Soluciones eficientes de alumbrado público y de conservación de la calidad del cielo
8 de junio de 2012
Philips y el IAC han trabajado estrechamente durante más de un año en el desarrollo de una solución para dotar a las ciudades de un alumbrado eficiente y de gran calidad durante las horas de actividad económica y turística, pero que, a la vez, se adapte a partir de la madrugada a un tipo de alumbrado totalmente innocuo para las mediciones astrofísicas, como las que realiza el IAC desde su observatorio en la isla de La Palma.
Además de Canarias, otra de las regiones en las que existe una fuerte preocupación por la contaminación lumínica es el sureste andaluz, donde se encuentran los observatorios de Calar Alto (Almería) y Sierra Nevada (Granada). Tanto estos dos observatorios como el IAC son miembros activos de la iniciativa internacional Starlight, que tiene como objetivo recuperar la calidad del cielo para las observaciones astrofísicas en los parajes y reservas naturales y en las ciudades que quieran recuperar la riqueza de sus cielos nocturnos y reducir sus niveles de contaminación lumínica.
Ventajas de los sistemas de doble alumbrado
La solución ideada por Philips es la primera luminaria con doble sistema de alumbrado, que consta de dos placas. Por una parte, una placa LED de tecnología Ledgine que emite una luz blanca de alta calidad, reproduce los colores en un índice superior al 80 sobre 100 y, gracias al control óptico de un sistema multicapa, genera una luz de gran uniformidad y bajo deslumbramiento. Esto permite iluminar las calles con mucha menos energía pero proporcionando a los ciudadanos una mayor sensación de seguridad y confort. Así, se eleva la habitabilidad de las ciudades, generando mayor actividad económica, a la vez que se optimiza el uso de los recursos energéticos y medioambientales, ya que permite conseguir en muchos casos ahorros de más del 80% de energía respecto a los sistemas tradicionales.
Pero la principal novedad de esta solución está en la otra placa de la luminaria, que debe iluminar de manera opuesta a la anterior. Se trata de un tipo de luz que funciona a partir de la madrugada, momento en el que empiezan las observaciones astrofísicas. Es también una placa LED con tecnología Ledgine, pero que utiliza LEDs especiales monocromáticos, cuya principal ventaja es que su espectro lumínico no interfiere las mediciones astrofísicas, dado que es filtrado automáticamente.
Además, gracias al avanzado sistema óptico multicapa empleado, la luz se dirige con precisión a las zonas de calle que se desea, con lo que no se desperdicia luz y hace que la solución sea hasta un 50% más eficiente que la actual, que estaba formada por lámparas de sodio baja presión, que han sido durante más de 50 años consideradas como la solución más eficiente.
Al utilizar en su totalidad la tecnología LED, esta solución de Philips consigue mayores beneficios energéticos, gracias a la posibilidad de dar inteligencia a la red de alumbrado y así poder regular el flujo lumínico en las horas en las que hay menos personas, e incluso reducir la luz de modo automático al detectar la actividad humana mediante el uso del sistema Lumimotion, que ya se utiliza en otros municipios españoles. Con este sistema, se consigue que más del 80% de la noche el alumbrado trabaje a la mínima potencia, dado que no hay absolutamente nadie en ese momento, lo que supone un 80% de ahorro adicional y permite reducir el consumo de ambos tipos de alumbrado al 10% y recuperar el 100% del alumbrado cuando una persona esté en la calle, lo que garantiza una seguridad mayor que la que proporciona cualquier otro sistema anterior.
Tecnología LED para las ciudades del futuro
Si tenemos en cuenta que dos de cada tres personas vivirán en grandes ciudades en 2050, los retos que afrontan los diseñadores y gestores de las urbes son crecientes. La tecnología LED, junto con los sistemas de control y gestión, se convierte en el gran aliado en el diseño del alumbrado de las ciudades.
Entre sus ventajas se encuentran la larga duración (hasta 60.000 horas, lo que garantiza que estas luminarias no tengan que ser reparadas en más de 25 años), el bajo consumo y la ausencia de metales pesados y peligrosos como el mercurio, que sí contienen las tecnologías tradicionales y que dificultan su reciclaje, que hacen de esta tecnología la mejor opción para la iluminación de calles y edificios. Además, otra de las ventajas es la posibilidad de regulación y gestión a distancia, lo que incrementa la efectividad energética de la instalación.
Por los beneficios y la evolución de esta tecnología, se prevé que en el año 2020 más del 75% del alumbrado mundial utilicen LED, si bien a día de hoy, los beneficios medioambientales inmediatos y futuros son ya tan relevantes que se prevé una adopción inmediata de estas soluciones en zonas protegidas, como las dedicadas a la observación astrofísica, y por tanto, un efecto positivo sobre la huella de carbono.