La Farga, Plaza Mayor y Luz del Tajo mejoran sus índices en el ahorro de agua y electricidad

La gestión del consumo de electricidad, el ahorro del agua y la concienciación del reciclaje son tres puntos clave y de gran impacto para Sonae Sierra. El grupo desarrolla una política global de Responsabilidad Corporativa, con la que identificar objetivos a largo plazo que reflejen los aspectos económicos, sociales y medioambientales más significativos para los centros. Por ello, esta estrategia corporativa establece objetivos y prácticas (como revisiones periódicas relativas al consumo de agua o reciclaje) para detectar acciones de mejora y garantizar la optimización y la eficiencia energética en todas las instalaciones de los centros comerciales.

Centro comercial malagueño Plaza Mayor.

A través de diversas acciones llevadas a cabo durante estos últimos cinco años, los centros comerciales de Sonae Sierra en España han estado trabajando para concienciar a los consumidores sobre los problemas que genera la escasez de agua. Es el caso del centro comercial malagueño Plaza Mayor, que ha conseguido ahorrar 16.794 m³, la cantidad necesaria para llenar seis piscinas olímpicas.

En cuanto al ahorro de energía, ha sido determinante el comportamiento desarrollado por los centros comerciales La Farga, en L'Hospitalet, y Luz del Tajo, en Toledo. Desde 2006, el espacio catalán ha conseguido un ahorro de 1.082.808 kWh, energía suficiente para iluminar 5.013 hogares. A estas cifras le siguen muy de cerca las obtenidas por el centro comercial toledano, que ha conseguido ahorrar 457.158 kWh, energía con la que se iluminarían 1.471 hogares de la capital manchega.

En relación a la concienciación sobre el reciclaje, Luz del Tajo ha reciclado 1.634 toneladas de peso, el equivalente a 271 elefantes.

Dentro de toda esta amplia política global, los tres centros comerciales trabajan en el desarrollo y aplicación de un sistema energético sostenible para, entre otras cosas, disminuir las emisiones de CO₂, el principal gas causante del efecto invernadero. Desde el 2006, se ha evitado la emisión a la atmósfera de la cantidad de dióxido de carbono similar al desprendido por un vehículo tras dar 309 vueltas al mundo.