Guardar las apariencias
Los recubrimientos funcionales que, con frecuencia, son los más difíciles de detectar a simple vista, constituyen otro mercado innovador y de rápido crecimiento que viene a sumarse al de los acabados superficiales más visibles. Los notables avances en el rendimiento de los motores diésel, por ejemplo, han sido posibles gracias al desarrollo de recubrimientos especiales, de un grosor de unas pocas micras, que protegen los componentes del motor sometidos a mayores tensiones. Esta tecnología ofrece una combinación de características que ningún material básico, independientemente de su calidad, puede ofrecer. La elección de la técnica de recubrimiento utilizada no viene dada en este caso por la apariencia del revestimiento sino por sus características técnicas. Este mismo principio se aplica también al vidrio. Este material, utilizado en aplicaciones tan variadas como pantallas de ordenador o paneles de fachadas, puede dotarse de propiedades completamente nuevas mediante la adición de recubrimientos microscópicos.
Los distintos métodos utilizados en los tratamientos superficiales más habituales, o sea la pintura, pueden utilizarse indistintamente en diversas aplicaciones. No obstante, en algunas situaciones unos métodos compiten directamente con otros. A las típicas pinturas con base de disolvente se han venido a sumar los recubrimientos en polvo, las pinturas de base acuosa, los recubrimientos de alta rigidez, las pinturas con tratamiento UV y otra alternativas. El objetivo de todos los usuarios de pintura es satisfacer los normas de calidad y los requisitos de sus clientes con el menor coste posible, además de tener en cuenta las cada vez restricciones medioambientales de uso, cada vez más estrictas.
Entre estas limitaciones, la más importante es la denominada directiva sobre COV (compuestos orgánicos volátiles), que define las concentraciones permitidas de disolventes en el aire extraído en los talleres de pintura. Si bien es cierto que los principales consumidores de pinturas, por ejemplo, la industria automovilística, han instalado innovadores sistemas de control de la contaminación, al menos en Alemania, las pequeñas y medianas empresas aún tienen un largo camino que recorrer para adaptarse completamente a esta directiva. En este momento la situación resulta confusa e incierta, si bien la normativa especifica que las plantas obsoletas deberán cesar su actividad en 2007. Es el momento, pues, de que los operadores de las plantas tomen algunas decisiones importantes de cara al futuro.
Las exigencias de protección medioambiental y el deseo de una mayor eficacia no son conceptos que se excluyan mutuamente. La tecnología moderna es capaz de satisfacer las exigencias legales en material medioambiental al tiempo que reduce considerablemente los costes de funcionamiento.
La reducción del consumo de pintura, una limpieza más fácil y otros aspectos similares son un claro ejemplo de las ventajas de invertir cuanto antes en la renovación de las plantas.