La iluminación en ámbitos urbanos
La iluminación LED ya no es exclusiva de las grandes ciudades, es una de las tecnologías más sostenibles, eficientes y con mayor adaptabilidad. Cumple con todo tipo de requerimientos lumínicos, iluminando solamente allá donde es necesario y evitando la dispersión de la luz y, por ende, el gasto en W superfluo. La larga vida de las luminarias, el buen mantenimiento del flujo lumínico, el alto grado de versatilidad y el alto índice de reproducción cromática (CRI) hasta un 92% son algunas de las características más destacadas de la tecnología LED.
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Pero con la tecnología LED, empezó también la importancia del color de la luz.
- Una luz fría (6500K) de tonos azulados pone de manifiesto de forma clara los objetos y los espacios.
- Una luz neutra (4000K) de un tono más blanco produce una sensación de proximidad, creando un ambiente agradable y acogedor, con una correcta reproducción cromática.
- Una luz cálida (3000K) se adapta de lleno y con facilidad a un entorno tanto de arquitectura urbana como residencial, transmitiendo la sensación de seguridad de los ciudadanos.
Con la instalación de las luminarias LED aportamos mayor eficiencia lumínica en nuestras ciudades, pero muchas veces seguimos obviando la importancia del tono de la luz y la afectación que puede tener sobre las persones y la fauna.
El LED Ámbar:
Las temperatura de color en las gamas de luz blancas (cálidas, neutras o frías) radian un pico de emisión en la franja de los 440 Nm. que afecta en términos de contaminación lumínica y a la fauna nocturna. La iluminación LED Ámbar by Ignialight hace que este pico de emisión desaparezca y se consigue una reducción notable del nivel de contaminación lumínica y afectación al medio nocturno.
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La afectación a la fauna e insectos se produce por la forma distinta de ver y actuar en referencia a los Humanos. La gran mayoría de vida animal, fauna e insectos están adaptadas para vivir en el mundo nocturno, en la oscuridad se esconden de sus depredadores, se alimentan, cazan y se reproducen. Estas especies son más sensibles a la radiación de la luz azulada, mientras que la luz más rojiza es invisible para ellos y no perturba sus ciclos vitales. Hasta la llegada de Ignialight y el LED Ámbar la solución adoptada para iluminar zonas de especial interés natural era la utilización de luminarias de Vapor de Sodio de Alta o Baja Presión, tecnología poco efectiva y con escasa reproducción cromática.
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Ignialight y tecnología LED Ámbar
En 2013 el Instituto Astrofísico de Canarias certificó las luminarias de Ignialight fabricadas con tecnología LED Ámbar como aptas para ser instaladas en zonas de protección medioambiental. Todas las luminarias de Ignialight Urbanas y Viales están diseñadas para tener un flujo en el hemisferio superior inferior al 1% (FSH <1) garantizando así la calidad de vida de los habitantes de la zona y el bienestar que supone un cielo oscuro.
La contaminación lumínica artificial es un hecho. Hace que la noche no sea tan oscura y depende del tono de la luz, puede provocar consecuencias negativas en la fauna y las personas. Hay que escoger cuidadosamente y para cada caso concreto el tono de la luz para evitar los efectos negativos de ésta. No hace falta iluminar más, sino mejor. Ha llegado la hora de tomar conciencia de ello, preservar nuestro entorno con la tecnología más eficiente para ello.