El camino hacia un futuro energético sostenible: autoconsumo compartido y almacenamiento
De esta forma, se optimiza el consumo energético, reduciendo la dependencia de fuentes externas. Dentro de este entorno colaborativo, cada persona puede consumir su propia energía, a la vez que puede utilizar la que han producido otros usuarios en momentos en los que su demanda sea mayor que su propia capacidad de generación.
¿Pero cómo funciona realmente esta modalidad? Se gestiona a través de un sistema de compensación, donde se utilizan medidores para registrar tanto la energía generada como la consumida. Asimismo, cualquier excedente de energía no utilizado puede ser exportado a la red eléctrica convencional, lo que brinda la oportunidad de recibir compensaciones económicas o créditos en la factura eléctrica por esos excedentes.
Con más de 15 años de experiencia en el sector, Veolia Solar se ha consolidado como un socio estratégico esencial para todas aquellas comunidades que deciden avanzar hacia el autoconsumo compartido y que apuestan por la descarbonización del planeta. Sus soluciones personalizadas se ajustan a las necesidades específicas de cada cliente, abarcando todas las etapas del proceso. En el año 2023, ha logrado una producción anual de 360 GWh a través de las 150 instalaciones que gestiona en España, lo que supone más de 77 toneladas de CO₂ evitadas a la atmósfera.
Un factor clave dentro del autoconsumo compartido es el almacenamiento de energía. Sistemas como las baterías domésticas permiten acumular el excedente de energía generada en momentos de alta producción, como en días soleados. Además, uno de los muchos beneficios del almacenamiento energético es que además de la autonomía que proporciona a los usuarios, facilita la opción de disminuir la dependencia de la red eléctrica convencional. Otra de sus ventajas es que también permite el uso de la energía acumulada en momentos de alta demanda o durante cortes de energía.
Aun así, la apuesta por el almacenamiento vendrá acompañada por la necesidad de impulsar y garantizar un mantenimiento especializado. “Las instalaciones fotovoltaicas funcionan perfectamente durante los primeros años, siempre que cuenten con un buen diseño y una infraestructura técnica adecuada. En este sentido, resulta imprescindible realizar un análisis de los rendimientos, detección de posibles anomalías que puedan surgir y plantear posibles soluciones.” apunta Juan Miguel Calabuig, director de Veolia Solar.
A través del Hubgrade, su ecosistema de soluciones digitales de referencia, puede realizar análisis de datos, supervisión, optimización y sistemas predictivos para la gestión del agua, los residuos y la energía. Utilizando el poder de los datos y la tecnología de la inteligencia artificial más avanzada, unida a la experiencia operativa mundial de la empresa, se adaptan soluciones para responder a los retos de la transformación ecológica, ya sea descarbonización, descontaminación y regeneración de recursos.
“En Veolia tenemos el compromiso de maximizar y optimizar la energía verde generada, teniendo siempre en cuenta el perfil de los consumidores que la necesitan, el coste de la demanda energética y la radiación, todo ello midiendo el impacto que puede tener en el futuro” afirma Juan Miguel Calabuig, director de Veolia Solar.
En definitiva, para contribuir a la descarbonización y a la transición ecológica del planeta, hay que apostar por las fuentes renovables. Desde Veolia, se seguirá impulsando la energía producida a través de las instalaciones fotovoltaicas que, combinada con el almacenamiento solar, se proyectan como una de las palancas clave hacia un futuro más verde.