La oportunidad de las energías renovables

En el debate energético que durante los últimos meses se ha llevado a cabo, y que se recrudecerá en lo que queda de año, son muchos los datos que se ofrecen a los ciudadanos y que, en ocasiones, pueden hacerles perder la perspectiva del verdadero problema. Los ataques que ha sufrido el sector de las energías renovables, nunca vistos salvo en actividades que rozan claramente la ilegalidad, dan una idea de los poderosos intereses existentes y de la importancia de las decisiones que hoy tomemos. La Asociación de Productores de Energías Renovables —APPA— ha visto, desde su creación en 1987, como las energías limpias han pasado de un carácter casi testimonial a la importancia que actualmente poseen. Precisamente esta importancia que van ganando las energías renovables en nuestro mix de generación las hacen ahora objetivo de los ataques de las tecnologías tradicionales al reducirse la demanda energética y, por tanto, la cuota de mercado de los combustibles fósiles.

España no posee recursos energéticos propios más allá de los renovables. El petróleo, el gas natural, e incluso el carbón o el uranio, deben comprarse en el extranjero. La dependencia energética de las importaciones ronda el 90%. Esto hace a nuestra economía especialmente vulnerable. Los vaivenes del petróleo se traducen instantáneamente a todas nuestras actividades económicas debido a nuestra alta dependencia.

Cuando voces interesadas, cuyo negocio son los combustibles fósiles ya sea en forma de petróleo, gas o carbón, dan unas cifras abrumadoras a la opinión pública de cuánto nos costarán las energías renovables en las próximas décadas se olvidan de dos cosas.

El primer olvido es decir cuánto costará la alternativa. Si decidimos incumplir los objetivos acordados con Bruselas para 2020 de un 22,7% de energías renovables en el consumo final bruto de energía —lo que será más de un 40% de la electricidad— debemos saber también los costes de la energía fósil. Ninguna de las grandes empresas interesadas en parar las renovables y perpetuar una dependencia energética nefasta para nuestra economía está dispuesta a asegurar el precio del gas o del petróleo a veinticinco años vista. Que hagan los números, que evalúen sus costes (todos), y luego que comparen.

El segundo olvido, y no es menos importante que el primero, es comparar los costes de las renovables con sus beneficios. El análisis interno del sector, no solo comparándolo con las energías fósiles, también hay que llevarlo a cabo. Las energías renovables cuestan tantos millones al año, pero… ¿qué aportan? Con los datos de 2008, últimos oficiales de los cierres de las empresas, la consultora Deloitte llevó a cabo para APPA este estudio y los datos son abrumadores. Frente a los 2.605 millones de euros de primas recibidas por el sector en 2008, se evitaron importaciones de combustibles fósiles por valor de 2.725 millones y emisiones de GEI por valor de 499 millones. Solo ese año las energías renovables redujeron el precio en el mercado mayorista en 4.919 millones de euros. Las energías renovables, pese a lo que pretenden hacernos creer, no son caras para España.

El Plan de Acción Nacional de Energías Renovables, documento que marcará la evolución de las energías limpias en España hasta el año 2020, ha ‘olvidado’ en su versión definitiva muchos epígrafes que recogía el borrador, previamente publicado por el Ministerio de Industria. Se ha ‘olvidado’ señalar cómo las energías renovables contribuyen a disminuir la dependencia energética, a desarrollar una tecnología propia competitiva internacionalmente, a disminuir las emisiones de GEI, a moderar el precio de la electricidad, a reducir el déficit comercial español, a reducir el desempleo… argumentos todos ellos presentes en el borrador, donde también se plantea el problema del agotamiento y encarecimiento de los combustibles fósiles. Todos esos argumentos han desaparecido en la versión definitiva del documento, dado una clara señal de hacia dónde se dirige el Ministerio de Industria en materia energética.

A nivel internacional, la Unión Europea no está sola en su apuesta por las energías limpias. Estados Unidos, China, India, … todas las grandes economías del planeta son conscientes de cuál será la situación energética global en las próximas décadas y deciden tomas posiciones. En España, por desgracia, la posición de privilegio que teníamos la estamos perdiendo rápidamente. Si nuestro país pierde ahora el tren de las renovables no podrá volver a cogerlo y será algo que deberemos lamentar durante muchos años.