Entrevista a Domingo Cascón Mir, director de Biomaspallars
2 de mayo de 2010
A grandes rasgos, ¿a qué se dedica Biomaspallars y cuál es la infraestructura de que disponen en la actualidad?
En Biomaspallars trituramos los restos de poda de nuestra explotación y también de algunas vecinas. Este triturado es un combustible ideal para calderas policombustibles de biomasa. Asimismo, este compuesto lo comercializamos como mulch para jardinería. Para aquellos que no lo conozcan, el mulch es una cubierta vegetal con efecto herbicida que además evita la erosión, la evaporación del agua del suelo y actúa como abono natural a medida que se descompone. A la vez, asesoramos sobre instalaciones de biomasa donde se usa el material obtenido. Desde Biomaspallars colaboramos con tres marcas de calderas policombustibles de biomasa que varían de equipos de gama baja a alta. De esta manera, promocionamos el uso de esta energía, más limpia y barata que otras.
En cuanto a infraestructura, contamos con una máquina trituradora provista de grúa acoplada a un tractor de 160 CV. También utilizamos una máquina trituradora con tolva que recoge los restos de poda directamente del suelo. Esta trituradora funciona acoplada a tractor de 90 CV, de poco uso, y dos remolques.
En general, ¿de qué manera surgió la idea de producir biomasa a partir de astillas procedentes de ramas de poda?
Años atrás, nuestros bisabuelos aprovechaban este material para entrar en calor y cocinar cuando hacía frío. Yo me pregunto, ¿por qué hoy en día no le podemos dar el mismo uso y transformarlo en combustible? Es una lástima las toneladas de material que se desaprovechan y serían susceptibles de uso como combustible alternativo, mucho más económico. A la vez, generaríamos puestos de trabajo entre la población rural. Sin embargo, preferimos usar energías no renovables, a base de combustibles fósiles más caros, que crean dependencia respecto de otros países y contaminan más.
Básicamente, se sirven de ramas de poda de olivos y almendros, aunque siembran cereales y poseen algunos viñedos. En este último caso, ¿también generan biomasa a partir de ramas de poda de la vid?
Sí, también trituramos los sarmientos procedentes de las viñas, aunque básicamente utilizamos restos de poda de almendros. Ahora, trabajo en un tema que supone para mí una asignatura pendiente: cómo aprovechar la paja de cereal.
¿Cómo encaja en la vida de un agricultor que cultiva sus propias tierras, un nuevo negocio de fabricación de biomasa? ¿Resulta difícil compaginar ambas actividades?
No es difícil. En realidad, se puede combinar con el resto de tareas de la explotación. Esto es así porque no se trata de una tarea urgente ya que se deja secar el material antes de triturarlo. De esta manera se conserva y almacena mejor. Asimismo, se mejora también el proceso de combustión.
En una entrevista reciente, usted aseguraba que la fabricación de biomasa le permite no abandonar el campo, a pesar de la crisis que atraviesa el sector. En su opinión, ¿la producción de biomasa se vislumbra como algo rentable y con futuro? En general, ¿de dónde obtiene un mayor rendimiento económico, del cultivo de productos agrícolas o de la fabricación de biomasa?
Desde el principio, siempre he contemplado esta actividad como un complemento al resto de tareas que llevo a cabo en la explotación. Lo lógico, sería obtener un mayor beneficio económico de los productos agrícolas. Sin embargo, los precios de estos alimentos no se ajustan a los costes de producción del momento. En consecuencia, y a medida que pasa el tiempo, los agricultores estamos más descapitalizados, con más créditos pendientes de pago. En toneladas, la producción de biomasa es poca, comparada con la de productos agrícolas cultivados por plantación. Para obtener un cierto volumen, se debe trabajar en varias explotaciones o en régimen de cooperativa, o combinarlo también con otras actividades forestales. Aun así, se está lanzando maquinaria nueva que todavía no he probado específica para una sola plantación, si el triturado conseguido es homogéneo.
En mi opinión, la fabricación de biomasa tiene futuro. Así es como yo lo veo: los combustibles fósiles y otras fuentes de energía, por ejemplo la electricidad, se están poniendo por las nubes, en cuanto a costes. En materia de calefacción, la quema de biomasa genera ahorro económico. Esto es muy importante para todos aquellos ‘grandes’ consumidores de energías caloríficas.
“Los combustibles fósiles y otras fuentes de energía se están poniendo por las nubes, en cuanto a costes. La quema de biomasa genera ahorro económico”
A través de la empresa Biomaspallars convierte en materia prima estos subproductos del campo. Hasta la fecha, ¿cómo valoraría esta andadura empresarial?
La calificaría de muy difícil, al coincidir el inicio de la actividad con la crisis económica. Al principio parecía que la administración se ‘mojaría’ en este tema y promocionaría instalaciones, etcétera. En estos momentos, ya vemos como está la administración. Los únicos que se ‘mojan’ y apuestan por este proyecto son los granjeros que ven reducir sus costes de producción, disminuyendo su inversión en calefacción.
Con la creación de Biomaspallars, se ha adentrado en otros sectores que le han permitido seguir viviendo del campo. ¿Cree que otros productores podrían seguir su ejemplo y así se evitaría el abandono de las explotaciones agrícolas?
La idea principal se puede trasladar a cualquier parte del país. No se trataría de solucionar la crisis del campo, pero sí para contar con un recurso más. Desde la perspectiva de una cooperativa o una plantación grande, la fabricación de biomasa puede ser interesante. Igualmente, con la promoción de las instalaciones, se genera empleo local. Por añadidura, esta actividad se puede combinar muy bien con un mayor aprovechamiento forestal. Algo que nosotros pondremos en marcha una vez crezca la demanda. En síntesis, esperamos que a través de nuestra pequeña labor, se contribuya al mantenimiento de un planeta más limpio de CO2, a base de fuentes de energía más limpias.