En el camino hacia la neutralidad climática de la industria cementera
Asociación Nacional de Empresas de Servicios Energéticos (Anese) y Agrupación de Fabricantes de Cemento de España (Oficemen)
13/09/2024El Pacto Verde Europeo y su ambicioso objetivo de conseguir una Unión Europea climáticamente neutra -y, por ende, energéticamente eficiente- en 2050 reconoce expresamente la importancia del sector cementero, junto a otras industrias de gran consumo energético, a las que considera “imprescindibles para la economía de Europa por cuanto abastecen a varias cadenas de valor de importancia esencial”.
No podemos pasar por alto, por tanto, la importancia del cemento y su principal derivado, el hormigón, a la hora de trazar entre todos –instituciones públicas y privadas-, una sólida estrategia industrial que permita alcanzar con éxito los objetivos de neutralidad climática marcados, con la eficiencia energética también en el punto de mira. En esa línea, entronca el acuerdo de colaboración suscrito al inicio de este año entre Anese y Oficemen.
El hormigón lleva ya más de un siglo revolucionando la construcción y, hoy en día, no existe ningún otro material tan seguro, durable, versátil, accesible, abundante o asequible, ni se vislumbra ningún material sustitutivo a medio plazo. De hecho, es el material de construcción más utilizado del mundo, e incluso el bien artificial más usado en general después del agua.
Pero esas ventajas indiscutibles vienen acompañadas de un inconveniente clave: las emisiones de CO2 derivadas del proceso de fabricación del cemento. Por eso, Oficemen lleva años realizando iniciativas voluntarias para minimizar la huella de carbono, convirtiéndose en su mayor reto para el futuro.
Desde Anese se reconoce el enorme reto al que se enfrenta el sector cementero para lograr su transformación hacia uno más eficiente energéticamente, sostenible y descarbonizado. En este sentido, y acompañando ese proceso, desde la asociación se brinda soporte a los profesionales de la industria cementera acercando e informando acerca de las soluciones, tecnologías y modelos de negocio más innovadoras y eficientes, así como las ventajas y beneficios que les puede aportar el modelo de servicios energéticos. Se destaca, de forma particular, la irrupción de los Certificados de Ahorro Energético (CAE), como una novedosa herramienta de mercado que sin duda acelerará la mencionada transformación.
Los CAEs representan no sólo una oportunidad para el desarrollo y crecimiento del mercado de la eficiencia energética y, en particular, la consolidación de las ESEs, sino también una herramienta clave para ayudar al conjunto de sectores económicos a alcanzar la transición energética, ya que permiten acelerar la amortización de las inversiones monetizando los ahorros energéticos obtenidos), constituyendo una mejora en la financiación para las actuaciones de eficiencia energética y certificando el ahorro energético conseguido.
El sistema CAE, se presenta como un elemento dinamizador de todo un sector sobradamente preparado y con experiencia suficiente para afrontar y conseguir los retos marcados, entre otros, por la Agencia Internacional de la Energía (duplicar la eficiencia energética de aquí a 2030). A su vez, constituyen un elemento valioso para la administración, ya que le permite acelerar el proceso de reporte a Bruselas de los ahorros energéticos comprometidos a nivel país.
CAE, herramienta fundamental para alcanzar los objetivos de eficiencia y ahorro energético
Desde Anese consideramos que la descarbonización y la sostenibilidad de la economía son pilares fundamentales para lograr una transición energética justa. El futuro reside en estos conceptos, yendo de la mano de los servicios energéticos ya que permiten que otros segmentos del sector energético alcancen los objetivos de descarbonización de manera rentable y eficaz. Para ello, un mecanismo fundamental es el CAE, originado en el marco de la actual Directiva de Eficiencia Energética UE 2023/1791 y sus predecesoras, y que representa una herramienta innovadora para alcanzar los ambiciosos objetivos de ahorro energético asumidos por España al 2030.
Los CAE son documentos electrónicos que certifican la obtención de un nuevo ahorro de energía final, equivalente a 1 kWh, producto de la implementación de medidas de eficiencia energética. De esta forma, si se acomete una actuación que implica un nuevo ahorro anual de 100 kWh, se podrán obtener 100 CAE. No se trata, por tanto, de una ayuda del Estado o una subvención, sino un mecanismo de mercado que permite monetizar los ahorros energéticos.
El sistema CAE se encuadra en el Sistema Nacional de Obligaciones de Eficiencia Energética (SNOEE), uno de los elementos utilizados para acreditar ahorros energéticos a nivel país. Allí, unos actores, definidos como sujetos obligados (comercializadoras de electricidad, gas natural y productos petrolíferos y GLP al por mayor), realizan anualmente un aporte económico al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE), en función de sus ventas de mercado, y con ese presupuesto se lanzan programas de ayudas en distintos sectores de la economía que permiten obtener ahorros energéticos.
Hasta la entrada en vigor de los CAE, los sujetos obligados, sólo podían hacer frente a su obligación mediante el pago al FNEE, por tanto, el nuevo sistema se plantea como un incentivo para los sujetos obligados, quienes, teniendo dos alternativas para acreditar la obligación de ahorro, contarán con la motivación de conseguir estos certificados, siempre y cuando su precio sea inferior a su contribución económica al FNEE.
Dentro del sistema se contemplan dos tipos de actuaciones de eficiencia energética. Por un lado, las estandarizadas (aquellas medidas fácilmente replicables recogidas en fichas en un catálogo), y por otro, las singulares (de carácter más complejo o particulares que no disponen de fichas y requieren la implementación de una metodología que justifique el ahorro obtenido).
El catálogo actualmente se compone de 114 fichas estandarizadas (62 fichas nuevas incorporadas el pasado mes de julio respecto a las 52 existentes), agrupadas por sector económico (residencial, industrial, terciario, transporte y agrícola) donde cada una conlleva una fórmula de cálculo del ahorro de energía final (teórico), y una serie de requisitos de documentación para respaldar y garantizar la veracidad de la actuación.
Situación actual del mercado CAE
Aunque se encuentre en una fase temprana de implementación, el mercado CAE es ya una realidad a fecha de hoy, donde se han solicitado desde el inicio del sistema 193,23 GWh de CAE (más de 100 GWh ya fueron emitidos), de los cuales 11 GWh y 10,5 ya fueron liquidados contra las obligaciones del 2023 y 2024 respectivamente por parte de los sujetos obligados.
El sistema CAE no solo representa una oportunidad para cumplir con los compromisos de eficiencia energética, sino también para dinamizar todo el sector, dando un precio sobre el no-vatio al consumidor. Contribuye a la generación de empleo, la productividad y la competitividad empresarial, mientras impulsa la descarbonización y la independencia energética.
En el buen camino hacia la neutralidad climática en 2050
La hoja de ruta está basada en el ‘Enfoque de las 5Cs’ que promueve la colaboración de toda la cadena de valor de la industria del cemento: Clínker-Cemento-Hormigón (“Concrete”, en inglés)-Construcción-(re) Carbonatación. Para cada una de las 5Cs se han identificado las áreas en las que se pueden reducir significativamente las emisiones; las tecnologías clave que permitirán hacerlo, así como los apoyos necesarios para impulsar esta transformación.
Una estrategia-país para las tecnologías CAUC
Entre tanto, el sector cementero español está volcado en otras palancas imprescindibles también en el camino hacia la neutralidad climática, como el empleo de materias primas descarbonatadas; la fabricación de clínker bajo en carbono; el uso de transportes neutros en carbono; la utilización de combustibles derivados de residuos con biomasa en sustitución de los combustibles fósiles…
De hecho, en el contexto del PERTE de descarbonización industrial ya hay tres proyectos que cuentan con aprobación provisional vinculados a la industria cementera, y que contarán con apoyo institucional por valor de 9,5 M€. Dos de ellos están asociados al uso de combustibles alternativos, y uno está focalizado en la eficiencia energética, que persigue reducir en más de un 25% el consumo energético asociado al aire comprimido en la planta.
La eficiencia energética como palanca clave
Por supuesto, también ocupa un lugar destacado el origen renovable de la electricidad para las fábricas de cemento, que en 1990 era del 0%, en 2022 ya ascendía al 42% y que será del 100% antes del 2050.
Finalmente, es especialmente destacable que la mayoría de las 32 fábricas de cemento existentes en España dispongan ya de sistemas de gestión de la energía certificados según la norma ISO 50001, lo que se traduce en un ahorro real y cuantificable del coste energético de las fábricas de cemento.