El desarrollo de las redes de distribución podría reducir los precios de la electricidad
Marina Serrano, presidenta de aelec
19/04/2024La falta de desarrollo de las redes de distribución eléctrica en España impide que el consumidor industrial pueda beneficiarse de la reducción de los precios de la electricidad. Además, sin redes no será posible la integración del almacenamiento siendo esta una infraestructura indispensable para un mejor aprovechamiento renovable.
Tanto la demanda industrial, como el almacenamiento, como los centros de datos a día de hoy están a la espera (casi 6 GW de solicitudes de conexión a la red no han sido consideradas, un 15%-20% de incremento de la demanda nacional) de la concesión del acceso y conexión que necesitan para el desarrollo de su actividad en España. De no impulsar el desarrollo de la red en los términos que exige el PNIEC, corremos el riesgo de que toda esta demanda se marche a otros países europeos atraídos por sus fuertes planes de inversión en redes. Los países de la Unión europea están estimando más que triplicar los escenarios de inversión en redes hasta 2030 como es el caso de Italia y Francia.
Las inversiones en redes para incrementar la demanda no encarecen los peajes de la red eléctrica, sino al contrario. Es como las autopistas, cuantos más coches circulen, menores tendrán que ser los peajes. Además, España cuenta con los Fondos Europeos para poder impulsar las inversiones en las redes sin tener que encarecer por ello la factura de la luz del consumidor.
Si no se abordan los proyectos de desarrollo de las redes de distribución eléctrica ya mismo, no solo se está generando un riesgo en el cumplimiento de los objetivos climáticos, sino que también se limita el crecimiento económico de nuestro país y se pierde la oportunidad que ofrece la descarbonización, al reducirse las externalidades positivas en materia de inversión, crecimiento, I+D, empleo e impuestos de los nuevos proyectos industriales a los que no es posible brindarles acceso, conllevando a su vez a un riesgo de fuga de las inversiones hacia otros países en los que el conseguir el acceso a la red sea más sencillo. Tampoco debe olvidarse el impacto más directo: la ralentización de las inversiones en redes lastra el impulso tractor en toda una cadena de valor industrial, mayoritariamente nacional.