La flota corporativa española es responsable de más de dos tercios de las emisiones de los nuevos vehículos
Un nuevo informe de T&E con el apoyo de ECODES demuestra, además, que el uso de flotas eléctricas es económicamente beneficioso
En 2021 en España, el 57% de las nuevas matriculaciones de turismos se realizaron a través del canal empresa. Sin embargo, únicamente el 2,9% de esos vehículos fueron coches eléctricos de batería, lo que sitúa al país a la cola de los mayores mercados europeos que incluyen Reino Unido, Alemania, Francia o Italia, y superando en este apartado únicamente a Polonia.
Dado que cada uno de ellos recorre de media anualmente el doble de kilómetros que un coche privado, los vehículos de empresa son responsables de más de dos tercios (72%) de las emisiones de CO2 de los vehículos de nueva matriculación, es decir, el 2% del total del país. Así lo concluye un nuevo análisis realizado por T&E y que cuenta con el apoyo de ECODES.
Las entidades corporativas se benefician de ventajas fiscales a la hora de comprar activos, lo cual les otorga una posición privilegiada a la hora de adquirir nuevos coches. Además, las compañías utilizan los automóviles durante menos tiempo que una persona física (de media unos 4 años), al cabo de lo cual son transferidos al mercado de segunda mano. La electrificación de las flotas es así clave y necesaria para la transición del parque automovilístico nacional hacia el vehículo eléctrico, explica T&E.
El análisis de T&E muestra que el coste total de la propiedad (TCO) – en el que se incluye, entre otros, el precio del combustible y mantenimiento – para los vehículos eléctricos de batería salen mejor parados que sus homólogos con motor de combustión interna. Dado que, a su vez, un coche de empresa hace de media anualmente el doble de kilómetros que uno privado, el uso de flotas eléctricas es económicamente beneficioso.
Para acelerar la transición a las flotas eléctricas, T&E y ECODES proponen las siguientes medidas:
- Una eliminación progresiva de la amortización de los vehículos de combustión (ICE y PHEV) entre 2024 y 2028.
- Una eliminación progresiva de las deducciones del IVA para los vehículos de combustión entre 2024 y 2028.
- Un aumento del impuesto de matriculación (IEDMT) para los vehículos de combustión y del número de tramos.
- Una reducción de la fiscalidad en especie para los empleados que opten por un vehículo eléctrico de batería (BEV) como coche de empresa.
Según los cálculos realizados, en el caso de implementar todos los puntos, se matricularían 1,1 millones de nuevos coches eléctricos de batería entre los años 2024 y 2030, de los cuales el 38% se podría atribuir como resultado directo de dichas medidas. Este resultado mejoraría la balanza fiscal en 3.700 millones de euros y reduciría significativamente el consumo de petróleo y las emisiones, según T&E. La reducción del consumo de petróleo de 1,35 Mtep a lo largo del periodo, de los cuales 0,3 Mtep se producen en 2030, supone aproximadamente un tercio de las importaciones anuales españolas de crudo procedentes de Rusia.