Impermeabilidad del sistema SATE en zócalos
21 de mayo de 2012
Una de las acciones previas fundamentales en la instalación de este tipo de sistemas es el tratamiento del soporte, el cual debe ser resistente, no presentar suciedad, polvo, aceite, grasa, cuerpos extraños (clavos, tacos, tirantes...), estar seco y sobre todo, no contener humedad, incluyéndose en este punto la debida al remonte capilar.
Se trata éste de un aspecto importante sobre el que es necesario actuar, puesto que puede ocasionar el deterioro de la adherencia al soporte del adhesivo utilizado para la colocación de las placas de aislamiento, que tendría como consecuencia un posible desprendimiento del SATE en la zona afectada.
Así, para que el sistema SATE funcione correctamente, es necesario evitar que la humedad contenida en el muro deteriore el anclaje de los perfiles de arranque, o perjudique la adherencia del panel de aislante térmico utilizado:
- Poliestireno expandido (EPS)
- Lana mineral (MW)
- Poliestireno extrudido (XPS)
- Poliuretano conformado (PUR)
- Corcho expandido.
El propio Código Técnico de la Edificación, en el Documento Básico DB-HS-1, hace referencia a esta cuestión en el Art. 2.3.3.2 Arranque de la fachada desde la cimentación: “debe disponerse de una barrera impermeable que cubra todo el espesor de la fachada a más de 15 cm por encima del nivel del suelo exterior para evitar el ascenso del agua por capilaridad, o adoptar otra solución que produzca el mismo efecto.”
Desde esta perspectiva, si el SATE ha de ser colocado en obra nueva, bastará con colocar el perfil de arranque a una cota mínima ≥15 cm por encima del nivel del suelo exterior (foto 1), puesto que este tipo de muros normalmente disponen de esta barrera impermeable que corta el ascenso del agua procedente del subsuelo.
La situación es distinta cuando el SATE se instala sobre una fachada antigua, en la que normalmente el muro carece de elementos de barrera contra las aguas freáticas, por lo que es necesario un tratamiento de impermeabilización previo. Estos tratamientos son variados y dependen de la intensidad del remonte capilar.
Cuando se trata de fenómenos de poca intensidad, bastará con la aplicación de un recubrimiento para la impermeabilización de superficies hasta una cota no inferior a 150 cm sobre el suelo exterior (foto 2). Es importante seguir las recomendaciones e instrucciones indicadas por los fabricantes para la aplicación de este tipo de recubrimientos.
Sin embargo si el problema de remonte capilar es más importante, el tratamiento será más complejo, siendo necesario recurrir a técnicas como:
- La electro-osmósis o inversión del sentido circulatorio del agua dentro del muro mediante procedimiento eléctrico.
- La creación de barreras físicas, cortando o taladrando el muro de lado a lado y rellenando el interior de estos huecos con resinas, mezclas impermeables o láminas de polietileno.
- La formación de barreras químicas que impliquen la creación de barreras cristalinas y consolidantes en el interior del muro mediante inyección de líquidos mineralizadores a base de siliconas, silanos, …
En definitiva, sea cual sea la intensidad del fenómeno capilar en el zócalo de la fachada, es muy importante realizar una impermeabilización previa del mismo para asegurar así la correcta fijación al soporte del sistema SATE y prevenir la posible aparición de patologías de adherencia.