“La buena iluminación debe estar hecha a medida de las necesidades de los usuarios y, especialmente, sobre la percepción del espacio”

Susanna Antico es una de las Lighting Designers de referencia en iluminación urbana a escala internacional. Se formó como arquitecta, pero pronto sintió una fuerte atracción hacia la creatividad y el diseño lumínico de edificios y espacios urbanos. Destacan sus proyectos de iluminación en Amberes y Brujas, por los que ha recibido varios reconocimientos, gracias a la reinterpretación de la luz y su adaptación a la percepción humana, para crear espacios de gran belleza visual y lumínica. Aprovechando su participación en una de las sesiones de la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI), Antico nos desgranó las claves de su éxito, que le valió en 2019 el Premio IALD a la Excelencia.

Me considero una persona muy curiosa sobre la vida, la naturaleza, la gente, el diseño... Tengo formación en arquitectura, en parte porque procedo de una familia de arquitectos, pero me focalicé en el diseño como parte integradora de la arquitectura. Considero que hay que atender a la iluminación, incluso la luz del día. De hecho, nuestros edificios están preparados para el día, pero no para la noche. Decidir e interpretar una escena nocturna es una acción consciente que tenemos que realizar. Es importante elegir el color de la luz, como un acto de responsabilidad porque su percepción desde el exterior puede ser diferente. Este es uno de los aspectos que más me atrae.

La arquitecta y Lighting Designer Susanna Antico en 2019, cuando le fue otorgado el IALD Award a la Excelencia.

Permite crear una imagen de un espacio, edificio, lugar… y generar algo inesperado y misterioso. No obstante, hay que conocer las reglas porque, sino, se puede volver independiente y puede provocar efectos de rebotes o reflejos, e incluso puede hacer desaparecer cosas. Pese a mi experiencia, cada día tengo nuevos descubrimientos. Creo que para la sociedad es más fácil hablar de la iluminación por la noche porque la cultura diurna se ha desarrollado bastante, ya que se ha mejorado la forma de construir. Si un edificio está orientado al sur o al norte podemos saber cómo utilizar la luz natural. Pero con la luz artificial todavía estamos muy inmaduros porque, por desgracia, la iluminación es cara. Además, se tarda mucho en implantar un sistema de iluminación. Así que se trata de un instrumento muy poderoso por la noche, pero en un espacio también tiene la capacidad de crear un ambiente agradable y acogedor.

La tecnología va a cambiar la forma de iluminación los lugares, aunque este cambio ya se está dando. Uno de los aspectos más remarcables es que antes la iluminación era estática. Es decir, solo existían las operaciones de encendido y apagado, aunque se podían usar diferentes sistemas. Ahora la tecnología te brinda más flexibilidad, pero genera demasiada independencia en la elección y, en parte, dificulta la personalización, ya que implica más dedicación desde la fase de diseño. Por suerte, la fabricación es cada vez más precisa y con mejor calidad de luz.

Es importante saber cómo la gente va a utilizar el espacio a iluminar. Existe una mezcla entre lo deseable y la realidad. Hay que analizar si realmente es necesario para cruzar una calle, leer un libro... En paralelo, existe un lenguaje cultural que debemos tener en cuenta como diseñadores y que está relacionado con la percepción y el modo de vida. Somos animales y tenemos uno hábitos muy predecibles; así que el diseñador de iluminación es responsable de dar forma al espacio de la manera más adecuada. La buena iluminación, aparte de no ser deslumbrante para que no moleste, depende de también de la edad. Cuando eres un niño ves en la oscuridad; cuando se es más mayor, el contraste y la percepción del espacio es diferente. Así que la buena iluminación debe estar hecha medida de las necesidades.

Arrastramos la herencia de luminarias muy visibles e iluminación decorativa, que de hecho son piezas muy agradables de ver, pero tienen una fuerte presencia, ya que lo que queremos es percibir el espacio. Queremos saber lo grande que es, así que tengo que ser capaz de leer el entorno sin la presencia de estas luminarias. Es un problema de organización espacial, así que creo que la iluminación debería integrarse en él lo máximo posible. Una iluminación decorativa te hace sentir como en casa, así que tiene un significado, pero, en muchas situaciones, se precisaría que la luz fuera más discreta e integrada.

Iluminación de la catedral de Amberes, proyecto impulsado por Susanna Antico. Foto: Benno.

Sí, pero en distintos niveles. Nunca sabemos qué tipo de rayos u ondas de energía estamos emitiendo cuando producimos luz, aunque hay estudios muy interesantes sobre esto. Y, por otro lado, tenemos el hecho de que la iluminación, debido al fuerte poder que ejerce, te hace sentir bien en un espacio. Es una herramienta muy interesante en lugares que son muy tristes, como hospitales o residencias de ancianos. Pero hay que tener en cuenta que, si no apostamos por un diseñador de iluminación tenemos muchas posibilidades de arruinar un proyecto. Cambias el ambiente y haces que la gente se sienta mejor simplemente porque transformas el espacio. No necesitas desnudar para pintar. Basta con utilizar la luz.

En cuanto a la sostenibilidad es más difícil porque creo que es una ilusión. De hecho, tenemos sistemas que son cada vez más eficientes. Conseguimos iluminar espacios más grandes de una forma más bella. No obstante, la luz y los sistemas de iluminación LED son bastante caros y, cada vez más, buscamos piezas reemplazables, para que no generar tantos residuos. En contrapartida, trabajamos en espacios al aire libre para tener una escena nocturna que sea atractiva y esta actitud no es muy responsable ni sostenible. A veces tengo muchas dudas de si pongo diez kilómetros de cables en un edificio y 700 luminarias. Es un problema del mundo occidental. Así que la sostenibilidad creo que requeriría una actitud completamente diferente y, por desgracia, es una ilusión. Nos gusta decir que las cosas son reemplazables, que consumen menos energía, pero consumimos más y más.

Detalle del campanar de la Catedral de Amberes y el diseño lumínico que contribuya a enfatizar este emblema de la ciudad. Foto: Benno.

Realmente es una pieza clave. Llevo casi 30 años como diseñadora de iluminación y recuerdo cuando dije que quería ser más creativa, pese a que soy arquitecta. Mis colegas y amigos estaban muy preocupados por si estaba haciendo algo muy raro y malgastando mi diploma. De hecho, somos una profesión joven, porque la electricidad también lo es. Pese a ello, somos una profesión indispensable y, en cierta manera, hacemos magia porque conseguimos transformar un espacio. Es una actividad que fascina.

Es una cuestión interesante porque la seguridad, de nuevo, no se cuantifica o demuestra, sino que es una percepción individual sobre si un lugar es más o menos seguro, así que la cantidad de luz no es relevante. Pero de nuevo, somos animales y la forma en que leemos el espacio es importante. Si la luz se coloca de forma que tengamos el control del espacio, me puede hacer sentir más segura, ya que, entre otros aspectos, me permite ver una silueta e, incluso, la cara de una persona con la que me puedo cruzar por la noche. Existe un gran debate al respecto porque, que haya zonas muy iluminadas no reduce el peligro; así que menos luz no implica necesariamente que sea más inseguro. Todo debe estar en su justa medida y esto es lo más difícil de nuestra profesión. Es como la música. Si alguien empieza a gritar o cantar demasiado alto, entonces no se percibe la melodía. Además, hay factores que influyen, ya que vemos de noche de manera diferente, así que se diseña a partir de estos elementos de percepción.

La ciudad de Treviglio (Italia) luce una iluminación moderna y precisa. Foto: Giacomo Artale.

Todos tienen un importante valor. En este momento estoy haciendo un trabajo específico y para mí ahora este es el más importante, ya que en cada uno nos involucramos al máximo. En la mayoría de proyectos me siento muy satisfecha y más cuando provoca un efecto ‘wow’ en la gente. Sin embargo, debo reconocer que existen varios destacados como el de la ciudad de Treviglio. Una ciudad en la que nos escucharon y pudimos diseñar una iluminación muy bonita, que mantiene una relación con el proyecto que realizamos en la ciudad de Amberes, ya que cuenta con edificios muy espectaculares y una catedral destacada. Todavía estamos sorprendidos del resultado final.

Recientemente, nos han comunicado que hemos ganado un concurso público en Palermo (Sicilia), para diseñar su paseo, la zona del palazzo y también la catedral. Estoy muy contenta porque es un gran proyecto. También está en proceso el diseño lumínico en una antigua mina en Bélgica, que también será fascinante.

A la izquierda el Cafe des Arcades en Fribourg (Suiza); a la derecha la Cascina Ranverso en Torino (Italia).

Sobre Susanna Antico

Susanna Antico es licenciada en arquitectura, fundadora y directora de la consultoría de iluminación arquitectónica Susanna Antico Lighting Design Studio, con sede en Milán (Italia). Desde 1995, Susanna dirige este estudio, especializado en proyectos de iluminación arquitectónica, artística, urbana y medioambiental. La investigación, la formación y la práctica se centra en la creación de una identidad nocturna sostenible del entorno urbano. Su mensaje de que una iluminación diseñada con calidad contribuye a la habitabilidad de las ciudades, ha sido asimilada por varias administraciones públicas, para las que ha desarrollado planes maestros de iluminación y numerosos proyectos de iluminación urbana en distintas escalas, recibido reconocimientos y ha editado numerosas publicaciones profesionales en Italia y en el extranjero.

Susanna Antico también ejerce de Profesora Invitada en el departamento de diseño de interiores de la Escuela de Artes de Gante (Bélgica). Es, además, expresidenta de APIL (Associazione Professionisti dell' Illuminazione), miembro del Consejo de la IALD (Asociación Internacional de Diseñadores de Iluminación) y miembro de CLSF (Concepteurs Lumière Sans Frontières). Una profesional apasionada y activa en actividades que contribuyan en promover y apoyar el establecimiento de la profesión del diseño de Iiuminación arquitectónica independiente.