El autoconsumo irrumpe en la edificación y el transporte
Por Javier García Breva, presidente de N2E y experto en políticas energéticas de La Oficina de JGB.
Hace dos años La Oficina de JGB publicó su Cuaderno IPM ‘El Autoconsumo es el hilo conductor de las directivas europeas‘. Analizaba cómo el contenido de las directivas europeas de renovables y eficiencia energética tienen en común el principio de la generación distribuida para convertir cada centro de consumo en un centro de generación.
Próximamente publicaremos el Informe IPM ‘El Autoconsumo es el paradigma de las Ciudades Sostenibles’ (ya disponible para nuestros suscriptores), donde se constata cómo ha crecido la distancia entre la estrategia de la Unión de la Energía, aprobada en 2015, y la regulación energética de nuestro país. Distancia que también ha crecido con respecto a la regulación de los países más desarrollados.
El autoconsumo compartido con energías renovables, el almacenamiento local y el vehículo eléctrico forman parte de la gestión energética de los edificios y de la movilidad eléctrica. Son los últimos avances de la revisión de las directivas europeas que desarrollan el concepto de edificio de consumo de energía casi nulo (EECN), vinculado a la mayor utilización de fuentes renovables y a las infraestructuras de recarga para el vehículo eléctrico (VE).
La Oficina de JGB ha desarrollado una metodología para aplicar desde los Ayuntamientos los conceptos que establecen las directivas europeas. La propia Comisión Europea ha determinado que son los Ayuntamientos y el Pacto de Alcaldes el mejor instrumento para el progreso de la eficiencia energética.
Si nos atenemos al articulado de las directivas, se puede comprobar su coincidencia con el ámbito competencial de la administración local. La edificación y el transporte son los sectores clave porque concentran el 65% del consumo de energía y el 70% de las emisiones contaminantes. La ciudad sostenible se puede construir de abajo arriba, facilitando que los ciudadanos puedan generar, consumir, almacenar y vender su propia energía.
La gestión de la demanda es la llave del nuevo modelo energético que se está implantado en todo el mundo. Mientras las tasas de utilización de los combustibles fósiles descienden y aumentan sus costes, la utilización de la energía eólica y solar se dispara a la vez que sus costes no dejan de bajar. La mayor inversión en eficiencia energética ha ahorrado un 13% de energía desde 2000 en todo el mundo. La próxima revolución será el almacenamiento local. Es el modelo de ahorro de energía que proponen las directivas.
El edificio de consumo de energía casi nulo y el vehículo eléctrico van a cambiar tanto la forma de generar y consumir la energía como la forma de edificar y urbanizar. El uso de la energía determina la ordenación del territorio y la cohesión social. Ambas son competencias que tienen encomendadas los Ayuntamientos.