Entrevista a Quim Daura, nuevo presidente del Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña (CEEC)
Quim Daura ha sido elegido nuevo presidente del Clúster de la Energía Eficiente de Cataluña (CEEC), uno de los principales clústeres del Estado español, que aglutina buena parte de las empresas, instituciones públicas y grupos de investigación más importantes de Cataluña. Repasamos con él las cuestiones más importantes dentro del sector energético: la crisis climática, la importancia de la eficiencia energética y las nuevas vías de implementar las energías renovables.
“Tenemos que ponernos objetivos asumibles, definir un objetivo final y, sobre todo, ponernos metas más allá de 2030 y 2050 con el fin de alcanzar los objetivos climáticos”.
¿Qué objetivos se ha marcado para su mandato?
¿Qué áreas operativas deben ganar más peso en los próximos años?
Y todo ello con la necesidad de culminar la transición energética.
Sí, el objetivo principal debe ser el de descarbonizar la energía. Tenemos un gran reto como sociedad que es el cambio climático, y el cambio climático es causado por el incremento de CO2. En este sentido, el 80% de estas emisiones tienen un origen energético. Por lo tanto, hace tiempo que sabemos que tenemos que ir hacia aquí y que tenemos que descarbonizar. Eso tanto las empresas como los gobiernos lo tenían muy interiorizado y estaban empezando a hacer los deberes, definiendo sus propias hojas de ruta, pero la crisis energética ha sido un fuerte trasiego.
¿Cómo valora el CEEC el impacto de la guerra en Ucrania a nivel energético?
Antes del estallido de la guerra estábamos empezando a definir visiones estratégicas a largo plazo. En cambio, ahora la prioridad es minimizar el impacto de los desmesurados incrementos de los precios de la energía con acciones de retorno inmediato. Sin embargo, el aumento de los precios, derivados del conflicto, está haciendo que aquellas empresas que aún no habían definido una estrategia a la larga lo paguen con creces, ya que no dispondrán de una hoja de ruta que les haga priorizar las acciones a realizar.
La taxonomía verde de la UE mantiene el gas natural y las nucleares como energías verdes. ¿Este cortoplacismo no nos hace dar pasos hacia atrás?
¿Qué opina de que España sea uno de los países que mejor está aguantando la escalada de precios de la energía?
¿Cómo valora la intervención estatal y el establecimiento de un tope al precio del gas?
El hecho de intervenir y poner un tope el precio del gas ha tenido beneficios en la industria. Sin embargo, este tope ha intervenido sobre el precio eléctrico. Y esto viene de cómo construimos el precio eléctrico: todavía tenemos un mercado marginalista donde hay que hacer una casación diaria y en función de la oferta y la demanda se fija el precio. Si lo miramos desde el punto de vista del usuario final ha sido una mejora, aunque para aquellos que la generan los puede haber penalizado económicamente.
¿Se conseguirá reducir la dependencia energética en los próximos años?
Si analizamos los últimos años, parece bastante improbable. Dependerá de la estrategia de país, de los objetivos y de una hoja de ruta a medio plazo para ir revisando si vamos en el buen camino. Hay que ponernos objetivos asumibles, definir un objetivo final, y sobre todo ponernos metas más allá de 2030 y 2050 con el fin de alcanzar los objetivos climáticos. Esto nos permitirá ver si nos estamos desviando y adaptarnos en caso de que el contexto sea diferente, como ahora mismo con la guerra en Ucrania.
“Para acelerar el proceso de implantación de renovables es clave la agilidad para aprobar proyectos, dimensionar y digitalizar la red, además de concienciar a la sociedad y a la población”.
¿Qué más hay que hacer para acelerar el proceso de implantación de renovables?
Es clave la agilidad para aprobar proyectos, dimensionar y digitalizar la red, además de concienciar a la sociedad y a la población. En comarcas todavía se concibe que se les hace generar la energía que se consumirá en Barcelona. Pero si se realizan instalaciones en comarcas es porque hay zonas donde es viable hacerlo. En ciudad es evidente que se debe seguir impulsando el autoconsumo y el ahorro energético, pero no bastará. Hay que concienciar a todo el país de que la autonomía energética es clave para el futuro de todos y hay que aceptar que tenemos que crecer en infraestructura allí donde está el recurso (sol, viento y agua).
¿Será compatible el despliegue masivo de las renovables y la sostenibilidad?
La eficiencia energética es clave en este punto.
Hay otros vectores energéticos que están en auge como el hidrógeno verde. ¿Cuál cree usted que será su papel en los próximos años?
¿Qué opina de la posible conexión submarina BarMar para transportar hidrógeno verde?
Las comunidades energéticas también están llamadas a ser un motor para hacer posible el cambio de modelo energético.
Aun así, el autoconsumo compartido aún no llega a las zonas más densamente pobladas.
Estamos en un momento de transición. Hace cinco o diez años no hablábamos de todo esto y hemos avanzado mucho. A veces somos más críticos de lo que no hemos hecho, más que de lo que hemos hecho. Hoy por hoy, tenemos un nivel de concienciación que antes no teníamos. En el sector energético venimos de una dependencia que nadie discutía, del petróleo y el gas, y se ha hecho un ejercicio muy importante que ha sido huir del carbón.
¿Incrementar el número de profesionales en el sector es uno de los retos a alcanzar?
“La eficiencia energética debería ser la prioridad número uno de país”