FIE propone una política exterior energética común en Europa
El Foro Industria y Energía (FIE) ha emitido un comunicado en el que propone la puesta en marcha de una política exterior energética común por parte de la Unión Europea, para, en un momento de crisis como el actual, garantizar unos costes energéticos asumibles para la industria y los hogares.
El ataque de las fuerzas rusas a Ucrania el pasado 24 de febrero y las sanciones internacionales derivadas de esta agresión están teniendo múltiples consecuencias para la industria en nuestro país. Por ello, la Comisión Europea (CE) ha propuesto un plan para acelerar la transición energética y tratar de garantizar que Europa sea independiente de los combustibles rusos antes de 2030. En esta situación, desde FIE instan a dar un paso más a delante y poner en marcha una política exterior energética común.
Nuria G. Rabanal, directora de la cátedra de Seguridad y Defensa de la Universidad de León y miembro del FIE, ha explicado que, “aunque en la Unión Europea se habla desde hace tiempo de la aplicación del ‘principio de solidaridad’ a los mercados energéticos, la realidad es que se está muy lejos en la práctica de ese anhelo teórico”.
Las medidas propuestas desde la Unión Europea (UE) tratan de dar respuesta al aumento de los precios energéticos en el continente y reconstruir las reservas de gas antes de el próximo invierno. Cabe destacar que las autoridades europeas han abierto la puerta a la regulación de los precios y a consultar a los estados miembros sobre un nuevo marco temporal relativo a las ayudas en caso de crisis.
Desde FIE han señalado que deberían introducirse políticas nacionales y supranacionales para ayudar a mejorar la competitividad industrial en esta etapa de transición, algo que puede resultar clave ante la subida de la inflación. Además, el Foro ha destacado la importancia de las medidas que tengan en cuenta las peculiaridades de cada sector, en especial, en materia tecnológica, para afrontar la descarbonización de una manera más flexible.
Como ha explicado Javier Santacruz, economista y miembro del FIE, “el conflicto ucraniano confirma que el proceso de transición ecológica será largo, no exento de inconvenientes, lo que reafirma la necesidad de coordinar política industrial y energética a través de una estrategia de aprovisionamiento de energía suficiente a costes razonables, para lo cual es necesario potenciar la generación con energías limpias y tecnológicamente avanzadas”. En este mismo sentido, Rabanal ha destacado la importancia de que la UE trabaje en áreas como “la desregulación, la formación de precios, la suficiencia de autoabastecimiento, la conectividad de redes de transporte, la innovación y el desarrollo sostenible”.
Repercusiones del conflicto
El conflicto esta teniendo serias consecuencias para la industria europea. Entre otras, empresas del área de automoción como Valeo, de alimentación como General Mills, del sector cerámico como Roca o siderúrgicas como Reinosa Forgings & Castings han anunciado ERTEs por este motivo.
Rabanal ha asegurado que las consecuencias sobre la industria “van más allá de lo estimado, ya que la industria es el engranaje del aparato económico entre el sector primario y terciario y el segmento que más empleo estable genera dentro de la economía. De este modo, un shock tendrá consecuencias graves sobre el abastecimiento, la competitividad, la inflación, el empleo y el consumo, incluso sobre la evolución de los mercados de divisas y financieros”.
Un escenario inasumible
El alto grado de dependencia energética de Rusia sitúa a Europa en una posición vulnerable. Según FIE, en 2020 el 60% del consumo eléctrico provenía de importaciones extranjeras. En este caso el papel de Rusia es clave la UE recibe de este país cerca del 45% del gas ,46% de carbón y 27% de petróleo.
Esta situación ha propiciado una escalada sin precedentes de los costes energéticos, lo cual está repercutiendo fuertemente en la industria española. Para hacer frente a este contexto geopolítico y sus derivadas, la CE ha incluido entre sus medidas las ayudas impositivas a consumidores vulnerables o pequeñas empresas. Sobre esto, Javier Santacruz ha dicho “no es suficiente si no se desarrolla una capacidad de almacenamiento amplia, autónoma y con capacidad de acudir a los mercados internacionales ante eventos de crisis energética”.
Sin embargo, las medidas anunciadas por la UE suponen una oportunidad para la industria española. Rabanal ha apuntado que “cualquier medida temporal que reduzca los costes de producción será bienvenida, especialmente en la industria, pero el trabajo de fondo que hay que acometer por parte de la UE y España es inmenso”. Además, ha indicado que “la adopción de medidas coyunturales, sean del tipo que sean, no resuelve el problema de fondo dentro del territorio comunitario: hay que tratar que estas medidas no cierren en falso el grave problema energético en Europa y España.