La rehabilitación de edificios como estrategia de negocio

El mundo de la construcción atraviesa actualmente un periodo de cambios donde emergen nuevos paradigmas de negocio. La capacidad de innovación y transformación son factores claves para todas aquellas empresas que quieren seguir siendo protagonistas del presente y futuro del sector.

A día de hoy, las empresas constructoras deben enfrentar el mercado desde nuevos retos y desafíos: en este contexto, uno de los modelos de negocio que se está abriendo en España y en general en Europa es la rehabilitación de edificios. Varios factores influyen en el crecimiento de esta actividad, entre ellos destaca por ejemplo la necesidad de mejorar la eficiencia energética de las actuales construcciones: diversas directivas de la Unión Europea tienen como objetivo favorecer la reducción de consumo de la energía, una variable directamente vinculada a la lucha contra el cambio climático.

A ellos se suma el factor de que un importante porcentaje del parque de edificios se encuentra en una situación deficiente, producto entre otros, de años de déficit inversor por el efecto crisis. También destaca la necesidad de mejorar la accesibilidad de los edificios en general. Esto se produce en parte por un desarrollo de la consciencia social sobre las dificultades que afrontan las personas con movilidad reducida, pero también a raíz del progresivo envejecimiento de la población.

Por tanto, la rehabilitación de edificios como estrategia de negocio es una opción real y atractiva para muchas empresas constructoras. En el caso de Sorigué, con una amplia experiencia en el mundo de la edificación, la rehabilitación es sin duda una oportunidad de desarrollo con alto valor añadido. Durante estos últimos años, el grupo empresarial ha llevado a cabo varias obras en este ámbito, donde se destacan los siguientes proyectos.

Edificio emblemático del distrito Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona, que fue legado a la ciudad por el astrónomo catalán Josep Comas i Solà. Aunque se trataba de un espacio en desuso, es un lugar socialmente muy valorado, por lo que la prioridad era recuperarlo como complejo de equipamientos para el barrio. El proyecto, realizado en 2016 y 2017 por los arquitectos Yosumo, incluyó la rehabilitación del edificio existente y la construcción de un edificio contiguo de planta baja y seis plantas, que alberga un centro cívico, un casal para la tercera edad, espacio para jóvenes, ludoteca y espacios polivalentes, con una superficie total de 2.446,80 m². Ambas estructuras conectan a través de la planta baja y el sótano. Tras la reforma, el edificio es energéticamente sostenible y eficiente.

Uno de los principales desafíos de este proyecto fue generar la planta sótano bajo el edificio original. Se realizaron refuerzos estructurales y nuevos apoyos, tareas que resultaron muy complejas dadas las características propias de la obra.

Además, el proyectista interiorizó la sensibilidad transmitida a nivel social para mantener vivo en el nuevo proyecto el recuerdo del jardín de la antigua Villa Urania. Para ello desarrolló un plano vertical en el edificio nuevo junto a la construcción original que ha creado un nuevo espacio de ilusionismo, con una fachada ventilada ajardinada abierta, mientras que las zonas opacas de la misma poseen revestimiento metálico que varía de color según la perspectiva y el reflejo solar.

Reforma de edificio ubicado en calle Aragón de Barcelona realizada en 2015 para dedicarlo a hotel, a cargo del arquitecto Jordi Vinyoles. Con una superficie construida total de 3.407,98 m², se compone de planta sótano, planta baja, planta altillo, seis plantas piso y planta cubierta. Conceptualmente ha sido un proyecto de rehabilitación muy complejo de ejecutar, ya que se mantuvo la fachada original del edificio durante los trabajos de derribos, cimentación, estructura, divisorias, instalaciones y arquitectura de interiorismo, con la particularidad añadida de que se tuvieron que sumar dos nuevas plantas al edificio y reproducir en su revestimiento exterior el aspecto de la fachada original, incorporando para ello los recercados en los huecos de balconeras, molduras en las cornisas, barandillas de forja, entre otros aspectos.

El mantenimiento de estos elementos se conjugó con la incorporación de nuevos elementos constructivos muy ligeros y transparentes en las barandillas existentes, que garantizan además el cumplimiento de la nueva normativa según el Código Técnico de la Edificación (CTE).

En los años más complejos de la crisis en la construcción, entre 2011 y 2012, Sorigué llevó a cabo la rehabilitación y cambio de uso de este edificio con un diseño de interiorismo singular en el que participaron proyectistas y diseñadores de nivel internacional.

El edificio se rehabilitó con capacidad para 154 habitaciones, en una superficie construida de 7.614 m² y está formado por planta sótano, planta baja y siete plantas piso. Las reformas han otorgado al edificio la clasificación energética A.

En el proyecto, a cargo de Ibinser, se utilizaron materiales muy particulares como baldosas de hormigón tipo Ivanka, inspiradas en antiguas baldosas hidráulicas pero con un aire renovado y fresco. La apuesta por un interiorismo y arquitectura contemporánea llevó a utilizar mosaicos hidráulicos tipo Pinar Miró con tratamientos superficiales posteriores, que permiten una mejora en el endurecimiento superficial y facilitan el mantenimiento y limpieza. Otro elemento distintivo fue la utilización de lámparas de fabricación textil con evocación vintage. Todas estas particularidades otorgan a esta rehabilitación un diseño actual y atrevido.