Aiju y Aimplas trabajan para lograr juguetes más respetuosos con el medio ambiente
7 de enero de 2014
El Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), bajo la coordinación del Instituto Tecnológico del Juguete (Aiju), participa en Ecotoy, un proyecto financiado por Ivace y Fondos Feder a través del cual se van a diseñar juguetes más sostenibles, tanto durante su utilización como una vez acabada su vida útil. Para ello, se trabaja principalmente en dos frentes: en los materiales empleados para su fabricación, y en los componentes eléctrico- electrónicos. El objetivo es acabar el proyecto con la elaboración de un prototipo en el que se apliquen todas las innovaciones desarrolladas por los dos centros tecnológicos.
Actualmente, más del 35% de los juguetes disponibles en el mercado contienen dispositivos electrónicos. Se trata de mecanismos que permiten incorporar luces, movimientos y sonido a los juguetes para que resulten más atractivos. Para abordar el proyecto Ecotoy, lo primero que se ha realizado es un análisis de estos productos con tres de ellos como referencia. Concretamente, se ha analizado un proyector, una moto infantil y un coche teledirigido.
Uno de los aspectos que se pueden mejorar en los juguetes que encontramos actualmente en el mercado es la calidad de sus componentes eléctrico- electrónicos. Los que incorporan en la actualidad son mayoritariamente de procedencia asiática, y su baja calidad hace que presenten un elevado consumo eléctrico en su funcionamiento y que el reciclado al final de su vida sea complicado. Además, se ha llegado a la conclusión de que sería posible reducir las dimensiones de estos componentes de forma que se reduzcan los residuos generados en la misma proporción.
Por lo que respecta a los materiales con los que se fabrican los juguetes, también se ha observado la posibilidad de reducir el impacto ambiental de los mismos. Actualmente se emplean distintos tipos de plásticos y muchos de ellos sin identificar, lo que complica enormemente su reciclado. Por eso se está trabajando en el desarrollo y la implantación de materiales más sostenibles, como aquellos que proceden de fuentes renovables como son los bioplásticos. Así como plásticos biodegradables o 100% reciclables. De esta manera se optimizaría el impacto no solo de su fabricación, sino también de su fin de vida. El proyecto, que se inició hace un año, tiene una duración de 24 meses y finalizará a finales de 2014.