El 91% de las energéticas en España aumentará su inversión en innovación en 2025

El VI Barómetro Internacional de la Innovación de Ayming revela que la práctica totalidad de las empresas energéticas en España intensificará sus inversiones en I+D+i durante el próximo año. La optimización de procesos, la digitalización y la inteligencia artificial se consolidan como las principales áreas de interés para la innovación en el sector. Además, el 28% de las compañías destina hasta un 20% de su presupuesto a iniciativas de sostenibilidad, en línea con los objetivos europeos de reducción de emisiones y eficiencia energética.

El VI Barómetro Internacional de la Innovación de Ayming recopila las respuestas de más de 1.200 directores de I+D+i, directores financieros, CEOs y directores de tecnología de 17 países de Europa, Norteamérica y Asia, con el objetivo de analizar las principales tendencias y desafíos en Innovación tanto a nivel global como en España.

El sector energético en España ha consolidado la innovación como una prioridad estratégica para mejorar su competitividad y avanzar en la transición hacia un modelo más sostenible. El VI Barómetro Internacional de la Innovación, elaborado por Ayming, confirma que el 91% de las empresas del sector incrementará su inversión en I+D+i en 2025. Esta tendencia responde a la necesidad de optimizar procesos, mejorar la eficiencia operativa y adaptarse a un mercado en constante evolución.

La optimización de operaciones y procesos representa la principal prioridad para el 38% de las empresas, seguida de la implantación de inteligencia artificial (35%) y la adopción de nuevas tecnologías (30%). Estas áreas de innovación permiten una mejor gestión de los recursos y una mayor agilidad en la toma de decisiones, aspectos fundamentales para un sector que tiene que hacer frente a importantes retos en materia de descarbonización y eficiencia. La creciente competencia internacional y la presión regulatoria también han contribuido a que la innovación se convierta en un pilar fundamental dentro de las estrategias empresariales.

El 23% de las energéticas destina un 10% de sus ingresos a la innovación, mientras que un 13% destina hasta un 8% de su presupuesto a este tipo de proyectos, y otro 13% emplea tan solo un 5%. Por otro lado, solo un 5% afirma no tener un porcentaje definido.

Uno de los aspectos clave para el impulso de la innovación en el sector energético es su financiación. El 55% de las compañías recurre a fondos propios para costear proyectos de I+D+i, mientras que el 50% se beneficia de deducciones fiscales en esta materia. Además, un 48% accede a ayudas públicas para el desarrollo de nuevas tecnologías.

Manuel Mestre, director del Área de Ayudas de Ayming España, destaca que “el acceso a recursos financieros públicos es crucial para garantizar el desarrollo de proyectos innovadores, especialmente en sectores estratégicos como el energético”. Según Mestre, las ayudas estatales y europeas han permitido que muchas empresas impulsen iniciativas que, de otro modo, serían inviables debido a los elevados costes de inversión. Esta combinación de financiación mixta permite a las empresas abordar proyectos ambiciosos con menor riesgo financiero, asegurando un desarrollo más sostenido en el tiempo.

Además, la estabilidad en los incentivos fiscales y en las políticas de apoyo a la innovación será clave para que las empresas continúen apostando por el desarrollo tecnológico. Las compañías del sector demandan un marco normativo estable y predecible que les permita planificar sus inversiones con garantías a largo plazo.

La innovación sostenible se ha convertido en una prioridad creciente dentro del sector. El 28% de las empresas destina hasta un 20% de su presupuesto a proyectos vinculados a la sostenibilidad. Las principales áreas de inversión incluyen la reducción del consumo energético (63%), el desarrollo de tecnologías de energías renovables (45%) y la disminución de emisiones contaminantes (38%).

María Sanz de Galdeano, directora de Innovación de Ayming España, destaca que “el sector energético desempeña un papel clave en la transición hacia un modelo industrial más sostenible. La innovación no solo es esencial para cumplir con las normativas europeas de reducción de emisiones, sino también para mejorar la competitividad y aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento”.

En este sentido, muchas empresas están apostando por el desarrollo de tecnologías de almacenamiento energético y el hidrógeno verde como alternativas viables para garantizar un suministro estable y sostenible. La economía circular también está ganando peso en las estrategias de innovación, con proyectos enfocados en la reutilización de materiales y la optimización de recursos.

La digitalización y la inteligencia artificial han irrumpido con fuerza en el sector energético, transformando la gestión de los recursos y la toma de decisiones. Según el informe, el 55% de las empresas encuestadas considera que el principal beneficio de la inteligencia artificial es el análisis de datos, seguido del análisis predictivo (53%) y la automatización de tareas administrativas (35%).

El 30% de las compañías destina hasta un 10% de su presupuesto a inteligencia artificial, mientras que el 18% invierte hasta un 20%. La aplicación de estas tecnologías permite optimizar el rendimiento de las infraestructuras energéticas, reducir costes y mejorar la fiabilidad de los sistemas de generación y distribución de energía. Además, su integración en la gestión de redes eléctricas facilita la incorporación de energías renovables y la monitorización en tiempo real del consumo energético.

El avance en herramientas de inteligencia artificial también está permitiendo mejorar la seguridad y la resiliencia de las infraestructuras energéticas frente a ciberataques. La creciente digitalización del sector requiere soluciones innovadoras para garantizar la protección de datos y sistemas críticos, evitando posibles interrupciones en el suministro.

El VI Barómetro Internacional de la Innovación de Ayming confirma el creciente compromiso del sector energético con la innovación y la transición hacia un modelo más sostenible. La inversión en I+D+i no solo permite mejorar la eficiencia y reducir costes, sino que también posiciona a España como un referente en la transición energética a nivel europeo.

La inteligencia artificial, la digitalización y la sostenibilidad se perfilan como los principales ejes de innovación en un sector que debe adaptarse a las nuevas exigencias del mercado y a los retos medioambientales. La necesidad de acelerar la descarbonización y mejorar la eficiencia energética hace que las empresas continúen apostando por modelos innovadores que aseguren su competitividad en un entorno global cambiante.

El papel de las políticas públicas y los incentivos fiscales será crucial en los próximos años para mantener el ritmo de inversión y fomentar un ecosistema de innovación robusto en el sector energético. La colaboración entre administraciones, empresas y centros tecnológicos se presenta como una de las claves para garantizar un crecimiento sostenible y alineado con los objetivos climáticos de la Unión Europea.