga una vida más larga si se usa regularmente y contribuyen a disminuir significativamente la huella de carbono. Al final, el consumidor es consciente de que un vehículo es una inversión y, por lo tanto, prioriza la calidad de los carburantes utilizados por encima del precio, ya que el objetivo es rentabilizar esta inversión y que el vehículo tenga un ciclo de vida superior, reduciendo el impacto en el entorno.
Por otro lado, limitar la comparación entre las compañías ‘low cost’ y compañías de bandera al precio que refleja el monolito es dar una visión muy sesgada al cliente final. Las ventas de las compañías de bandera demuestran que cada segmento tiene su cliente.
BP es una compañía que ha transmitido a la sociedad la diferencia existente entre los carburantes aditivados frente a aquellos que se limitan a cumplir los requisitos legales, ¿cree que ese mensaje ha calado, o por el contrario la idea que se tiene entre la población es que apenas hay diferencia entre unos combustibles y otros?
La experiencia en otros países nos ha enseñado que cuando una ‘low-cost’ tiene que competir contra otra sin más herramienta que el precio, la menos competitiva acaba cerrando por falta de rentabilidad. La recuperación en la actividad económica hace que cada vez más consumidores estén buscando algo más que simplemente el precio más barato posible en el momento de la compra, como es la mejor oferta de producto y servicio. En el ciclo de consumo, el precio más bajo reflejado en el monolito no es el coste más bajo para el consumidor y para la sociedad en general.
Nos enfrentamos a una transición energética en la que parece que el destino final es la electricidad, al menos esa parece ser la intención de la Unión Europea, que está impulsando una descarbonización en la cual parece que se está dejando de lado a combustibles de transición, como el GLP y el gas natural en sus diferentes modalidades. ¿Qué opinión tiene respecto a esta situación? ¿Qué futuro les espera a las operadoras energéticas, como BP, cuya principal actividad está relacionada con el petróleo?
Nosotros no contemplamos un escenario a corto/medio plazo formado exclusivamente por vehículos eléctricos. Pensamos que las distintas tecnologías competirán y convivirán durante mucho tiempo, y que las estaciones de servicio estarán allí como suministradores de energía. Es lo que llamamos “energiolineras”.
La estrategia de BP se basa en una serie de planes definidos para continuar con la diferenciación. En este sentido, confiamos en que la diversificación de los servicios, la digitalización y la tecnología jugarán un papel fundamental. Por ejemplo, el pasado año adquirimos Chargemaster, el mayor proveedor de puntos de suministro de energía para vehículos eléctricos en el Reino Unido, con el objetivo de incorporar sus sistemas, de forma progresiva, a nuestra red de estaciones de servicio, comenzando por las británicas.
BP no ha mostrado un gran interés en la comercialización de GLP en su red de estaciones de servicio en España, pero sí está dando pasos para añadir a su oferta el gas natural vehicular (GNV), tanto GNL como GNC. ¿A qué se debe este diferente interés entre el GLP y el gas natural? En este sentido, ¿qué planes tiene BP para incrementar en su red los puntos de repostaje de GNL y GNC?
Nuestras previsiones es que el sector del transporte se va a concentrar en el uso de GNL en el transporte por carretera de larga distancia, así como en el transporte marítimo.
En cuanto al gas natural, cuyas emisiones son la mitad de las de carbón, BP es uno de los mayores productores de esta materia prima en Estados Unidos. Trece de los 22 proyectos más importantes que BP tiene programados para 2021 están relacionados con gas natural, que es el complemento ideal para las energías renovables, ya que supone respaldo efectivo a la variabilidad de la generación de energía eólica, solar e hidroeléctrica.
Sin embargo, el papel que jugará en el sector del transporte particular será limitado. De cara a 2040, estimamos que alrededor del 85% del sector del transporte continuará dominado por el petróleo, frente al 94% que supone actualmente. En ese año, el gas natural, la electricidad y una mezcla de otros tipos de combustibles supondrán, cada uno de ellos, un poco menos del 5% del combustible utilizado para el transporte.
¿Por qué debería un empresario abanderar su estación de servicio con BP? ¿Cuáles son los elementos diferenciales en la relación que establece BP con un empresario frente al resto de operadoras? Del total de estaciones que forman la red de BP, ¿cuántas son propias y cuántas abanderadas? ¿Qué porcentaje suponen unas y otras? ¿Cómo está variando ese reparto en los últimos años?
Siempre hemos tenido apostando por la diferenciación, algo que hemos hecho con éxito en todos los países en los que operamos, incluyendo España. Para ello hemos seguido mejorando nuestra oferta de producto y servicio. Por ejemplo, hace tres años lanzamos en España, en primicia mundial, nuestra última generación de productos con tecnología Active, que nos permiten mantener los motores limpios y obtener eficiencias en los consumos equivalentes a hasta 56 kilómetros más por depósito.
Además, BP cuenta con el programa de fidelidad Mi BP, que con la mejor tarjeta de fidelización del mercado otorga importantes ventajas a los usuarios de nuestras estaciones. Uno de sus pilares fundamentales es el Catálogo Mi BP, a través del cual las Estaciones de Servicio BP ponen a disposición de sus clientes una gran cantidad de premios y descuentos a los que se acceden a través de los puntos acumulados en cada repostaje.
En la actualidad, nuestra red tiene un 50% de estaciones propias y un 50% de estaciones abanderadas. A lo largo de estos últimos años, hemos incrementado nuestras estaciones de gestión propia en 15 puntos porcentuales.
¿Cree necesario reformar la Ley de Hidrocarburos para, entre otros objetivos, ampliar la relación contractual máxima entre empresarios y operadoras a cinco años, en lugar del límite fijado en la actualidad, de tan sólo un año? ¿Se siente más cómoda BP en una relación más estable? ¿Qué consecuencias ha tenido para el sector este límite tan corto?
En BP defendemos la ampliación de los plazos de los contratos de abanderamiento y suministro a cinco años. La limitación de los contratos a un año como medida para incentivar la competencia y propiciar una bajada de precios, ha resultado muy limitada.
La reducción de los contratos entre empresarios y operadoras de cinco a un año limita la inversión y genera inseguridad entre las operadoras, ya que son reacias a invertir si no se les garantiza un retorno. Además de provocar la obligación de cambiar 4.000 contratos de abanderamiento, cuando los contratos de abanderamiento cumplían con la normativa europea en todo momento.
Se debería dejar que el mercado se autorregule, naturalmente fijando un máximo de periodo (por ejemplo, cinco años) y dejar que los agentes económicos elijan el periodo contractual. Fijar periodos de contratos cortos está lejos de garantizar una mayor competencia que finalmente desemboque en generación de valor para el cliente final.
Según los últimos datos recogidos por la AOP, BP se mantiene como tercer operador del mercado español de estaciones de servicio, una posición estable ya desde hace unos años. ¿Forma parte de los objetivos de BP incrementar el número de estaciones de servicio, o se decanta por optimizar la red, dejando fuera a las instalaciones menos interesantes e incorporando puntos de venta con altos volúmenes de venta de carburantes?
La compañía continúa con su estrategia de expansión en España a través de nuevas estaciones de servicio orientadas a conseguir los máximos niveles de calidad y sostenibilidad, aplicando la más avanzada tecnología para crear estaciones más eficientes y respetuosas con el medioambiente.
Sumando las más de 750 estaciones en España y las más de 450 estaciones en Portugal ya somos el tercer operador en Iberia y no lo éramos hace pocos años.
La idea es que se suministre gasolina, gasóleo, electricidad e hidrógeno. Daremos suministro en la estación de servicio y en casa. Nos dirigimos hacia a un modelo en los que los hilos en los que estaban divididos el mundo de la energía se fusionan. Será energía en sentido amplio.
Tras la incorporación a la red de BP de los puntos de venta de Petrocorner, ¿es factible que se produzca alguna otra operación similar por parte de la compañía?
Continuaremos atentos a todas las buenas oportunidades que puedan surgir. Nuestra intención es continuar creciendo de forma exponencial en España. Tenemos una marca muy fuerte, un producto único, una excelente red de operadores, un equipo competitivo y operamos de manera sostenible y de manera segura. Tenemos todos los ingredientes para crecer.
¿Cómo cree que serán las estaciones de servicio dentro de diez años? Además de verse obligadas a comercializar una amplia variedad de combustibles y energías, ¿qué otros cambios veremos en los próximos años? Estos cambios, ¿se acentuarán en las estaciones de servicio urbanas? ¿Qué futuro les espera a las estaciones de servicio ubicadas en zonas rurales con baja población?
En un futuro, las estaciones de servicios serán suministradores de las distintas fuentes de energía, lo que llamamos “energiolineras”. La conectividad será una de las claves para favorecer la interacción entre estación de servicio-cliente-automóvi, con una oferta de valor totalmente personalizada.
En el actual y futuro escenario, ¿cobran mayor importancia áreas de negocio adyacentes a la venta de combustibles, como el lavado de vehículos, las tiendas o la restauración? ¿Ha pensado BP en potenciar estas y otras actividades que aportan sinergias?
En la actualidad BP ofrece servicios de valor añadido más allá de suministrar energía. El combustible o cualquier otra forma de energía será una parte de negocio importante, pero no deja de ser un valor añadido más, junto a cafeterías mucho más potentes, servicios de combustible por encargo, servicios de recogida de pedidos online, contratos con empresas de ‘carsharing’, o servicios de lavado. Todo envuelto bajo el manto de la digitalización.
El fraude en el tramo mayorista de la distribución de derivados del petróleo sigue siendo una lacra en el mercado español, ¿cómo se podría evitar esta situación? ¿Sucede algo similar en otros países europeos?
Este sí que es un elemento que compromete la verdadera competencia sostenible y estoy seguro de que los reguladores atacarán este problema y podrán contar con todos los operadores responsables que cumplen la ley como es el caso de BP. Desafortunadamente esto no es un tema que atañe solo a España.
“BP está comprometida en trabajar por un futuro bajo en carbono, apostando por productos carburantes y lubricantes más eficientes y que reducen las emisiones de CO2, así como por el desarrollo de otras fuentes de energía, como la energía derivada del hidrógeno, las pilas de combustible o la carga ultrarrápida”, remarca el ejecutivo luso.
Teniendo en cuenta el número de refinerías que operan en España, ¿cree que todas podrán sobrevivir a medio plazo? ¿Serán suficientes las inversiones que se han realizado hasta la fecha para mantenerlas competitivas? ¿Qué papel juega en el mercado europeo la refinería de BP en Castellón? ¿Qué mejoras se van a introducir en ella?
La demanda de energía, de aquí a 2040, seguirá subiendo porque el PIB mundial se va a duplicar: aumentará un 33% frente al nivel actual. En este sentido, el informe Energy Outlook 2018 de BP propone dos escenarios: uno más continuista y otro más en línea con el Acuerdo de París, pero en cualquiera de los escenarios, el petróleo y el gas seguirán aportando conjuntamente cerca del 50% de la demanda primaria de energía. Por lo tanto, el reto es seguir invirtiendo en petróleo y gas a la vez que disminuimos las emisiones.
Para ello, las refinerías son una pieza clave para asegurar el suministro de combustibles líquidos bajos en carbono. Así, en los últimos 10 años las refinerías españolas han disminuido un 14% su intensidad de emisiones. La refinería del futuro será un centro de producción aún más eficiente; estará más integrada energéticamente con su entorno; combinará energías renovables para producir hidrógeno verde con el desarrollo de carburantes con menor carbono; así como la captura y el aprovechamiento del CO2.
En concreto, la refinería de BP en Castellón, considerada como la mejor del Grupo BP, es pionera en el desarrollo de gasolinas más limpias y eficientes; en ella también se producen biocombustibles de última generación y de origen sostenible.
Desde el año 2000 la inversión en tecnología medioambiental ha sido una constante. Más de 215 millones de euros invertidos sólo en protección ambiental, sin incluir las inversiones en cogeneración, optimización de la energía y mejoras ambientales en el producto final. Además, sus instalaciones consumen un 1% menos de energía para su funcionamiento que las de una refinería convencional equivalente, emitiendo menos gases de efecto invernadero y disminuyendo la huella de carbono de la producción de sus combustibles.
En definitiva, BP lleva más de un siglo respondiendo al reto de suministrar la energía que demanda el mundo, y afronta con confianza el reto de seguir contribuyendo al progreso de una forma cada vez más sostenible.
"El negocio de non-oil, tienda y lavado es para BP un eje fundamental de crecimiento y una parte fundamental de la oferta a clientes directos y abanderados"
"BP lleva más de un siglo respondiendo al reto de suministrar la energía que demanda el mundo, y afronta con confianza el reto de seguir contribuyendo al progreso de una forma cada vez más sostenible"
