Entrevista a Francisco Orjales, delegado de Fira de Barcelona en Brasil
5 de mayo de 2011
¿Cómo se ve desde Brasil la crisis económica española y, más concretamente, la del sector de la construcción?
Las noticias que los medios de comunicación brasileños difunden no son muy alentadoras, especialmente cuando se refieren a los resultados económicos que se registran en la construcción. Pero, al mismo tiempo, hay un gran interés de las empresas de este país en negociar con España. Creo que Brasil es, en este momento, una gran oportunidad para el sector de la construcción.
¿Qué posibilidades ven los empresarios brasileños en España?
España no es actualmente un polo de inversiones de capital brasileño, por motivos obvios. Sin embargo, sí que hay un gran interés en establecer ‘joint ventures’ con empresas de áreas relacionadas con la tecnología, servicios avanzados, productos y maquinaria para cubrir la demanda de sectores en crecimiento en Brasil, como la construcción, el turismo, el petróleo, etc. España es una referencia en urbanismo, especialmente Barcelona, que ha dejado grandes legados gracias a eventos internacionales tan importantes como las Olimpiadas del 92.
¿Qué buscan los empresarios españoles en Brasil?
Las empresas españolas están interesadas en poder vender sus productos en Brasil, un país con casi 200 millones de habitantes y con una situación de crecimiento privilegiada. Brasil, India y China son los mercados actuales más demandados pero, gracias a la experiencia exitosa en el mercado brasileño de compañías como Telefónica, Banco Santander y Mapfre, entre otras, el flujo de empresas españolas que en los dos últimos años han desembarcado en Brasil es considerable. De hecho, el intercambio de negocios Brasil-España está considerado como uno de los más fructíferos del momento, superando países como Estados Unidos y Francia.
¿En cuanto a las relaciones en ambas direcciones podríamos diferenciar entre obra pública y privada?
Sí, son mercados totalmente diferentes, también por razones legales. Las obras públicas sólo pueden ser contratadas con licitaciones a través de mecanismos muy complejos, formando una gran barrera de entrada a empresas extranjeras que no están acostumbradas a las dificultades del proceso público brasileño. Pero esta situación ha ido mejorando en los últimos años gracias en parte a las fusiones entre empresas brasileñas y extranjeras. En cuanto a la construcción en el sector privado, las empresas negocian y cierran contratos siguiendo sus propios criterios. Hay que destacar también la aparición de emprendedores inmobiliarios, que son una ampliación de los negocios de las constructoras, es decir, son ellas mismas las que subcontratan a terceros para gestionar parte de las obras.
¿Más allá de los intereses que los empresarios brasileños puedan tener en la experiencia barcelonesa/española con unos juegos olímpicos, y de los cambios que supondrá el Mundial de Fútbol, hay otras oportunidades?
Es evidente que la celebración de estos dos eventos mundiales genera muchas oportunidades, pero son independientes al crecimiento real del país, que presenta grandes expectativas en sectores relacionados sobre todo con el transporte, la hostelería, la tecnología, la construcción, etc.
Para tener una idea del tamaño de las inversiones: según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, las empresas de construcción invirtieron en 2008 unos 15.000 millones de euros en material de construcción, una cifra mucho mayor en 2009 y 2010. Conscientes de estas necesidades, desde Fira se han intensificado las acciones a través de su delegación en Brasil para promover una mayor relación comercial entre ambos países.
A principios de marzo se publicó en la prensa que el gobierno brasileño estudia endurecer los requisitos en las importaciones para defender a los fabricantes locales. ¿Qué le parece esto? ¿Se lo pone muy difícil a las empresas españolas que exportan a Brasil?
Así es, se establecieron mecanismos que favorecen la producción nacional, similares a leyes ya existentes en Europa en sectores específicos como el petróleo. Sin embargo, no creo que esto sea motivo para que las empresas españolas no puedan establecerse en Brasil solas o a través de ‘joint ventures’. Hay que tener en cuenta que, debido a la gran demanda de empresas que quieren entrar en el mercado brasileño, el gobierno ha visto necesario crear una normativa al respecto.
Deme un ejemplo muy concreto sobre algún tipo de acción que lleve usted a cabo, como delegado de Fira de Barcelona en Brasil, para atraer hacia España a compradores brasileños.
El 1º Fórum de Construcción Brasil-España es un ejemplo claro. En este encuentro se reunirán en Construmat las principales asociaciones, expertos y empresas del sector de ambos países para generar nuevos contactos y negocios. También hemos invitado a representantes de Compracon (Asociación de Compras de São Paulo) con el objetivo de adquirir materiales, productos y maquinaria para procesos productivos fabricados en España.
Más allá del sector constructivo, ¿qué otras posibilidades de negocio existen entre ambos países?
Son numerosos: grupo Meliá (hostelería), Mapfre (seguros), Telefónica (telefonía), Iberdrola (energía), Santander (banca)…. en fin, todos los grandes sectores de la economía ya cuentan con representación de empresas españolas y muchas de ellas están fusionadas o asociadas a compañías brasileñas, un modelo que facilita y agiliza la entrada de empresas españolas.
¿Qué debe saber el empresario español sobre Brasil para entrar en su mercado?
Brasil no es en este momento un país carente de capitales. Al contrario. Por eso, el empresario español necesita tener un diferencial tecnológico. También es interesante, insisto, establecer ‘joint ventures’ con empresas de Brasil, porque considero que es la manera más eficaz en este momento para acceder al mercado brasileño. Además, hay que tener en cuenta la carga tributaria, por su complejidad.
Sobre Sinaenco
El Sindicato Nacional de las Empresas de Consultoría en Arquitectura e Ingeniería (Sinaenco) es una organización empresarial fundada en 1988 que reúne en la actualidad cerca de 18.000 empresas. Su centro funcional está en São Paulo, y cuenta con cuenta con doce sedes más repartidas por Brasil.
El sindicato ofrece, entre otros, servicios de investigación y desarrollo de tecnología, estudios de factibilidad técnica y económica, y consultoría para privatizaciones y concesiones de servicios públicos. Empresas del sector de la construcción/arquitectura, energía, agua, transporte, industria o control, entre otras, pueden acceder a estos servicios.