Entrevista a Santi Riera, director general de Rierge y presidente de Fimma
Santi Riera es director general del fabricante de centros de mecanizado CNC Rierge y presidente de Fimma desde hace varias ediciones. Ligado al sector desde hace décadas, Riera habla en esta entrevista sobre la empresa que dirige, sobre el sector de la madera en nuestro país y sobre la feria, a la que define como imprescindible: “Cada día que pasa la pandemia mejora. El éxito de asistencia está garantizado y, además, los clientes tienen ganas de feria. En estos momentos ya hay registrados 22.564 profesionales, de ellos el 28% son nuevos registros. Y lo más importante de todo, tenemos al lado a Maderalia desbordada, con casi 400 expositores y con lista de espera desde hace dos meses. Que no haya ninguna duda, la feria se va a celebrar”.
Usted es presidente del Comité Organizador de la Feria Internacional de Maquinaria y Herramientas para el Mueble, Carpintería y Decoración (Fimma). ¿Qué le puede aportar al gran evento ferial un hombre de su experiencia en el sector?
Estoy vinculado al sector de la madera desde hace muchos años y he formado parte de la junta directiva de Afemma. Además, estoy vinculado también con Feria Valencia desde toda la vida: Rierge ha sido expositor desde que la feria se celebraba en la Alameda, y personalmente, conservo un pase de expositor del año 1973.
Feria Valencia me dio la oportunidad de poder formar parte del comité organizador y, en las últimas ediciones, ser presidente del mismo. El objetivo que me he propuesto en cada edición es el de que las diferentes tipologías de expositores estuvieran representadas y tuvieran voz para poder tener en cuenta sus necesidades, que son muy diferentes de los expositores de maquinaria grande y también de las multinacionales, cuyos objetivos son distintos de los del fabricante nacional. También he intentado que el fabricante nacional tuviera voz y representación.
¿Y qué puede decirnos de esta edición?
Debido a las circunstancias especiales, algunas empresas han decidido que las ferias ya no son interesantes para sus objetivos, con el agravante de que difunden mensajes que confunden a los clientes. Yo respeto mucho esa decisión, pero que sean coherentes, ya que no creen en las ferias, espero que no veamos a todo el equipo comercial por los pasillos haciendo “su feria”.
Mi dilatada experiencia en el mundo de las ferias, me ha enseñado que las ferias o las relaciones humanas son imprescindibles para la venta de maquinaria.
¿Por qué?
Porque no se puede tomar una decisión de compra de varios cientos de miles de euros viendo un vídeo o una página web. Mi experiencia también me ha enseñado que las ferias son un punto de demostración de la mercancía, donde se le da al cliente la oportunidad de comparar entre las diferentes ofertas que tiene sobre la mesa, ya que, en un reducido espacio, puede ir a ver una máquina y la otra y comparar la calidad o los detalles que las distinguen.
Para las pymes, las ferias son necesarias, es el lugar que nos une y donde poder mostrar las novedades y relacionarnos no solo con clientes potenciales también con las empresas que ya son clientes y el evento nos brinda la posibilidad de reencuentros y cambio de impresiones.
¿Qué más le puede aportar al sector la celebración de la feria, especialmente en estas circunstancias post-pandémicas que vivimos?
Una feria es un evento para la comunicación y el intercambio de ideas y conocimientos. Los fabricantes evolucionamos en función de los requerimientos de nuestros clientes y de la evolución del mercado. Tenemos que estar muy atentos a las tendencias para poder ofrecer a nuestros clientes la solución más adecuada.
Por otra parte, considero que debemos estar presentes en la feria por deferencia a las empresas que ya son clientes, los que ya tienen máquina: poder establecer contacto con ellos cada dos años y escuchar sus opiniones es algo muy enriquecedor.
En estos dos últimos años los equipos comerciales no han podido trabajar con normalidad, muchos pequeños clientes han estado desatendidos.
Han pasado cuatro años desde la última Fimma – Maderalia y mucho ha evolucionado el sector desde entonces. ¿Qué se encontrará el profesional que visite la feria esta edición?
La pandemia nos ha privado de esas relaciones a las que estábamos acostumbrados cada dos años. Al tratarse de una feria bienal significa que durante 4 años no hemos podido mostrar al público las novedades y los adelantos que ha habido. En este periodo muchas cosas han cambiado: la Industria 4.0 ha experimentado grandes adelantos; el software, que es un elemento cada día más importante en las máquinas, también ha experimentado grandes mejoras, haciendo que sea más fácil trabajar con máquinas de última tecnología; la automatización ya es una realidad, podemos controlar y beneficiarnos de los almacenes inteligentes para la carga de máquinas o para realizar el picking para clientes.
La pandemia también nos ha enseñado que hay que apostar por los productos de proximidad, que la globalización está bien, pero en su justa medida. No podemos depender tanto del exterior.
¿Qué otros cambios se podrán ver en la feria?
El concepto de máquina y el software ha ido evolucionando hacia máquinas flexibles de alta producción. Esto es posible equipando las maquinas con múltiples cabezales que trabajen simultáneamente, realizando diferentes funciones sobre más de un lado o cara de la madera. Todo eso combinado con un software que sea capaz de controlar los múltiples ejes de forma precisa y segura, con equipos electrónicos CNC capaces de procesar toda la información de forma rápida y eficiente. Ese es el futuro, esa es la apuesta de Rierge, eso es lo que va a poder ver el cliente que visite Fimma.
¿En qué medida le ha afectado la pandemia al sector de la madera? ¿Qué subsectores se han visto más perjudicados/favorecidos?
Obviamente, la pandemia ha afectado al sector, pero no ha sido tanto como al principio nos temimos. La verdad es que el segundo trimestre de 2020 fue crítico, la incertidumbre planteó muchas dudas. Algunos clientes pasaron momentos difíciles, ya que paró todo, pero al no contraerse la construcción y el gran relanzamiento de la renovación tiró del sector y la venta de maquinaria alcanzó los máximos en el último trimestre de 2020. Durante 2021, las ventas continuaron creciendo y siguen en ascenso. Además, se produjo un cambio sociológico.
¿Qué cambio?
La gente estuvo más tiempo en casa, gastó menos y decidió que había que tenerla en perfectas condiciones. Eso explica el auge de las reformas.
La pandemia ha traído consigo, entre otras consecuencias, la crisis de las materias primas. ¿En qué medida les ha afectado a ustedes? ¿Y al sector en general?
Creo que este problema si nos va a afectar. De hecho, ya nos ha afectado el pasado año en cuanto a los precios y nos está afectando este año en el suministro. En nuestro caso, además, vendemos con plazos de 5 meses y no podemos repercutir los aumentos que van experimentando las mercancías mes a mes.
¿De qué manera han tratado de paliar sus efectos?
Para poder hacer frente a esa falta de suministros, hemos ampliado nuestras instalaciones e invertido en maquinaria para tener más capacidad de producción y depender menos de la externalización. Estamos realizando tests de productos de otros proveedores, para tener más flexibilidad de adquisición de componentes estratégicos.
¿Qué puede hacer hoy una empresa y el sector en su conjunto por anticiparse a crisis como estas, es decir, para no depender tanto del exterior?
Esta crisis nos ha demostrado que depender del exterior tiene graves riesgos. Debemos tener la capacidad de producir en España todo lo que sea posible. Está demostrado que no todo es lo económico: es más importante disponer de la pieza o recambio en cuanto te hace falta que el precio del mismo. Tener una instalación parada por falta de un recambio es muchísimo más costoso. A nivel servicios también es mejor que sea de proximidad. Es necesario creer en nosotros mismos.
¿En qué sentido?
Las empresas tenemos que desarrollar productos y crear sinergias entre las industrias del sector. La capacidad de improvisar del carácter latino es un punto a nuestro favor, pero nos falta ese punto de confianza. Actualmente, la tecnología está en la mano de cualquiera que la quiera adoptar. Hay que romper los mitos que existen de alemanes o italianos de calidad o diseño; se puede construir bien o mal en cualquier país. Está en manos del constructor optar por las calidades que tiene a su disposición.
Las tecnologías de la llamada Industria 4.0 son ya una realidad en sectores como el de la automoción. ¿Cuán automatizada cree que está la industria de la madera?
Como comentaba antes, la Industria 4.0 ha adelantado mucho en estos 4 años y se ha hecho realidad ya en el sector. Sin embargo, estamos lejos del sector automoción, ya que nuestras empresas no tienen la capacidad de inversión que tiene el automóvil. Además, el sector de la madera no es de fabricación en serie, eso ha quedado muy lejos. Hoy la necesidad es fabricación a medida, pero de entrega rápida, flexibilidad. Para eso nos hace falta poder controlar nuestros recursos, saber la capacidad de que disponemos, la carga de trabajo, dónde esta nuestro punto débil, poder identificar nuestras carencias… La Industria 4.0 nos posibilita conocer todo eso. Es una información fundamental para poder participar en la consecución de proyectos y que resulten beneficiosos.
Su empresa lleva casi 70 años en el sector de la madera y más de 30 fabricando centros de mecanizado CNC. Durante este tiempo, el sector ha sufrido varias crisis, subidas y bajadas, sin embargo, ahora parece que los nuevos valores empresariales y sociales de economía circular, sostenibilidad y respecto por el medio ambiente sitúan a la madera, un material tan tradicional, como un material con mucho futuro. ¿Qué podemos esperar en los próximos años?
Pues analizando estos casi 70 años nos damos cuenta de que el sector ha experimentado grandes cambios. Hemos pasado de utilizar la madera para todo (los muebles, las puertas y ventanas) a día de hoy, que el panel es el protagonista. La verdad es que trabajar el panel es mucho más fácil puesto que no hace falta ser un maestro carpintero para fabricar muebles. Hoy las nuevas tecnologías se encargan de hacerlo de forma automatizada.
Desde hace ya unos años se han ido incorporando nuevos materiales que han ido reemplazando o complementando los antiguos elementos: el aluminio en las ventanas, los composites en los baños o cocinas, el acero inoxidable en mesas el plástico en sillas...
El futuro nos está presentando un nuevo formato que, estoy seguro, va a tomar forma en los próximos años.
¿De qué se trata?
Del CLT. Ya se están haciendo varios proyectos de edificios de viviendas, ya no son cabañas de madera en el lago del bosque; son y van a ser edificios como los tradicionales de hormigón, pero de madera laminada cruzada. En un futuro vamos a ganar en sostenibilidad y espero que, a su vez, también estos edificios incorporen más elementos de madera, sustituyendo los productos que provienen del petróleo.
La pandemia también nos ha enseñado que hay que apostar por los productos de proximidad, que la globalización está bien, pero en su justa medida. No podemos depender tanto del exterior
