Entrevista a Luis Puchades, director de Biovic consulting
Luis Puchades fundó Biovic en 2009 y en 2021 la compañía se incorporó a Grupo Gimeno. Ingeniero Agrónomo de formación, y con una carrera dedicada a la sostenibilidad y la innovación tecnológica, es además presidente de la Asociación Española de Biogás (AEBIG). Bajo su liderazgo, Biovic se ha consolidado como una ingeniería referente en la consecución de proyectos de biogás y biometano, con la participación y el desarrollo de más de 60 proyectos a nivel nacional e internacional, contribuyendo significativamente a la descarbonización de la economía y a la gestión eficiente de residuos orgánicos. En esta entrevista nos habla de la vital importancia que el biometano puede tener en el cambio de modelo energético de la industria en España y su perfecta simbiosis con el sector agropecuario.
“En Biovic consideramos el biometano un híbrido entre un proyecto energético y uno agrario, involucrando a actores fundamentales en nuestra economía como la ganadería y la agricultura local”.
El biometano es una energía renovable, un gas limpio esencial para la descarbonización de nuestra industria, pero del que no se habla tanto como de otras energías renovables, o al menos eso parece. En tu opinión ¿qué aporta a este pull energético renovable?
De hecho, en Biovic lo consideramos un híbrido entre un proyecto energético y uno agrario o medioambiental, porque permite involucrar a actores clave como la ganadería, la agricultura local, la industria de fertilizantes orgánicos y los gestores de residuos.
¿Y cómo está evolucionando su desarrollo tanto en España como en Europa?
En España, a pesar del gran potencial de crecimiento, el proceso está siendo lento, en buena parte debido a que los trámites burocráticos son lentos y se puede tardar entre dos y tres años en obtener los permisos necesarios para arrancar estos proyectos. Aun así, vemos como el número de proyectos se incrementan poco a poco. En Europa hay una mayor conciencia de que estos proyectos incentivan la actividad agraria y generan nuevos negocios en zonas demográficamente deprimidas, creando empleos de calidad a largo plazo.
¿Por qué? ¿Qué beneficios específicos traerá para España?
Este tipo de proyectos no solo diversifican los ingresos de la industria alimentaria, sino que también mejoran significativamente la gestión medioambiental de los residuos.
¿Qué políticas podrían impulsar el biometano en España?
Por tanto, hay varias vías para hacer viables los proyectos de biometano: incentivar la demanda de biometano como gas renovable, mejorar la gestión de residuos y fomentar la fertilización orgánica.
¿Cómo se integra el biometano en la infraestructura de gas natural?
Sin embargo, el coste de las infraestructuras de reverse flow, que permiten invertir el flujo del gas, está siendo asumido por los promotores de los proyectos, lo que a veces hace poco viables estos proyectos. Es crucial que el sistema gasista cubra estos costes para fomentar la ejecución de los proyectos de biometano.
¿Por qué la mayoría de los proyectos se ubican en zonas de la llamada España Vaciada?
El motivo principal es que los proyectos se deben ubicar donde haya suficientes subproductos agrícolas y ganaderos para generar el biometano y cerca de infraestructuras gasistas.
Sin embargo, no siempre las redes de distribución consumen gas suficiente para inyectar todo el biometano producido, y es aquí donde los sistemas de reverse flow son esenciales. Estos sistemas permiten que el exceso de biometano se comprima y se envíe hacia la red de transporte, lo que asegura que todo el biometano pueda ser utilizado.
“España tiene el potencial para producir suficiente biometano como para descarbonizar tanto el consumo residencial como el industrial, sin necesidad de cambiar infraestructuras”.
¿Cómo puede beneficiar el biometano a las familias, al sector industrial y a los negocios?
Si queremos lograr una descarbonización real de nuestro sector energético, debemos poner en marcha mecanismos que permitan a las empresas y también a las familias hacerlo.
En este sentido, el biometano puede utilizar las mismas infraestructuras e instalaciones existentes, como las redes de distribución de gas. España tiene el potencial para producir suficiente biometano como para descarbonizar tanto el consumo residencial como el industrial.
Por ejemplo, empresas del sector cerámico en Castellón podrían pasarse al biometano sin necesidad de cambiar su infraestructura, simplemente sustituyendo el gas natural por éste. Esto también les ayudaría a reducir las emisiones de CO2 y a cumplir con las normativas medioambientales.
Además, el biometano puede proporcionar energía renovable a sectores que no se pueden electrificar fácilmente como la cerámica, ciertas industrias agroalimentarias, refinerías o metalurgia, entre otras, evitando la deslocalización de empresas que buscan mantener la actividad empresarial en lugares donde la electricidad es más barata.