Los plásticos se acercan con lentitud a la certificación
El sector de los plásticos se acerca con lentitud a la certificación
Tres de los grandes fabricantes de automóviles de todo el mundo, Ford, Chrysler y General Motors, unificaron sus respectivos referenciales en uno común llamado QS 9000
Las empresas españolas siguen rezagadas respecto a las europeas en la implantación de sistemas de calidad, si bien están demostrando un creciente interés por conocer más sobre esta cuestión. Esta afirmación, válida para la generalidad de las pymes españolas, también se puede aplicar a la industria de los plásticos de nuestro país. En Aenor, por ejemplo, existen 107 empresas certificados de empresas de plásticos.
ISO es una organización internacional dedicada a la elaboración de normas en todos los sectores, excepto el electrónico y el de electrotecnia, para los cuales existe una organización específica (IEC/CEI). Se trata de una organización internacional cuyos miembros son las entidades que elaboran normas en sus países y colaboran en el ámbito internacional. Sólo se admite un miembro por país, y en España es la Asociación Española de Normalización y Certificación (Aenor) el que ocupa esta posición.
En torno a ISO existen una serie de confusiones habituales. Por ejemplo, es de señalar que ISO (International Organization for Standarization) no realiza actividades en el campo de la certificación, ni mantiene ningún control sobre las entidades que certifican según la normas que elabora.
Figura 1 Trabajar con calidad es una de las grandes premisas de nuestros tiempos. En la imagen, comprobación de las tolerancias de un molde de inyección.
Por otra parte, no se puede hablar de una norma ISO 9000, sino de una familia de normas interrelacionadas, de las cuales las más conocidas son la ISO 9001, ISO 9002 e ISO 9003. Por este motivo, no se puede decir que una empresa ha obtenido el certificado ISO 9000, ya que esta norma no existe, y es imprescindible indicar la norma utilizada. Al tratarse de normas adoptadas por el Comité Europeo de Normalización (CEN) y por Aenor, a nivel nacional, se denominan UNE-EN ISO, lo que significa que es una norma española, que a su vez es europea e internacional.
La norma ISO 9001 es elegida por aquellas empresas que quieren certificar su sistema de aseguramiento de la calidad desde el diseño, el desarrollo, la producción, la instalación y el servicio postventa. La ISO 9002, por su parte, sirve para aquellas que se centran en la producción, la instalación y el servicio postventa y, por último, la ISO 9003 se centra en la inspección y los ensayos finales. Todas estas normas se han denominado de tercera generación, ya que establecen métodos especiales y no procedimientos de ensayos, características técnicas o representaciones gráficas.
También se debe señalar que no hay organismos que tengan la exclusividad de la certificación basada en la familia de normas ISO 9000. La principal diferencia entre las distintas entidades de certificación consiste en contar o no con la acreditación del organismo competente de cada país. En España, este organismo es la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) que, hasta la fecha, ha acreditado a tres entidades: Aenor, De Norske Veritas y LGAI.
La certificación en los plásticos
Acceder a la obtención de una norma significa pasar por un proceso de certificación predeterminado al que toda empresa debe atender necesariamente. Tras un primera fase de información se realiza un análisis previo del cumplimiento de las exigencias de la certificación y, posteriormente, un manual de calidad, procedimientos y otros documentos. Una auditoría inicial registra las posibles desviaciones cometidas por la empresa solicitante, tras lo cual, corregidas todas las cuestiones no satisfactorias, se pasa a determinar si efectivamente se cumplen todos los requisitos de certificación para, en caso afirmativo recibir el certificado de registro de empresa. Sin embargo, no todo termina ahí, ya que se siguen realizando auditorías de seguimiento anuales que, en caso de incumplimientos graves o repetitivos pueden dar lugar a la retirada del certificado.
Este es, de una manera muy resumida, y pasando por alto algunos de los pasos que hay que dar, el camino a seguir por cualquier empresa que desee recibir un certificado de empresa. Y es un camino que, precisamente en el mundo de los plásticos, han seguido pocas empresas. De un total de 2.134 empresas certificadas por Aenor, 107 pertenecen a "Productos Plásticos y de Caucho". Probablemente el número sea algo mayor, ya que son numerosas las empresas que no figuran como transformadoras de plásticos y que, sin embargo, sí que utilizan estos materiales y los procesos respectivos en su cadena de producción, un problema habitual a la hora de detectar a los transformadores de plásticos. Así por ejemplo, entre las empresas certificadas bajo los epígrafes "Industrias Aeroespaciales"(4),"Industrias Navales"(1), "Otros Equipos de Transporte" (93) y "Reciclado"(1), también podrían encontrarse algunas implicadas en actividades relacionadas con los plásticos.
Otro dato a tener en cuenta a la hora de valorar las 107 empresas citadas anteriormente, es que en ese grupo no están inscritas la mayoría de las grandes multinacionales químicas presentes en nuestro país y que, en la mayor parte de los casos, cuentan con la certificación ISO 9002 en sus diferentes plantas productivas. Tal es el caso de Repsol, Hoechst, Aiscondel, Dow Chemical, Elf Atochem, Hispavic, Vetrotexy otras muchas.
Volviendo al ámbito de la transformación y en un análisis más exhaustivo de la actividad de cada una de las empresas certificadas, vemos cómo las dedicadas a productos para el sector de la construcción constituyen el grupo más numeroso. Son un total de 27, es decir un 25,2 por ciento, entre las cuales la fabricación de tubos es la actividad predominante. En segundo lugar se encuentran las 21 que trabajan para el sector del envase y embalaje (19,6 por ciento), con la producción de film como protagonista.
El tercer grupo más numeroso lo constituyen una serie de empresas difícilmente clasificables, dada la gran variedad de productos y piezas que realizan. Tal es el caso de muchos subcontratistas que trabajan bajo pedido para diversos sectores.
Sin tener en cuenta este grupo, el tercer puesto lo ocupan los transformadores de plástico orientados al sector del automóvil. Son 14 las certificadas, que representan un 13 por ciento del total. Como se ha mencionado anteriormente, a la hora de valorar este dato es importante tener en cuenta la necesidad de los que trabajan para el automóvil de hacerlo bajo las particularidades que el propio sector establece. Esto significa que, muchas empresas podrían
realizar su trabajo conforme a las normas de sus clientes, a pesar de no tener la certificación de la familia ISO 9000.
Fabricantes de pieza técnica (8), de compuestos, materiales o aditivos (8), de productos para la agricultura (3), para el sector de la medicina (2) y el eléctrico (2) completan la lista de Aenor.
Para finalizar con la estadística, llama la atención el hecho de que casi el 16 por ciento de todas estas empresas trabajan en caucho, un porcentaje relevante si tenemos en cuenta la realidad de la industria del caucho de nuestro país.
Una obligación... en el automóvil
Otra de las cuestiones que se deben poner de manifiesto es que no es obligatorio del cumplimiento de las normas ISO. Esto significa que, lógicamente, la obligatoriedad sólo puede derivarse de una exigencia de las Administraciones Públicas o de un cláusula contractual entre proveedor y cliente. En algunos sectores esta cláusula existe, aunque de una forma diferente, desde hace ya mucho tiempo. Es el caso del automóvil, una industria en la que, antes de la aparición de las normas de la familia ISO 9000, los fabricantes ya habían establecido una serie de normas para sus proveedores de obligado cumplimiento.
Estas especificaciones definían modelos de aseguramiento de la calidad similares en gran parte a las normas ISO 9000, pero con la inclusión de requisitos concretos propios de la industria automovilística.
Estos requisitos específicos no estaban contemplados en las normas ISO 9000, tal es el caso de la realización de Análisis Modal de Fallos y Efectos (AMFE), o no eran obligatorios en las mismas, como por ejemplo el control estadístico del proceso. La creciente difusión a nivel mundial de la certificación basada en las normas ISO 9000 no eliminó la necesidad por parte de dichos constructores de realizar auditorías a sus proveedores para verificar el cumplimiento de los requisitos específicos. Además, considerando que estas exigencias variaban de un fabricante de coches a otro, podía suceder que un proveedor certificado con las normas ISO 9000 tuviera que recibir múltiples auditorías de sus clientes, con el gasto en tiempo, dinero y esfuerzo que eso llevaba consigo.
Ante esta situación, tres de los grandes fabricantes de automóviles de todo el mundo, Ford, Chrysler y General Motors, unificaron sus respectivos referenciales en uno común llamado QS 9000, que incluye los requisitos de las normas ISO 9000.
Figura 2 El trabajo en equipo y según unos procedimientos establecidos aporta numerosas ventajas a las empresas
De manera similar, los tres grandes franceses, Renault, Peugeot y Citroën, desarrollaron un referencial común denominador, EAQF 94, con objetivos similares a los comentados anteriormente. Sin embargo, en este caso, los fabricantes no exigen a los organismos de certificación una acreditación específica para dicho referencial, sino que firman acuerdos directos con dichos organismos para que éstos realicen la evaluación de sus proveedores.
En España, Aenor también juega un papel importante en el campo del automóvil. De hecho, ofrece la posibilidad de certificar según tres nuevos referenciales exigidos por las empresas de automoción, entre ellos QS 9000, sin necesidad de repetir las auditorías. Su acreditación por ENAC para la certificación según el referencial QS 9000 a los proveedores de Ford, Chrysler y Opel convierte a Aenor, según fuentes de la propia organización, en el único organismo a nivel mundial acreditado para evaluar y certificar de acuerdo con QS 9000.
Asimismo, el pasado mes de noviembre Aenor firmó un acuerdo con las compañías francesas de automoción instaladas en España (Grupo PSA, formado por Peugeot, Citroën y Renault) por el que delegan en esta asociación la evaluación de los proveedores según EAQF/94. Aenor se convierte así en uno de los tres organismos con los que "las grandes" de Francia han suscrito dichos acuerdos.
También es interesante señalar que el consorcio Volkswagen ha reconocido a este organismo para la evaluación de sus proveedores según el referencial VDA 6.
Como reflexión general en torno a esta situación se puede señalar que la aparición de un gran número de referenciales en este sector, muchos de ellos muy similares, implicaría que los proveedores tendrían que realizar numerosas certificaciones o evaluaciones. Sin embargo, la tendencia se encamina a unificar los respectivos referenciales y, por lo tanto, las consiguientes certificaciones o evaluaciones. Según fuentes de Aenor, esta tendencia redundaría en un menor gasto de tiempo y dinero de los proveedores y, en definitiva, mejoraría su competitividad, algo que, en definitiva, beneficiaría a los constructores de coches.
Predicando con el ejemplo, los propios fabricantes de automóviles están obteniendo la certificación ISO 9000, un fenómeno impensable no hace muchos años. Algunos ejemplos de empresas a las que Aenor ha concedido el certificado son Opel, Volkswagen, Seat, Peugeot, Santana Motor o Renault Vehículos Industriales.
ISO (International Organization for Standarization) no realiza actividades en el campo de la certificación, ni mantiene ningún control sobre las entidades que certifican | La principal diferencia entre las distintas entidades de certificación consiste en contar o no con la acreditación del organismo competente de cada país | Existe la miniISO? |
Esta es otra de cuestiones en torno a las cuales hay una cierta confusión. En ocasiones se escuchan opiniones sobre una supuesta miniISO que, sin embargo, no existe. Expertos en certificación aseguran que, si por este término se entiende la existencia de unas normas ISO más suaves para un determinado tipo de empresas, estamos incluso ante un grave error de concepto. Efectivamente, no tendría ningún sentido relajar las exigencias para cumplir con unas normas estándar que se caracterizan precisamente por eso, por ser estándar. Puede darse el caso de que una empresa exija a su cliente el cumplimiento de algunos de los requisitos necesarios para acceder a la certificación, permitiendo el no cumplimiento de otros. Sin embargo, en estos casos se trata de acuerdos particulares entre dos entidades e incluso sectoriales, en los cuales las ISO actúan tan sólo como referencias. Es decir, aquella empresa que sólo cumpla algunas de los exigencias mínimas requeridas por ISO, podrá probablemente suministrar sus productos al cliente con el que ha llegado a un determinado acuerdo, pero no podrá tener la certificación de alguna de las normas de la familia ISO 9000. En un lenguaje entre ambas partes, podría incluso estar aceptada la utilización del término miniISO, pero desde un punto de vista estricto y correcto, este tipo de normas, simplemente, no existen. |
Los transformadores de plásticos para el sector de la construcción constituyen el grupo más numeroso de empresas certificadas en la industria de los plásticos | En España, Aenor ofrece la posibilidad de certificar según tres nuevos referenciales exigidos por las empresas de automoción, entre ellos QS 9000 |