La integración de las energías renovables en las redes y su seguridad
Actualmente, los países emergentes e industrializados están invirtiendo a gran escala en energías renovables. En la mayoría de los casos, se están levantando centrales hidroeléctricas, aerogeneradores y parques solares en regiones remotas. Para llevar la electricidad hasta el consumidor, se deben implantar nuevas líneas de transporte y ampliarse las redes actuales. Esto conlleva un riesgo considerable, ya que el transporte de electricidad es una tarea técnicamente compleja y existen factores externos que ponen en peligro todo el proceso o parte de él, como es el cambio climático.
No es suficiente construir nuevas centrales hidroeléctricas, aerogeneradores y parques solares. También hay que transportar la electricidad allí donde se necesita, ya que en el caso de las energías renovables el punto donde se genera la electricidad y el lugar donde se consume suelen estar muy alejados entre sí. Los parques eólicos se levantan en zonas donde el viento sopla con fuerza, mientras que las centrales hidroeléctricas se instalan en canales fluviales profundos o en regiones montañosas y las grandes plantas fotovoltaicas se construyen, por su parte, en zonas poco pobladas y con muchas horas de sol. Sin embargo, los centros de consumo, núcleos urbanos y zonas industriales, suelen estar situados a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. Esto plantea enormes desafíos
a los operadores de redes eléctricas.
¿Cómo se supone que va a llegar la electricidad de las nuevas centrales hidroeléctricas de China, la India, Brasil y otros lugares hasta los consumidores si las redes actuales no podrían soportar los miles de GWh adicionales? ¿Cómo se llevará a tierra la electricidad generada por los parques eólicos marinos?
Artículo publicado en: FuturENERGY Julio-Agosto 2014