La solución al déficit de tarifa no radica en el 1% del sector eléctrico que supone la termosolar
27 de febrero de 2012
Iberdrola, tras anunciar un beneficio neto de casi tres mil millones de euros, manifiesta sin rubor que el problema del déficit de tarifa se debe al sector termosolar. El déficit de tarifa es la diferencia entre lo que cuesta generar y distribuir electricidad y lo que pagan los consumidores. Los ingresos de Iberdrola suponen un porcentaje muy elevado de esa tarta, mientras que toda la termosolar no supone ni un uno por ciento de la misma y supondrá en 2013 tan sólo un 3%. Por tanto, para arreglar ese problema sería más eficaz mirar a cómo bajar las partidas que cobra Iberdrola y exigirle las que tiene pendiente de devolución.
Iberdrola dice que las plantas termosolares tienen una rentabilidad enorme. Nos sorprende que el señor Sánchez Galán se atreva a hacer esa afirmación cuando tiene una planta termosolar en Puertollano que él sabe perfectamente está teniendo una rentabilidad muy inferior. ¿Es que el señor Sánchez Galán no conoce los números de su propia planta? Protermosolar le reta a que haga públicos sus propios datos.
Protermosolar ha entregado al Ministerio de Industria, Energía y Turismo unas precisas estimaciones sobre el coste que supondrán las centrales termosolares en los próximos años, que son del orden de la mitad de lo que las grandes empresas eléctricas están difundiendo en todos los medios de comunicación para confundir a la opinión pública.
La verdadera solución del déficit no está en las renovables, y mucho menos en la termosolar, sino en la excesiva retribución de hidráulicas y nucleares que reciben las grandes empresas eléctricas de nuestro país, las cuales cada vez ganan más dinero a costa de todos los consumidores y luego les echan la culpa del precio de la electricidad a todos, incluido el Gobierno cuando no hace lo que ellas quieren. La liquidación de los CTC y de los derechos gratuitos de emisión que han recibido esas mismas empresas podrían reducir el déficit acumulado considerablemente.
No entendemos la obsesión del señor Sánchez Galán contra la termosolar. No podemos pensar que la frustración por haber querido ser el líder de este sector en el 2009 y por el estrepitoso fracaso cosechado o por las batallas, en gran medida personales, que está librando, puedan llevarle a perjudicar con su posición a regiones como Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha y a una gran cantidad de empresas nacionales que estaban subsistiendo en estos momentos de crisis gracias a las instalaciones de energías renovables.
Estamos seguros de que el Gobierno no seguirá sus recomendaciones de cercenar el liderazgo y desarrollo de la industria termosolar nacional, que sólo con una reforzada posición en nuestro país podrá aprovechar el floreciente mercado a nivel mundial que se está abriendo. El Gobierno no puede dejar pasar esta oportunidad histórica para nuestra tecnología por defender los balances de unas pocas empresas con enormes beneficios.