Entrevista a Jordi Ludevid, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos
Como presidente del CSCAE, ¿cuál es la situación real de los arquitectos españoles en estos momentos?
El sector de la edificación ha sido uno de los sectores más afectados por las dificultades económicas de nuestro país, y cuyos efectos son especialmente intensos en la arquitectura. Es necesario hacer una reflexión profunda sobre los motivos y decisiones que nos han llevado a la actual situación para poder proponer soluciones que, a corto plazo, resuelvan esta insostenible situación. Sin embargo, hablar de nuestro futuro, y del modelo económico y social que queremos construir a largo plazo, es imprescindible.
En estos momentos, la mayor parte de los arquitectos jóvenes se están viendo obligados a emigrar si quieren ejercer la profesión para la que han sido formados. Muchos de ellos son conscientes de la dificultad que tendrán en poder regresar, una vez que la carrera profesional se empieza a desarrollar en otro país. Los arquitectos algo más mayores, ante la carencia de encargos profesionales en España, están tratando de internacionalizar sus servicios, con un esfuerzo personal y profesional importante. En ambos casos, es necesario un mayor apoyo, no sólo desde las organizaciones colegiales, sino desde las administraciones públicas.
¿Qué medidas propone el CSCAE para superar esta coyuntura tan complicada?
Desde el CSCAE, hemos defendido que el nuevo sector de la edificación debe basarse en la puesta en valor del patrimonio construido mediante la regeneración urbana y la rehabilitación de las edificaciones con criterios de calidad y sostenibilidad.
La reciente aprobación del Anteproyecto de Ley de Regeneración, Rehabilitación y Renovación Urbana, actualmente en tramitación, supone una oportunidad para abordar esta cuestión, sobre la que seguiremos trabajando durante el trámite parlamentario para alcanzar consensos entre todos los agentes implicados.
La propuesta de este Consejo Superior es que la rehabilitación sea abordada con un enfoque arquitectónico integral, basado en criterios de calidad, innovación y sostenibilidad. Todo ello debe materializarse en un instrumento que coordine todas las actuaciones y haga visible, a los ciudadanos, el nivel de calidad que su edificio adquiere tras ser rehabilitado.
Desde otro punto de vista y de cara a la activación del sector, debemos apostar por medidas que faciliten el trabajo de profesionales y eviten su precarización a través de sistemas de estimación de costes para la actividad profesional o reglamentos de concursos de arquitectura que, en diferentes fases, valoren la calidad de las propuestas técnicas, además de cuestiones económicas. La consecución de estos objetivos nos permitiría consolidar un tejido de empresas profesionales estables y con alto nivel de competencia, no sólo en el ámbito nacional sino en el internacional.
Por último, somos conscientes de la situación de los profesionales a corto plazo y tratamos de apoyarles en su internacionalización o en la búsqueda de puestos de trabajo internacionales.
Los expertos afirman que la internacionalización es una de las grandes vías para hacer frente a la crisis actual. ¿Están los arquitectos españoles preparados para apostar por acceder a otros mercados?
La falta de expectativas laborales ha obligado a emigrar a muchos arquitectos. Esta situación, dramática, debemos convertirla en oportunidad para hacer visibles los valores de los arquitectos españoles. Pero, para ello, deben articularse políticas públicas de apoyo para la exportación de los servicios y los materiales y productos ligados al sector de la edificación.
El CSCAE apuesta, de manera firme, por la internacionalización de los servicios de arquitectura y por la consolidación de la Marca España de Arquitectura en el exterior. Los arquitectos españoles son uno de los elementos constitutivos básicos de la Marca España, contribuyendo así a que el conjunto de nuestra economía se beneficie de su imagen y de sus excelentes prestaciones acreditadas ante el mundo y ante Europa.
En este sentido, Construmat, que se celebra del 21 al 24 de mayo en Fira de Barcelona, ha apostado decididamente por esta vía. ¿Qué opinión le merece?
Creo que es una decisión muy acertada teniendo en cuenta la naturaleza y proyección de Construmat como punto de encuentro del mundo de la construcción a nivel internacional, que facilita a las empresas el acceso a nuevas oportunidades de negocio en el mercado exterior.
En estos momentos, escenarios como Construmat resultan imprescindibles para la reactivación, no sólo del sector de la construcción, sino de la economía a nivel mundial.
Construmat también ha querido dar su apoyo a los arquitectos, creando la primera edición del Building Solutions World Congress, un evento en el que se quiere poner de manifiesto que la profesión tiene opciones de futuro. ¿Cree que iniciativas como ésta son útiles para los profesionales del sector?
Sin ninguna duda. Es momento de mirar hacia delante y apostar por aquellas vías de futuro que aporten esperanza al sector como lo son la sostenibilidad, la rehabilitación y el I+D+i. Es necesario producir una reflexión profunda que aporte las respuestas que nos permitan afrontar estos nuevos retos y qué mejor escenario que este congreso, en el ámbito de Construmat, para provocarla.
Por último, ¿qué escenario de futuro contempla para la arquitectura tanto de nuestro país como de nuestro entorno inmediato?
Como comentaba al principio de la entrevista, la arquitectura pasa por un momento de crisis incrementado por el parón inmobiliario que está sufriendo nuestro país, lo que cambiará la proyección del modelo y le permitirá apostar por un futuro que seguro estará, tanto a nivel nacional como internacional, en la rehabilitación, la eficiencia energética, la sostenibilidad, el paisajismo y la planificación urbana y la proyección internacional, de obligado cumplimiento, teniendo en cuenta la sociedad global en la que vivimos.
