Nazca inaugura su primera central fotovoltaica en la plataforma logística Cilsa
29 de diciembre de 2010
La central de Nazca alberga una de las concentraciones más importantes de células fotovoltaicas nunca instaladas en una plataforma logística en Francia. Para ello, han sido necesarios unos 30 kilómetros de cable y el uso de dos onduladores de 500 kW. Los resultados esperados están a la altura de la construcción, ya que además de la producción anual de electricidad suficiente como para alimentar a más de 600 hogares franceses, esta central fotovoltaica evitará, durante 20 años de explotación, la emisión de 3.000 toneladas de CO2.
GSE se diversifica con la producción de equipamientos
Aunque la plataforma Cilsa ha sido construida por GSE, grupo especializado en el diseño y construcción de edificios industriales llave en mano, ha sido su filial Nazca, fundada en mayo de 2007, quién ha dirigido por primera vez las obras, y logrado concluirlas en un tiempo récord (menos de tres meses). “Es a través de esta diversificación que GSE ha decidió adentrarse en el mundo de los equipamientos, un mercado muy prometedor”, comenta Michel Hugues, director general del grupo GSE.
Las cifras hablan por sí solas. Cada año, el grupo GSE construye más de un millón de metros cuadrados de edificios. A partir de ahí, como explica el director general de Nazca, Julien Puel, “lógicamente la idea ha sido preguntarse: ¿por qué no explotar los tejados de estos edificios?”. Estos equipamientos fotovoltaicos pueden instalarse tanto en edificios nuevos como antiguos que cuenten con una superficie mínima de 10.000 metros cuadrados.
Un servicio llave en mano
En 2011, verán la luz múltiples proyectos, uno en la región de Toulouse, y otros cuatro en la PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul). En total, supone equipar unos 150.000 metros cuadrados de tejados, con una potencia acumulada de 7 MWc. Nazca espera elevar esta cifra hasta 12 MWc a lo largo del año. En cualquiera de los casos, se trata de proyectos llave en mano, porque Nazca, al igual que GSE, se ocupa de todas las fases, desde el diseño (estudios técnicos, trámites administrativos, etc.) hasta la realización y, por supuesto, hasta la conexión a la red eléctrica, así como del mantenimiento de la central.
A partir de enero de 2011, fecha de la puesta en funcionamiento de la central fotovoltaica, la plataforma Cilsa facturará la electricidad que produzca a un precio fijo garantizado, mediante contrato de 20 años de explotación, por la compañía eléctrica francesa EDF. Esto explica el motivo por el cual cuanto mayor sea la superficie de instalación, más interesante resulta la operación desde un punto de vista financiero.
Tecnología de vanguardia
De momento, la plataforma, propiedad del Port de Barcelona, cuenta con 20.000 metros cuadrados, de los que 14.000 están equipados con células fotovoltaicas. Los responsables del grupo han anunciado que, a partir de 2011, tendrá lugar una ampliación de 30.000 metros cuadrados, lo que supondrá que la plataforma disponga de una superficie total de 50.000. Potencialmente, la central fotovoltaica estará en condiciones de alcanzar una producción anual de electricidad superior a 4.000 MWh. Se busca maximizar el espacio y optimizar el rendimiento de estas centrales, incluso si se hayan instaladas en grandes superficies.
No sólo la superficie equipada con células fotovoltaicas es suficiente para obtener una alta producción eléctrica, sino que es necesario emplear una tecnología de excelentes prestaciones. Es por lo que Nazca se ha decantado por los módulos fotovoltaicos, cuya particularidad reside tanto en el material CIGS (cobre, indio, galio y selenio) en el que están realizados, como en su forma cilíndrica. Esta última permite captar la radiación solar directa y la reflejada en el tejado del edificio, además de ofrecer un rendimiento óptimo una vez colocados directamente planos sobre el techo. No tienen nada que ver, por tanto, con los paneles solares tradicionales, que deben ser montados con un determinado ángulo y espaciados para obtener la máxima producción de energía.
“Otra de las ventajas es que la circulación del aire entre los módulos cilíndricos disminuye la temperatura de funcionamiento de forma natural, lo que permite mejorar la producción de energía y ofrece una mayor fiabilidad de los componentes”, precisa Julien Puel. Aunque esta tecnología es bien conocida en el viejo continente, actualmente la plataforma logística Cilsa es la más importante de Europa en utilizarla.
Un mercado con un fuerte potencial para las empresas
En Francia, este ejemplo es toda una excepción, ya que no es un país muy avanzado en materia fotovoltaica. De hecho, todo lo contrario. Ha sido claramente superado por Alemania, Italia y España, y ampliamente sobrepasado por Bélgica. En total, a finales de 2009, según la EPIA —Asociación europea de la industria fotovoltaica—, la potencia eléctrica generada por energía solar sumaba tan solo 430 MWc. En comparación, sus vecinos del otro lado del Rin disponían el mismo año de una capacidad acumulada instalada de más de 7.000 MWc.
“Podemos lamentar que el mercado de la energía solar haya despegado tardíamente en Francia, pero es mejor ser optimistas y pensar en lo mucho que queda por hacer”, analiza Michel Hugues, convencido de que, “un día los avances tecnológicos permitirán a la industria fotovoltaica producir una energía eléctrica competitiva. En estos tres últimos años, el precio de los equipamientos ya ha bajado considerablemente y el rendimiento de las instalaciones ha mejorado de manera notable”, Michel Hugues tiene fe en el potencial del mercado.