Packaging, logística y hábitat buscan la sostenibilidad como el factor clave de la competitividad
El Packaging Cluster, Catalonia Logistics y Habitat Cluster organizaron una sesión de trabajo dirigida a empresas de sendos sectores con la misma inquietud: descubrir nuevas soluciones para afrontar los retos de la logística y el embalaje desde la sostenibilidad y la calidad del servicio de entrega en productos del hábitat. Charlas de expertos, por un lado, y una sesión del trabajo por el otro, pusieron sobre la mesa las claves: ecodiseño, economía circular, logística inversa y optimización de la distribución del e-commerce, entre otras.
La bienvenida de la jornada ‘intercluster’ fue a cargo de Ròmul Prat, presidente del clúster Habitat Cluster Barcelona, que engloba 16 empresas catalanas del sector hábitat, además de la fundación privada Elisava-Escola Superior de Disseny i Enginyeria de Barcelona. Prat explicó que las tres organizaciones empresariales implicadas en la organización de la jornada decidieron tratar el tema de la sostenibilidad “desde el momento en que elegimos los materiales con los que hacemos nuestros productos, su embalaje, su transporte, incluso su uso y la recogida final para cerrar el ciclo. Precisamente, uno de los temas que creímos que era muy interesante y del que identificamos un gran potencial era tanto el de la logística como el del embalaje”, explicó.
Packaging más eficiente
La primera parte de jornada se centró en cómo optimizar el diseño del packaging para hacer un uso más eficiente en todo su ciclo de vida. Abrió la sesión Ignasi Cubiñà, director de EIG – Eco Intelligent Growth, una consultora que asesora a las empresas y organización en cómo implantar la economía circular sobre los principios del ‘Cradle to Cradle’ (C2C). Este concepto se basa en la convicción que el diseño es la clave para crear una actividad económica e industrial regeneradoras, inspiradas en los sistemas naturales, que aporte beneficios a nivel social, ambiental y económico. “El C2C es la metodología de diseño y verificación de la economía circular, la hoja de ruta para optimizar productos y procesos”, explicaba Cubiñà, que mencionó los tres principios de esta filosofía: eliminar el residuo, porque se debe diseñar el producto para ser reutilizado indefinidamente; usar energía renovable, como la única fuente de energía barata e “inevitable”; y celebrar la diversidad, biológica, conceptual o cultural. Por ello, certificar una empresa con el Cradle to Cradle Certified Product Standard guía guía a diseñadores y fabricantes a través de un proceso de mejora continua, que observa al producto de acuerdo a cinco categorías de calidad: la salud de los materiales, su reutilización, el ciclo del agua, el uso de la energía, y la justicia social.
Tras Ignasi Cubiñà, tomó la palabra Aleix Fortuny, Senior Packaging Engineer del Barcelona Institute of Packaging dentro del Leitat Technological Centrer para explicar ejemplos de desarrollos de embalajes sostenibles aplicados a productos del sector del hábitat. Fortuny defendió no solo es el diseño el que afecta al producto, sino también toda la ingeniería de fabricación del embalaje, que debe garantizar su protección y conservación para que llegue al consumidor final como éste espera. “Las expectativas del consumidor final son críticas: si se diseña un producto estupendo, pero no se embala adecuadamente para la cadena logística que se usará y el producto llega roto, las impresiones del cliente final son malas, aunque el producto sea fantástico”, explicó Aleix Fortuny. El ecodiseño, además, debe ser implícito en el producto, “no es un factor que se deba tener en cuenta como diferencial; el ecodiseño es un concepto más, como el financiero o el tecnológico para hacer un determinado embalaje o producto”, destacó.
Siguiendo este criterio ambiental, en el diseño de un producto se debe tener en cuenta qué recursos se necesitarán para producirlo, cuál será la etapa de procesado, cómo se envasará este producto teniendo en cuenta todas las entradas y salidas, cómo se distribuirá, cómo hará uso de él el cliente final, —“porque nosotros hacemos un packaging pensando en que el usuario final lo usará de una determinada manera y después nos damos cuenta que no lo está usando como toca”—, y el final de vida del producto. Así, es esencial realizar un análisis del ciclo de vida del producto teniendo en cuenta las 6 categorías de impacto ambiental, no solo la “famosa huella de carbono” y elegir la materia prima adecuada para cada aplicación. Otro factor importante es dimensionar correctamente el envase para cada producto, porque “usando envases estándar para todos nuestros productos, estamos haciendo un consumo de material excesivo”, diseñar embalajes con geometrías resistentes o no imprimir los envases con muchos colores si éste no tiene un impacto directo en el consumidor.
En cuanto a la logística, se debe tener en cuenta las medidas estándar de los palés. “Si conseguimos que nuestros embalajes encajen bien en los palés, conseguiremos una buena eficiencia logística”, destacó Fortuny, quien llamó a evitar transportar “aire”, refiriéndose a los embalajes que, al no encajar bien en los palés, crean huecos en éstos. “Cuanto más aire transportemos en el camión, más cantidad de palés y más cantidad de camiones necesitaremos para transportar la misma cantidad de producto y esto tiene un impacto directo con la huella de carbono, porque el camión tiene un consumo de gasóleo que será el mismo vaya lleno o vacío”, explicó.
(Se puede leer la ponencia completa en este enlace).
Jordi Fiestas, director de Brafim y último ponente del bloque, coincidió con el ingeniero del BIP de Leitat sobre que el embalaje es un factor crítico dentro de todo el supply chain del producto que afecta a muchas unidades de coste como el material, el espacio de almacenaje e incluso el sistema de transporte y las incidencias que pueda sufrir en la última milla.
Brafim es un fabricante de embalajes estándar y a medida, que ofrece además servicios de consultoría y laboratorio de pruebas para embalajes. La empresa dirigida por Jordi Fiestas ha desarrollado los productos Scudo, unos sistemas de protección basados en el concepto ‘Synergy Box’ que unen diferentes materiales, como el cartón endurecido y el EPS de alta densidad para crear una protección resistente en el trasporte de productos como muebles o luminarias. “No nos casamos con ningún material” explicaba Fiestas, que reivindicó el uso de una combinación de materiales como el polietileno, al poliestireno expandido, el nido de abeja, el cartón o el poliuretano para ofrecer la máxima protección en el mínimo espacio. Para esta empresa es esencial el método científico para ofrecer el embalaje óptimo en cada caso. Por ello, disponen de un laboratorio propio donde, mediante un sensor o acelerómetro calculan las ‘G’ de impacto que soporta un embalaje y reduciéndolas al mínimo posible. “El fabricante de muebles no controla lo que sucede en la última milla. Hay un porcentaje de roturas del producto en el trasporte que debemos reducir con el diseño del embalaje”, explicó.
Brafim, además, ofrece un servicio de cálculo de ahorro analizando el coste de cada una de las 6 etapas que intervienen en un proceso logístico, a saber: embalaje, almacén, producción, transporte, incidencias y tasas ambientales. El embalaje protege la mercancía frente a cualquier contingencia a lo largo de la cadena de suministro. Es fácil obtener un embalaje resistente que haga este trabajo, pero la solución ingeniosa es aquella que lo consigue minimizando la cantidad de material y optimizando el coste del embalaje, los daños y las reclamaciones. En cuanto al almacén, el diseño del embalaje debe ofrecer la posibilidad de ahorrar espacio en las zonas de recepción y en el almacén de productos acabados, gracias a reducir el volumen interior y apilado. En la producción, la solución de embalaje debe reducir al máximo el tiempo de manipulación y la cantidad de personal dedicado a ello. Al optimizar el diseño del embalaje para la cadena de suministro, se reducen también los costes de trasporte. Se pueden incluir más productos en cada envío, contenedor y camión, y por tanto ahorrar dinero en el transporte. O bien poder elegir un transporte ajeno sin temor a las incidencias. La elección de un material de embalaje afectará a la gestión de residuos y a los costes de eliminación de estos, que deberán incluirse en el coste total de la solución de embalaje. Además de reducir el impacto medioambiental y la eliminación de residuos.
La oportunidad del e-commerce
La segunda parte de la jornada se centró en la logística y en los nuevos retos que plantea el e-commerce, por un lado, y la optimización de las rutas de distribución en la llamada última milla, sobre todo en mercancías voluminosas, por otro.
Presentó el bloque Ramon Cosialls, manager del cluster Catalonia Logistics, quien señaló que el e-commerce “ha venido para quedarse” y que supone una gran oportunidad para las empresas de logística, sobre todo para abrir nuevos mercados. “En España estamos todavía en una fase muy incipiente comparados con Europa, EE UU y sobre todo Asia, donde, China, por ejemplo, está con un crecimiento anual del 60% en comercio electrónico”, señaló.
Sergi Fresno, director comercial de la zona Noreste, Salva Castán, responsable de E-commerce y Joan Boix, responsable de la unidad de negocio de Barcelona y L’Hospitalet de Seur, presentaron los resultados del barómetro que su grupo empresarial, DPDGroup, realiza anualmente y donde analiza las tendencias del mercado del e-commerce a nivel europeo. Este estudio refleja los resultados de 25.000 entrevistas a ciegas realizadas en toda Europa entre enero y agosto de 2017 y diferencia a los usuarios del comercio electrónico entre grandes compradores —más de 11,6 compras/año—, compradores medios —entre 1,5 y 11,6— y compradores bajos —menos de 1,5 compras por año. También destaca y diferencia por primera vez la categoría de ‘Millenials’. Del estudio se extraen conclusiones interesantes, como que lo que más se compra en Internet es moda, seguido de productos de belleza y alta tecnología. Además, es imprescindible el formato ‘responsive’ de las webs de e-commerce, porque el estudio demuestra que no siempre se usa el mismo dispositivo para hacer la búsqueda de la compra y para realizarla finalmente, alternando habitualmente ordenador de sobremesa, portátil, tableta y smartphone.
El estudio señala que lo que más valora el comprador online es que se le facilite el proceso en conjunto: “La tendencia de la compra online es hacerlo cada vez más fácil, usar menos pasos, que se pueda hacer como invitado sin registro previo, en definitiva, que todo sea lo más simple posible y que se acelere el proceso”, explicó Salva Castán.
Sobre la preferencia de recepción, España destaca sobre la media en recibir sus compras a domicilio antes que en un punto de conveniencia o recogida en comercio. La explicación es que el comercio electrónico arrancó en España en plena crisis y, por tanto, se pusieron a las entregas a domicilio precios de crisis. En Francia o UK, donde este servicio puede llegar a ser el doble de caro, hay preferencia por la recogida en el punto de conveniencia o el comercio. Por ello, señalaba Fresno, en la recogida de paquetes en la oficina postal, punto de conveniencia o en comercio es donde hay más camino que recorrer y donde los transportistas deben focalizar sus ofertas a los vendedores online.
Sergi Fresno señaló además las 8 tendencias que marcarán el e-commerce este 2018: un fuerte crecimiento del B2C; las entregas ultrarrápidas, camino iniciado por el servicio Prime de Amazon; la última milla como un servicio extra, ya que en el B2C, los destinatarios esperan que se les facilite su día a día; el crecimiento de la logística urbana, con la tendencia a volver a vivir en el centro de las ciudades y que fomenta buscar vehículos más ecológicos; la mejora del Big Data, cuyo foco principal es el conocimiento al detalle de los clientes; el avance rápido hacia la robotización de las entregas de última milla, con drones y robots; la concentración del e-commerce, con Amazon y Alibaba compitiendo por dominar el mercado; y el fuerte desarrollo del e-food, como última tendencia a destacar.
Cómo optimizar la última milla
En la última parte de la jornada se analizó la distribución en la última milla, esto es, el momento crítico de entregar el pedido a su comprador. Este paso, que transcurre desde que el paquete sale del último punto de distribución (almacén, tienda, centro de distribución…) hasta que llega al lugar de entrega, es el último de toda la cadena de distribución y el que más preocupa tanto a vendedores como a proveedores de servicios logísticos e incluso a los usuarios finales.
El startup Nektria explicó cómo, a través de su plataforma, se incentiva la opción entrega de paquetes voluminosos directamente al consumidor, optimizando la planificación de rutas de distribución. Uno de sus fundadores, David Costa, explicó su experiencia personal en el reparto a domicilio y cómo el software creado en Nektria intenta solucionar este flujo tanto desde el lado de la oferta como la de la demanda. (Información completa del producto en este enlace).
Cerró la jornada la intervención de César Aníbal Larrosa, adjunto a Dirección de Operaciones en Sama Group, que explicó la experiencia de su empresa en la distribución de mercancía voluminosa en la última milla. El Corte Inglés o Ikea son uno de los principales clientes de Sama, que es especialista en entrega domiciliaria y montaje de muebles, electrodomésticos y todo tipo de producto voluminosos.
“El comprador no solo quiere que se le lleve el mueble a casa, sino también no tener que preocuparse de desembalarlo y montarlo”, explicó Larrosa. El servicio de distribución y montaje de objetos voluminosos ‘obliga’ a tener dos o tres operarios y vehículos adaptados de carga amplia. Y lo que puede llegar a suceder en casa de un cliente, con tres operarios en todo un día “es increíble, el foco de casuísticas es muy grande”, cosa especialmente remarcable porque, al fin y al cabo, los operarios “son los representantes finales de la marca, los que dejarán o no una buena imagen”. Por ello, es importante la formación para la correcta manipulación de esta mercancía: “Hay que invertir bastante en formarles, enseñarles y adaptar esta logística a este tipo de transporte para que se haga efectivo y no salga dañado ni la marca ni el servicio y, además, que el cliente salga satisfecho”.
Larrosa planteó muchos otros problemas como el de la logística inversa, o cómo gestionar las devoluciones una vez el producto voluminoso, como un mueble, electrodoméstico, sofá, etc., está desembalado y montado, pero no es el que había comprado el cliente, y, por tanto, ya no es reutilizable. “Hay que dotar de recursos a las empresas conjuntamente (proveedor, cliente…) y entre todos buscar herramientas para que se pueda retornar al origen de forma correcta”.
El día de entrega también es un factor crítico: “En voluminoso es fundamental entregar en la primera cita. No puedo permitirme subir una mercancía a un furgón sin saber si la voy a entregar”. Con una media de 200 kg por entrega, una mercancía que se mantenga en el camión, que se deberá manipular y devolverla al almacén, el riesgo de rotura se multiplica.
Y en cuanto al packaging de estos artículos voluminosos, Larrosa reclamaba máxima estandarización para facilitar el trabajo del montador. “En casa del cliente lo que marca la diferencia no es el embalaje sino lo que está dentro”, concluyó.