Kubota espera producir en 2017 un M7001 cada 21 minutos en la nueva factoría de Bierne
Kubota despega con su nueva factoría en Francia
Faltaban los detalles, pero Kubota quiso inaugurar el pasado 16 de septiembre por todo lo alto su nueva planta de Bierne, en una zona estratégica al norte de Francia. Una inversión de 40 millones de euros y 165 empleados harán posible que en 2017 se puedan producir unas 3.000 unidades anuales del M7001, la gran apuesta de la multinacional japonesa para el segmento de tractores de alta potencia.
'Kubota Farm Machinery Factory', ese es el nombre que ha adoptado la primera planta que el fabricante nipón ha construido en Europa. Tras la presentación hace un año del M7001 y el anuncio de la construcción de una planta en Francia exclusivamente para producir esta nueva línea de tractores, Kubota no ha querido esperar más y realizar la inauguración oficial, a pesar de que la planta llevaba muy pocas semanas funcionamiento. A la cita acudieron los máximos responsables de la corporación, con su presidente Masatoshi Kimata a la cabeza. "Kubota facturó el pasado año 11.500 millones y queremos llegar a los 15.000 en un futuro próximo. Para ello nuestro negocio agrícola y su estandarte, el M7001, debe ser un eje primordial", manifestó. "Siempre estamos alerta a los imputs que recibimos por parte de nuestros clientes para desarrollar aquellos productos que demandan los agricultores. Por ello seguiremos invirtiendo en nuestro negocio agrícola y gracias a nuestros distribuidores y proveedores seguro que podremos llegar a hacer grandes cosas en esta nueva planta".
El proyecto comenzó a gestarse en abril de 2013 y en tan solo unos pocos meses Kubota ha conseguido construir en un lugar estratégico como Bierne, a diez kilómetros de la ciudad portuaria de Dunquerque, una planta de 37.000 m2 desde donde se pretende que salgan 3.000 unidades del M7001 a partir de 2017 (1.500 para el mercado europeo, 1.000 para Norteamérica y 500 unidades con destino Japón y Oceanía).
Una planta en plena evolución
Tras los actos protocolarios con todas las autoridades, llegó el momento de conocer las 'tripas' de la nueva Kubota Farm Machinery Factory. Aunque la planta aún se encontraba bajo mínimos, con apenas un mes de funcionamiento, los periodistas llegados de toda Europa pudimos recorrer las instalaciones y conocer las diferentes partes de la planta donde se están montando las primeras unidades del M7001. Gracias a Paolo Pinzon, Quality Assurance and Service Manager en la nueva planta, pudimos descubrir espacio como por ejemplo una primera zona de recepción de materiales y pre-ensamblaje donde se reciben todas las piezas para la producción en la planta. Un 89% de todos los proveedores son europeos y solo el motor y la cabina se importan directamente desde Japón. En Bierne solo se almacenan piezas para la producción, en ningún caso para recambios.
La línea de pintura es otra zona clave de la planta. Los motores Tier IV Final ensamblados con los ejes son trasladados con grúas puente hasta la línea de pintura. Después de limpiar el sistema de propulsión, un operario de Kubota aplica una conversión de fosfato y un revestimiento de poliuretano. Este sistema permite mantener un recubrimiento de alta calidad para estos tractores de alta gama. Todas estas tareas son ejecutados por operadores con pistolas, pero KFM tiene previsto utilizar robots cuando se incremente la capacidad de la fábrica.
Actualmente la plantilla cuenta con 165 operarios, veinticinco de los cuales provinientes de Japón para realizar tareas de formación a los nuevos trabajadores. En los primeros meses se trabaja en un solo turno y se calcula que se ensambla un tractor cada 2 horas. El objetivo es ambicioso y está situado en el segundo semestre de 2017: un M7001 ha de salir de la línea de producción cada 21 minutos.
La línea de cabinas se encuentra detrás de la línea de montaje y está equipada con unos carros giratorios para poder levantar y girar la cabina, con el fin de reducir los movimientos innecesarios al operador. Después de montar, se realiza una comprobación del funcionamiento de los equipos electrónicos seguido por una prueba de presión con agua para descartar fugas. A continuación, la cabina es transportada a la etapa siguiente donde se acopla el chasis. Es allí donde se realiza el ensamblaje definitivo. Con el fin de mantener un producto de alta calidad, cada procedimiento se verifica dos veces. Especialistas japoneses comprueban cada tractor con el fin de reducir cualquier tipo de fallo una vez el tractor salga de la planta.
La etapa final es la línea de inspección. Es allí donde se prueba el nuevo M7001 hasta en diez modos de uso. El tractor es aparcado primero en una zona fuertemente iluminada donde se realizan comprobaciones de fugas y daños en el chasis antes de comprobar los frenos y la suspensión en una zona exterior. Solo entonces la nueva gran apuesta de Kubota está preparada para dar su salto definitivo. La sensación tras la visita es que a Kubota aún le queda mucho trabajo que hacer en su nueva planta, pero que los cimientos son buenos para que el M7001 llegue a buen puerto.
