El hormigón: material de presente y futuro
El Foro Potencia ha celebrado una nueva mesa redonda, en esta ocasión con el hormigón y sus propiedades para contribuir a una construcción descarbonizada como tema principal. Gracias a los avances en su fabricación, el hormigón está logrando importantes avances para cumplir con los compromisos de la Agenda 2030. De ello han hablado César Bartolomé, director del área de Innovación del Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA) y coordinador de la Plataforma Tecnológica Española del Hormigón (PTEH), Aniceto Zaragoza, director general de la Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen) y presidente de la Plataforma Tecnológica Española del Hormigón (PTEH), y Carlos Peraita, director general de la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (Anefhop).
Ricardo Cortés, director del Foro Potencia, fue el encargado de moderar y presentar la mesa, celebrada en formato webinar bajo el título 'Presente y futuro del hormigón: descarbonización y nuevos materiales'. Como recordó Cortés en su introducción, el hormigón es el segundo material más consumido por el hombre en el planeta después del agua, con lo que el impacto de la reducción de su huella de carbono a nivel global es enorme: “Tenemos un reto enorme por delante las emisiones por tonelada de producto se han reducido un 15% desde 1990, aunque todavía queda un lago camino por recorrer para alcanzar el objetivo de 2050”.
Aniceto Zaragoza explicó en su intervención la hoja de ruta de la industria cementera española hacia la descarbonización. “Estamos en un mundo cambiante”, señala. “Hace cinco años, cuando hablábamos de descarbonización, los objetivos eran del 50%; poco después, eran del 80%. En 2020, cuando lanzamos nuestra primera versión de la hoja de ruta, ya estábamos apostando por la neutralidad climática en 2050, y hoy veremos que nuestra aspiración es ir más allá de ser neutros en carbono. Tenemos que ser conscientes de que las exigencias de la sociedad están cambiando y de que el sector tiene que encontrar una respuesta contundente”.
Estrategia de las ‘cinco C’
El clínker es el elemento fundamental de la fabricación de cemento y el que concentra el mayor impacto medioambiental. “Aquí tenemos que reducir hasta un 66% las emisiones, hasta la próxima actualización de la hoja de ruta, donde la ambición será mayor”, aclara. Aunque existen varias propuestas de clínker bajo en carbono en todo el mundo, Aniceto Zaragoza subraya la necesidad de soluciones que sean escalables y no requieran un calentamiento adicional durante la construcción. El número de alternativas viables es limitado, pero la industria se está centrando en el hidrógeno como posible solución, con algunas aplicaciones prácticas ya en marcha. Otras áreas de interés son las fuentes de energía renovables, la autogeneración en plantas y las tecnologías de captura, utilización y almacenamiento de carbono.
Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen y presidente de la PTEH.
En el año 1990, la producción de cemento emitía aproximadamente 815 kilogramos de CO2 por tonelada, pero en 2022 se había reducido a 642 kg. El objetivo para 2030 es reducir las emisiones entre un 44% y un 45%, y para 2050, la ambición es tener una huella de carbono negativa. Esto, explica Zaragoza, se conseguirá no sólo reduciendo las emisiones, sino también capturándolas y almacenándolas mediante procesos de carbonatación: “El proceso de carbonatación y la biomasa utilizada como combustible contribuirán a esta negatividad. Para ello son necesarias inversiones importantes y marcos jurídicos adecuados para que esto sea una realidad”.
“La responsabilidad de alcanzar esta meta es compartida entre el sector privado y la administración pública, es necesaria la cooperación público-privada para alcanzar estos objetivos”, concluye el director general de Oficemen.
Hormigones de bajo impacto ambiental
César Bartolomé es director del área de Innovación del Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA) y coordinador de la Plataforma Tecnológica Española del Hormigón (PTEH).
El cemento es un material intensivo en CO2 y desde la industria se trabaja en reducir esta huella de carbono. A pesar de su elevado impacto en las emisiones, para César Bartolomé “las críticas que recibe el sector son desproporcionadas. Según World Green Building Council, el sector de la construcción contribuye al 11% de las emisiones totales, mientras que la aportación del sector de la construcción al PIB mundial se sitúa entre el 10% y el 12%, con lo que su impacto ambiental es proporcional a su impacto en la economía”.
Además, no todas las emisiones proceden de los propios edificios o materiales de construcción; muchas se generan por el uso de estas estructuras. Por ello, César Bartolomé aclara que “cuando se habla del 40% de las emisiones totales o del 36% del consumo energético, se trata de estadísticas europeas. En España, estas cifras se reducen aproximadamente un 18% debido al clima favorable del país”.
“Ponemos el foco en el cemento porque representa entre el 80% y el 90% de las emisiones del hormigón”, continúa el coordinador de PTEH. “Lógicamente, si queremos reducir la huella de carbono del hormigón, vamos a tener que actuar sobre el cemento, pero no es el único elemento”.
Por tanto, la definición de hormigón bajo en carbono es compleja. La Asociación Mundial del Cemento y el Hormigón (GCCA) está trabajando en establecer una serie definiciones por bandas; dentro de una categoría de resistencia se establece una graduación sobre la huella de carbono de esa clase de hormigón.
Asimismo, César Bartolomé apuesta por buscar la solución más eficiente para la estructura en su conjunto, mirando más allá del propio material y teniendo en cuenta factores como la durabilidad y los riesgos potenciales de reducir demasiado el contenido de cemento: “Hay que optimizar las mezclas de hormigón al tiempo que se garantiza la durabilidad y utilizar tipos de cemento o aditivos alternativos cuando sea necesario. Es necesario tener un enfoque holístico de la reducción del carbono en la construcción y analizar cada proyecto específicamente para determinar la solución más eficaz”.
El gran congreso de la industria del hormigón
“Todo lo que no se comunica no ocurre. Por ello decidimos organizar un congreso de estas características, de alcance nacional y en el que cada tres años podamos ver los avances en el sector”, explica Peraita.
En línea con las inquietudes de la industria, el I Congreso Nacional del Hormigón contó con cinco bloques principales de contenidos: transformación digital, sostenibilidad, cambios normativos, gestión empresarial y área internacional. El impacto medioambiental de la industria ocupó buena parte del programa, con numerosas intervenciones enfocadas a cómo afrontar este reto y numerosos ejemplos de innovación aplicada al hormigón para reducir su huella de carbono. Desde Anefhop también se han dado pasos importantes, como la Declaración Ambiental de Producto, en base a cuyo cálculo se ha elaborado la hoja de ruta de CO2 para el hormigón. Según los resultados de la DAP sectorial, Anefhop ha establecido el compromiso de reducir la huella de carbono para 2030 un 40% respecto al año 1990. “Todo esto es conseguible hoy día con los cementos que tenemos”, destaca Carlos Peraita.
Además, la patronal del hormigón ha enumerado una serie de medidas con impacto inmediato, como el empleo de cementos con menor huella de carbono, el uso de materiales con menor distancia de transporte, la optimización de dosificaciones para consumir el cemento estrictamente necesario, el uso de herramientas digitales para optimizar todo el proceso, renovación de flotas con reducción de consumos de combustibles fósiles o la reutilización y reciclado de materias primas, entre otras.