Asoven PVC organiza una jornada sobre Passivhaus en Barcelona
El Colegio de Arquitectos de Cataluña acogió en su sede de Barcelona una edición del ‘Campus Profesional Asoven’ centrada en reseñar la presencia de la ventana de PVC en edificios construidos bajo el estándar Passivhaus. El edificio Bolueta, en Bilbao, centró buena parte del interés de la jornada.
El encuentro tuvo lugar el pasado 28 de marzo y congregó a un total de 105 arquitectos, además de otras 45 personas entre integrantes de la propia organización del evento y expositores que aprovecharon el evento para presentar sus soluciones.
Participaron como ponentes en la jornada: Luis A. Martínez, de Passivhaus Consultores; Germán Velázquez, arquitecto de Varquitectos, estudio responsable de la construcción del edificio Bolueta, en Bilbao, y Nuria Díaz, de Vand Arquitectura.
La introducción a la jornada corrió a cargo de Isabel Larrea, directora de Asoven PVC. El primero en tomar la palabra fue Luis A. Martínez, doctor en Ciencias Sociales y experto en Passivhaus, que expuso las características de los edificios de consumo casi nulo y su impacto en el sector de la edificación. En su exposición, recordó que las ventanas son un elemento crítico de la envolvente del edificio y que cinco de los principios esenciales para que una construcción sea considerada Passivhaus tienen que ver, precisamente, con ellas.
Una de las reflexiones que hizo Luis A. Martínez fue la consideración acerca de los cambios que conllevará en la labor de los profesionales del sector la futura entrada en vigor de la directiva de edificios de consumo energético casi nulo (Eccn). “El estándar Passivhaus se constituyó en 1991, pero ya en la década de los 80 el doctor en física Wolfgang Feist empezó a investigar en los principios que darían forma al estándar. Este tipo de construcción se fundamenta en estrategias y principios de la física, por lo que quizás en el futuro, cuando imaginemos una vivienda, no solo tendremos que recurrir a un arquitecto, sino también a un físico”, bromeó Luis A. Martínez.
A diferencia de otras certificaciones energéticas que hacen hincapié en los resultados de eficiencia de todo el edificio y en su durabilidad, el estándar Passivhaus se centra exclusivamente en sus prestaciones energéticas. Luis A. Martínez explicó que “con los ECCN somos responsables de que los edificios mantengan su balance energético durante 30 años como mínimo, manteniendo el confort interior. El gran reto será hacer edificios que hagan ciudad”. Ejemplos de ello ya empiezan a darse, como el barrio construido en el distrito de Bahnstadt, en la ciudad alemana de Heidelberg. “En la actualidad, en este barrio viven 7.000 personas, todas en viviendas Passivhaus. El tamaño de las viviendas va desde los 25 hasta los 250 m2, con un tamaño medio de 80m2. El barrio se diseñó con la idea de que la ciudad tuviera una estrategia energética. Así, para disminuir la huella de CO2, por el interior del distrito no pueden circular vehículos a motor, únicamente se permite el paso de bicicletas y el tránsito peatonal. Igualmente, se tuvo que tener en cuenta las emisiones de CO2 que generan las construcciones, por ello se optó por la construcción de edificios bajo el estándar Passivhaus. En estos edificios, el 80% de las ventanas y cerramientos son de PVC”, explicó Luis A. Martínez.
Edificio Bolueta, un reto en construcción Passivhaus residencial
A continuación tomó la palabra Germán Velázquez, arquitecto del edificio Bolueta, construido en el barrio del mismo nombre de la ciudad de Bilbao. La construcción se alza en un antiguo emplazamiento industrial hoy reconvertido en zona residencial.
Varquitectos es el estudio de arquitectos que se ha encargado del diseño del proyecto. El edificio alcanzará los 88 metros de altura, pasando a ser la construcción sostenible Passivhaus más alta del mundo. Forma parte de un complejo de 361 viviendas repartidas en dos bloques. Uno de ellos contará con 108 viviendas protegidas y 63 viviendas sociales y será levantado por Visesa, sociedad pública del gobierno vasco, respetando las exigencias del estándar Passivhaus.
El edificio se construye siguiendo aspectos fundamentales como el ahorro energético, alto confort acústico y térmico, calidad del aire interior y uso de materiales naturales. Uno de los retos del proyecto fue que al construirse sobre un suelo que anteriormente había acogido actividad industrial “fue necesario un trabajo previo de descontaminación del suelo. Asimismo, para la aplicación de los principios del estándar Passivhaus fue necesario hacer unos cálculos muy rigurosos. Ello nos ha permitido obtener un mejor aislamiento de las viviendas con tan solo 15 cm de capa aislante. La rigurosidad de los cálculos posibilita saber utilizar las exigencias del estándar Passivhaus adecuándose a las particularidades climáticas de cada lugar”, explicó Germán Velázquez.
Para obtener estos resultados se ha empleado en la construcción carpinterías de altas prestaciones, ventilación de doble flujo con recuperación de calor y una alta hermeticidad de la envolvente. Germán Velázquez también destacó la importancia de contar con “los beneficios que acredita la certificación del Passivhaus Institute. Además, se ha demostrado que este tipo de construcción también puede aplicarse a viviendas de protección oficial”, afirmó el arquitecto.
Varquitectos también cuenta con esta certificación en la promoción de viviendas construidas en la zona de Soto de Lezkairu, en Navarra, y en la rehabilitación del Palacio de Congesos Europa de Vitoria, realizada conjuntamente con Energiehaus.
La ventana de PVC en el estándar Passivhaus
Nuria Díaz, arquitecta de Vand Arquitectura, habló en su intervención de la certificación de ventanas de PVC y las garantías técnicas de sus prestaciones en los ECCN.
Inició su intervención desmintiendo algunos tópicos sobre el estándar Passivhaus. Así, aseguró que el estándar se rige por criterios físicos, con lo cual “es perfectamente adaptable a nuestra climatología y cultura constructiva. Asimismo, en un edificio Passivhaus es perfectamente posible abrir las ventanas, aunque no sea necesario para renovar la calidad del aire interior. Por último, tampoco es cierto que una construcción que siga los criterios de este estándar deba contar obligatoriamente con ventanas con triple acristalamiento”.
“Le pedimos a la ventana que cuente con unos criterios de confort, higiene y energéticos. Debe tener prestaciones energéticas y no se puede desvincular del aislamiento. Además, debe ser hermética, integrarse en la capa de hermeticidad. Por otro lado, la ventana contribuye a la ventilación nocturna en estaciones cálidas y evita el sobrecalentamiento. Asimismo, se debe tener en cuenta su orientación y tamaño para optimizar las ganancias solares, al igual que buscar estrategias en protección solar sin oscurecer el espacio interior”.
Todas estas características hay que tenerlas en cuenta a la hora de certificar una ventana según los criterios del estándar Passivhaus. Por regla general, por las ventanas se produce el 50% de la pérdida energética de una vivienda, aunque su presencia en la envolvente tan solo represente un 12%. Gracias a la certificación Passivhaus Institute la ventana de PVC está adquiriendo gran peso en los ECCN. La certificación otorga garantía de calidad al ser emitida por un organismo independiente. De esta manera también se evita el fraude en la proclamación de las características Passivhaus”.
“Passivhaus Institute –concluyó Nuria Díaz- ofrece la certificación en tres ámbitos diferentes: edificios, componentes y personas, consultores o certificadores”.
Tras la intervención de Nuria Díaz, Isabel Larrea cerró el encuentro y se dio paso a una sesión de networking entre los asistentes, ponentes y las empresas expositoras que patrocinaron el acto, entre ellas Rehau, Inrialsa, Deceuninck, Sumum, Roto Frank, Finstral, Veka, Procomsa, Soudal y VBH, entre otras.