La construcción, sector clave para salir de la crisis
Frente a todos aquellos que pretender denostar el sector de la construcción, Juan Lazcano, presidente de la CNC, señala que hay que oponer su naturaleza de industria “profesional e innovadora”, capaz de dotar a este país de las infraestructuras más modernas y de viviendas que hacen más confortable nuestro día a día. Además, es un sector que ha dinamizado claramente nuestra economía durante el último cuarto de siglo ya que, como recordaba Juan Lazcano, por cada millón de euros invertido en infraestructuras se crean 18 puestos de trabajo y se revierten 570.000 euros a las arcas del Estado.
La irrupción de la crisis y su especial virulencia en el sector de la construcción está conllevando una fuerte destrucción de masa empresarial y profesional. Según los datos manejados por la CNC, de enero de 2008 a enero de 2012 desaparecieron cerca de 160.000 empresas relacionadas con la construcción (una cuarta parte de las existentes antes de la crisis). A ello hay que sumar un descenso del 66% en la afiliación en la Seguridad Social de trabajadores de la construcción entre enero de 2007 y enero de 2013, y de un 30% en el régimen de autónomos.
Esta brusca caída tiene su origen tanto en la crisis que sufre el sector inmobiliario, con un stock de viviendas al que aún está costando mucho dar salida, como en la espectacular bajada que se ha producido en inversión pública para infraestructuras, que se cifra en un 82% desde el año 2007.
Desde la CNC, como manifestaba su presidente, no se está en contra del recorte en el gasto público para ajustar las cuentas del Estado, pero sí se solicita que este recorte se centre en gastos no productivos, y no en inversiones que son imprescindibles para la buena marcha de nuestra economía. En este sentido destacaba la lamentable situación que se está dando, por ejemplo, en materia de conservación de carreteras donde el Estado lleva desde el año 2010 sin invertir un solo euro en refuerzo de firmes, provocando con ello que el déficit en el estado de estas vías ascienda ya a cerca de 5.500 millones de euros (datos extraídos de un estudio de la AEC).
Desde la CNC se apuntan una serie de propuestas para reactivar el sector de la construcción que pasarían por fomentar aún más la financiación público-privada, por la defensa del pago por uso, por una selección de inversiones en aspectos claves como el transporte, el agua o la energía (siempre bajo criterios de productividad), por la aprobación de medidas tributarias que tengan impacto sobre el stock de viviendas o por un mayor compromiso del Gobierno en la rehabilitación y, más concretamente, por todo lo relacionado con la eficiencia energética.
Según Juan Lazcano no puede mantenerse una situación como la actual, donde la inversión en obra pública sobre el PIB es del 0,8% cuando hace apenas tres años era del 3,8%. Desde la CNC se solicita un mayor esfuerzo inversor por parte de las administraciones públicas que permita elevar este porcentaje a niveles cercanos a los de países con infraestructuras ya maduras (1,5%).
Lazcano añadía que frente a la demonización que sufre en España la construcción, en Europa se sigue viendo a esta industria como un elemento clave para ganar en competitividad, capaz de generar un 10% del PIB continental y 20 millones de puestos de trabajos directos. De hecho desde la UE se apunta que hay que seguir incidiendo en materias claves como la renovación de edificios, la eficiencia energética, los transportes, la lucha contra la morosidad, la reducción de trabas administrativas y la formación.
Como concluía Juan Lazcano, si hay un sector competitivo ese es la construcción, que tiene aún un gran futuro por delante y que debe anteponer dos ideas a los mensajes negativos que están saliendo desde Gobierno: ‘no está todo hecho’ (en materia de transportes de mercancías, por ejemplo, hay mucho por hacer) y ‘de la crisis no se puede salir sin tener en cuenta a la construcción, un sector clave para la recuperación del empleo’.
Alquiler de maquinaria
Juanjo Torres, presidente de Aseamac y director gerente de TST Servicios, fue el encargado de hacer la introducción del papel de las empresas alquiladoras dentro del sector de la construcción. Según él mismo reconocía, venimos de una época caracterizada por una demanda elevadísima de construcción, de “una gran fiesta” donde todo se vendía y alquilaba, generando así un enorme número de agentes de alquiler y un parque de maquinaria “infinito”, que a día de hoy, seguimos sin ser capaces de ajustar a la demanda actual.
El alquiler de maquinaria se caracteriza además por estar aún muy atomizado, por estar disgregado en varios CNAE’s (lo que dificulta su control), por someterse a una guerra de precios muy dura, por asistir en muchos casos a competencias “extrañas” e incluso “irregulares” y por mostrar aún cierta inmadurez en materia de procesos de internacionalización, reconocía.
De cara al futuro, como añadía Juanjo Torres, la incertidumbre que sigue envolviendo el mercado paraliza a muchos alquiladores, que no saben si coger la senda de la inversión o de la desinversión. La vía de la internacionalización no parece fácil, por el alto coste que supone para una empresa alquiladora abrir fuera de su país, trasladar la maquinaria, etc. En este sentido, una posible solución como es la de unir empresas para emprender esta salida al exterior, parece inviable en nuestro país por las reticencias que crea entre los competidores.
No quiso despedirse el presidente de Aseamac sin antes mandar un mensaje de optimismo a pesar de la dura situación que atraviesa el sector: “no hemos retrocedido, estamos cogiendo impulso”, concluía.