2024, un año donde el recurso humano cualificado se ha consolidado como el mayor reto para un sector en constante crecimiento

En el marco de la transición energética con la implantación creciente de nueva potencia renovable que permita cumplir los objetivos de desarrollo sostenible contemplados en el Green Deal de la Unión Europea y su traslación al contexto español a través del PNIEC, los proyectos de eólica y solar fotovoltaica se encuentran en un gran momento; solo en el año 2024 se han instalado 863 MW eólicos para alcanzar una potencia total de 30.933 MW y unos 5.481 MW fotovoltaicos conectados a red para llegar a 29.573 MW. Las estimaciones de autoconsumo FV indican que se incrementó en aproximadamente 1.100 MW y que ya acumulan más de 8.000 MW, siendo la primera tecnología del mix energético español.

Este fuerte crecimiento de la generación muestra su gran momento: el viento sopla a favor de la migración de las tradicionales fuentes de energía menos sostenibles a fuentes de energía renovable y las nuevas regulaciones europeas le auguran un gran futuro, con el desafío de conseguir incrementar la demanda e incorporar masivamente baterías que den firmeza a la variabilidad renovable.

Esta es la buena noticia, la no tan buena es que la generación eólica ha disminuido en un 2,3% frente al año 2023, lo que ha supuesto mantener la bajada constante del Factor de Capacidad (FC). Por otro lado, la fotovoltaica ha incrementado su producción en un 18%, lo que ha supuesto también un menor FC que el año pasado.

Las razones de esta caída del FC en ambas tecnologías son difíciles de identificar, se estima que podrían ser dos factores: una menor casación de generación renovable en el mercado mayorista por los bajos precios o una menor disponibilidad de las plantas y en este último punto es donde entra de lleno el tema del mantenimiento y la subsiguiente preocupación por el talento, objetivo de este artículo.

Está claro que tanto la tecnología solar fotovoltaica como la eólica han dejado de ser tecnologías inmaduras, requiriéndose que los trabajadores estén constantemente actualizándose para adquirir nuevas competencias que les permitan adaptarse a la rápida evolución tecnológica del sector, pero también demandando nuevos profesionales correctamente cualificados.

Específicamente, el sector eólico es dinámico, marcado por la necesidad de reducir el LCOE y mantener la confiabilidad de los equipos. Estos cambios conllevan una transformación de los paradigmas en los servicios demandados, por cuanto tienen un impacto revolucionario a lo largo de la cadena de valor, lo que exige que los proveedores de servicios hayan de adaptar su plantilla y procesos internos a estos nuevos cambios.

Algo similar ocurre con la fotovoltaica, donde la tecnología está en constante evolución para incrementar el rendimiento de los módulos y garantizar sus condiciones operativas por al menos 30 años.

La transición energética hacia un mundo más electrificado, más renovable y sostenible ha permitido la aparición de nuevos modelos de negocio en el sector del mantenimiento y la gestión de activos, así como el crecimiento de otros negocios ya preexistentes. Lamentablemente, la consecuencia directa de todo ello es que el sector del mantenimiento se ve obligado ahora a competir por el recurso humano (tanto con empresas del sector, como con otros colectivos productivos), pero, más aún por el talento en un escenario de desventajas muy significativas, donde:

a. Los planes de formación académicos no están alineados con los requisitos formativos necesarios para trabajar en el sector, lo que obliga a los empresarios ligados al mantenimiento a afrontar con esfuerzos, inversiones económicas (riesgos) para cubrir las brechas existentes y dotar a los trabajadores de las certificaciones sectoriales requeridas antes incluso de empezar a trabajar. Considerar, por ejemplo, que la mayoría de los alumnos graduados como Técnicos Superiores en Energías Renovables en los Centros de FP, no cuentan con la formación de seguridad GWO (Global Wind Organisation), exigida por los principales fabricantes de aerogeneradores y operadores para trabajar en campo.

b. El trabajo se realiza en lugares apartados y distantes, en muchas ocasiones a cientos e incluso miles de kilómetros del hogar de los trabajadores y en condiciones climatológicas adversas, lo que supone un desafío para atraer y fidelizar a los trabajadores.

c. Crecimiento significativo de las rotaciones de personal a lo largo de la cadena de valor del sector.

“El sector del mantenimiento es último eslabón de la cadena de valor de estos ambiciosos proyectos renovables y es el más importante para garantizar los objetivos y las inversiones correspondientes".

La aprobación de la Ley la Ley Orgánica 3/2022 de 31 de marzo de ordenación e integración de la FP, con la formación dual (institutos de FP y empresas) como piedra angular, puesta en práctica en este curso, supone una iniciativa muy positiva con un recorrido formativo compartido entre los centros públicos y las prácticas en las empresas. Sin embargo, el tratamiento asimétrico de la remuneración de estas prácticas en diferentes comunidades autónomas dificulta la eficacia de la puesta en práctica de la norma.

A pesar de las nuevas y diversas regulaciones que propugnan la implantación de nueva energía renovable como vector energético, la transición es "incompleta" por falta de previsión y planificación. El sector afronta ahora uno de sus mayores retos, que es la escasez de trabajadores cualificados y suficientes para afrontar la creciente demanda, y son las empresas de servicios las que desafortunadamente están llamadas a pagar la mayor parte de esta factura.

Por lo anterior, las empresas del sector se están esforzando para paliar esta situación: están adoptando sus propias resoluciones y también iniciativas en colaboración con las asociaciones empresariales del sector y la entidad pública responsable en cada comunidad autónoma, a través de iniciativas público-privadas, con el objetivo de dar solución a la problemática de la falta de trabajadores; un problema que se está volviendo ya endémico.

Entre las propuestas podemos mencionar algunas tales como: iniciativas de atracción del talento joven, por medio de planes de carrera con oportunidad de formación y desarrollo; herramientas de planificación, que quieren analizar la situación actual de la fuerza laboral y anticipar las necesidades futuras; otros instrumentos que buscan contribuir en la reconversión de trabajadores de las plantas térmicas, de gas, etc., para que puedan tener continuidad laboral en el sector renovable; e iniciativas que superan el marco de los países y se proyectan extramuros en otros países con el objetivo de estandarizar los planes de formación y capacitación de las generaciones futuras, con planes educativos orientados a un mundo renovable y sostenible.

El sector del mantenimiento está en movimiento y quiere ser parte de su propia transformación, pero el mundo más sostenible que todos queremos necesitará aún de un mayor esfuerzo por parte de todos como sociedad. Sin embargo, estos encajes son cada vez más complicados por la presión económica que se tiene en los contratos y la inclusión de los factores anteriormente descritos.

El sector del mantenimiento es último eslabón de la cadena de valor de estos ambiciosos proyectos renovables y es el más importante para garantizar los objetivos y las inversiones correspondientes. Los desafíos son muchos, al igual que las oportunidades, y es el momento de empezar a discutirlos. Estos temas, conjuntamente con la presentación de nuevos productos y soluciones innovadoras, se abordarán en Zaragoza el próximo 4 y 5 de marzo de 2025, en la tercera edición de Expofimer.