Lacroix Señalización abre una delegación en Barcelona

Lacroix Señalización abre una nueva delegación en Barcelona para atender de forma más directa al mercado catalán que, “además de su espíritu innovador, destaca “por responder a criterios de calidad avanzados y por una normativa específica y diferente a la estatal, en aspectos tan significativos como los materiales, con los que se fabrican las señales direccionales que se instalan en las carreteras, que en cualquier caso deben ser de aluminio y no de acero galvanizado”, tal como apuntan desde la empresa.

La delegación catalana cuenta en su proceso de implantación y en su trabajo diario con el apoyo de la matriz del grupo, una empresa especialista en señalización con más de 40 años de experiencia en el sector. El Responsable de Desarrollo de la firma, Txema Bragado, apunta que la apertura en Catalunya “responde a la estrategia de querer acompañar de cerca el desarrollo de la señalización especialmente en lugares donde ésta tiene un componente diferencial muy vinculado con la calidad, como es el caso catalán”. Juan Clavijo, delegado para Catalunya, confía en “la positiva respuesta de este mercado ya que sus preferencias coinciden con los principios fundamentales de Lacroix Señalización, es decir, calidad, diferenciación e innovación”.

Para la entrada en Catalunya, la firma ha decidido apoyarse en uno de sus últimos lanzamientos, la señal de código Lx3, señal fabricada íntegramente en aluminio. De esta forma, Lacroix Señalización se inclina decididamente por hacer evolucionar las prácticas y exigencias del mercado hacia señales de código más seguras y duraderas, en un mercado que ya dio el paso hacia el aluminio para su señalización de orientación.

Así, el ‘Manual de Senyalització Interurbana d’Orientació’ editado por el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya establece el aluminio como material único para la señalización de orientación en esta comunidad, desterrando así el acero galvanizado habitual en estos indicadores. Igualmente, la Diputació de Barcelona a pesar de no contar con una normativa catalana relativa a código, también prioriza en sus pliegos de condiciones el uso del aluminio sobre el acero y, en este caso, con un alcance mayor ya que lo exige tanto para las señales de orientación como para las de código.

La instalación de los diferentes modelos de Lx3 en las carreteras catalanas debería permitir homogenizar las señales colocadas hacia una única materia prima, el aluminio, que aporta mayores ventajas que el acero tradicional.