Los cambios legislativos que afectan al sector de la climatización
La Comisión Europea y los sectores involucrados han trabajado durante el pasado año, en la revisión de los diferentes textos legislativos que componen el ‘Paquete de Medidas sobre Seguridad Energética Sostenible’, así como en su seguimiento, incluso alguno de ellos ya ha sido modificado, como es el caso de la Directiva de Etiquetado Energético, que ya cuenta con un nuevo texto, en forma de Reglamento en vez de Directiva, lo que permite su incorporación directamente a la legislación nacional de todos los países miembros sin necesitar ningún tipo de transposición.
A nivel nacional, también estamos inmersos en modificaciones legislativas CTE, RITE, Reglamento de Seguridad de Instalaciones Frigoríficas (RSIF), etc.
Este último texto es de vital importancia para posibilitar el uso de refrigerantes de bajo PCA (Potencial de Calentamiento Atmosférico), como es el caso del R32 y las Hidrofluorolefinas (HFO), refrigerantes de tipo A2L (ligeramente inflamables) y con un PCA muy inferior a los que se están utilizando en la actualidad, y es aquí donde nos encontramos con el dilema, ya que por un lado hay que cumplir con lo establecido en el Reglamento Europeo 517/2014, en lo que se refiere al Phase Down, pero por otro tenemos un vigente RSIF que dificulta el uso en España de ciertos refrigerantes con bajo PCA.
La Administración española es consciente de la problemática, ya que desde Afec, así como desde otras entidades se les ha transmitido la necesidad de modificar, lo más rápidamente posible, el Reglamento para permitir el uso de los refrigerantes de tipo A2L, en un rango más amplio de situaciones, así como con una carga superior; pero nos encontramos con que el mecanismo administrativo para su modificación requiere unos pasos y unos plazos mucho más largos de los que todos desearíamos.
A esta problemática hay que añadir, otros aspectos importantes que avalan la necesidad de publicar cuanto antes el nuevo Reglamento de Seguridad de Instalaciones Frigoríficas:
- La subida de precios de los HFCs.
- La dificultad, derivada del Phase Down establecido en el Reglamento 517/2014, para conseguir las autorizaciones de cuota necesarias para los importadores de equipos pre-cargados.
- Mayor afección al medio ambiente, al no poder usar HFCs con un PCA más bajo.
- Etc.
El efecto derivado de la problemática expuesta anteriormente, puede traer importantes consecuencias negativas para un sector que, una vez más, ha sido capaz de adaptar sus equipos a los nuevos requisitos legislativos exigidos por la legislación europea y al uso de tecnologías limpias, y además puede perjudicar al desarrollo de las políticas de descarbonización de la Unión Europea.