Escaparate, espacio de síntesis, (II parte)
El diseño del espacio comercial se basa en la visión del producto y en la experiencia de la compra que deseamos provocar en el consumidor. Esto implica la necesidad de trabajar simultáneamente en tres categorías: diseño del espacio, diseño del tiempo y diseño de la luz del espacio.
Es la luz quien completa y da forma al espacio y al tiempo se articula como elemento vertebrador de todas las interacciones que se producen entro los actores que intervienen en un espacio comercial: producto, espacio, vendedor, cliente.
Segunda parte del artículo:
Composición
Las composiciones en la presentación de los escaparates nos vendrán marcadas primeramente por los ejes derivados de la percepción visual.
Eje central horizontal.
Eje central vertical.
Para composiciones simétricas
Para composiciones asimétricas
Diagonal
Ascendente
Descendente
A continuación, consideraremos los aspectos de ritmo, repetición, asimetría - simetría, contraste y los referidos a extensión que parten desde el escaparate que presenta una pieza de manera singular, con un carácter de exclusividad al escaparate de gran extensión, que presenta prácticamente toda la oferta que ofrece a sus clientes.
Combinando estos factores con la presencia de los elementos puntuales, lineales y espaciales mencionados al inicio nos encontraremos con todas las tipologías de escaparates posibles en lo referente a su composición.
Exclusivo, extensivo, ascendente, descendente, pirámide, valle, simétrico, asimétrico, plano, en contraste, con repetición, etc.
Color
El color realza, enfatiza, compone, atrae en compañía de la luz y le suma a ésta el componente vital y emocional de transmisión de sensaciones, gracias a su habilidad de contactar con las personas y su experiencia.
El especialista en color parte del círculo cromático y busca un equilibrio cromático o armonía que responde a diferentes parámetros, siendo los subjetivos a los marcados por modas, tendencias o épocas, no los menos importantes.
La presencia de estímulos cromáticos en nuestro campo visual y su observación produce las correspondientes sensaciones fisiológicas.
Colores básicos, colores complementarios, acuerdos armónicos objetivos, interacciones cromáticas, contraste, conjuntamente con los aspectos antropológicos, de cultura y de educación marcan el tratamiento en el ámbito del escaparate.
Sin ser el objetivo de este escrito profundizar en los aspectos psicológicos del color, no podemos dejar de lado su importancia y, principalmente observar la necesidad de que la luz, los sistemas de iluminación empleados, deben acompañar y conducir a las pretendidas sensaciones cuidando su distribución y sus aspectos cualitativos, principalmente temperatura de color e índice de reproducción cromática.
Sistemas de iluminación
Dos son las líneas básicas en la disposición de los sistemas de iluminación en el escaparate, el primero es consecuencia de todos los parámetros hasta el momento considerados, visuales, de composición, cromáticos; el segundo, será el derivado de las posibilidades y la dotación del establecimiento.
Raíles electrificados y proyectores constituyen la solución que permite un mayor grado de dinamismo y flexibilidad gracias a la posibilidad de poder combinar diferentes fuentes de luz, diferentes ópticas y multitud de accesorios. Estos se situarán preferentemente en la parte superior de escaparate teniendo en cuenta la dirección de observación aunque podemos encontrarnos en situaciones donde su posicionamiento lateral o en el suelo nos interese.
Luminarias empotrables con doble orientabilidad constituyen otro importante grupo de sistemas a utilizar. Finalmente, sistemas modulares, luminarias de superficie, de suspensión, móviles y otras permitirán adaptar el planteamiento del concepto de iluminación a las exigencias del escaparatista.
En cuanto a fuentes de luz utilizadas en la actualidad, con el riesgo que comporta establecer una simplificación, podemos mencionar tres grandes grupos de lámparas: las de descarga de halogenuros metálicos que con la incorporación de la tecnología de quemador cerámico y su progresiva miniaturización ofrecen una disponibilidad con un amplísimo rango de potencias, la posibilidad de desarrollar cualquier tipo de distribución luminosa, eficacias superiores a los 100lm/W, elevados valores de vida eficaz y, diferentes temperaturas de color, conviven con las supervivientes lámparas halógenas que, a pesar de su reducida eficacia y vida, siguen haciendo valer sus argumentos de calidez y calidad de luz y con los , cada vez más presentes, productos basados en tecnología LED que permiten disponer de diferentes tipologías de luz, temperatura de color, desarrollar ópticas, reflectores y refractores, para exigentes distribuciones luminosas y aceptables valores de reproducción cromática que conjuntamente con sus clásicos argumentos energéticos y de vida constituyen ya una opción a tener en cuenta en todas las propuestas de diseño de iluminación.
Luz y final
Con la disposición de luminarias y sistemas de iluminación y el enfoque final de los mismos se pone punto y final a la propuesta de escaparate, ejecutando el mensaje emocional que la firma ha lanzado.
Sin embargo a la hora de la verdad, dos son los problemas que en muchas ocasiones no se han previsto y que pueden dificultar la consecución óptima de los objetivos propuestos.
El primero de ellos, es la luz natural, la incidencia de esta en nuestro escaparate puede estropear el más sofisticado plan de acción. En centros comerciales y en escaparates tipo galería este problema es menor; en escaparates situados en entornos urbanos abiertos tendrá gran importancia la orientación del edifico en relación al movimiento solar.
Las soluciones pasan por el uso de cristales anti reflectantes o de manera más resolutiva por el socorrido uso de toldos que además de impedir el paso físico de la luz crea una especie de microclima que protege al observador de la incidencia de la luz natural favoreciendo el alargar el período de observación.
El segundo elemento a controlar es el efecto espejo, este de mayor dificultad en su previsión depende del equilibrio luminoso entre superficies y volúmenes y tiene gran importancia la propia dirección de mirada del observador.
Es el momento de la definición de la solución cuando traducimos a lenguaje luminotécnico los conceptos derivados de la definición del escaparate, partiendo del concepto punto-línea-superficie, luces principales, luces secundarias, luces de relleno, luces focales, efectos de contraluz, luces lineales, luz generadora de contornos, luz para creación de ambientes, luz definidora de espacios, luz al servicio de texturas y volúmenes, luz como reinterpretación de la arquitectura, luz buscando la capacidad expresiva de las sombras, luz dinámica, luz, luz, luz…
Superadas estas dificultades y definidos bien los conceptos de diseño, dispondremos de uno de los elementos de comunicación más importante del establecimiento y en el que la iluminación constituye un importantísimo factor convirtiéndose en auténtico instrumento de marketing. Pongamos la mejor luz al servicio del arte de vender.
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