Papel, la emoción natural de la vida
Cuando utilizamos el papel para comunicarnos e informarnos; en el trabajo, el aprendizaje, el ocio y la higiene personal; para transportar y proteger nuestras compras… lo hacemos con la confianza de que se trata de un producto eco-eficiente y de que detrás del papel hay una industria comprometida con la bioeconomía.
Todo empieza en el árbol
El papel crece en los árboles y hace crecer los árboles. Porque la madera para papel en España se cultiva en 450.000 hectáreas de plantaciones, que se regeneran y se replantan continuamente. Estas plantaciones se hacen en antiguos terrenos agrícolas y ganaderos ahora abandonados, de modo que más papel significa más árboles.
España es uno de los países del mundo donde más crece la superficie forestal, según las estadísticas forestales oficiales. Y somos además el cuarto país europeo con mayores áreas forestales después de Rusia, Suecia y Finlandia.
Más papel significa también menos CO2 en la atmósfera, porque las plantaciones para papel son grandes sumideros de carbono.
La papelera: la fábrica eco-eficiente
La revolución medioambiental protagonizada por la industria de la celulosa y el papel en los últimos años, ha hecho realidad en el sector el concepto de fábrica eficiente, tanto en términos medioambientales como económicos. Eficiencia energética, eficiencia en el uso de agua y eficiencia en la gestión de los residuos del proceso son los tres principales pilares de esta revolución verde.
La industria papelera apuesta por la energía renovable y es el sector líder en producción y consumo de biomasa (supone el 35% del total de combustible empleado).
La cogeneración, la energía eficiente, reconocida como MTD (Mejor Tecnología Disponible), es clave en la eficiente energética del sector. Con una potencia instalada en cogeneración de 1.100 MWe, la industria papelera produce mayoritariamente la energía que consume en plantas de cogeneración dentro de sus propias fábricas, lo que supone ahorro de energía primaria y menos emisiones y evita las perdidas por las redes de transporte.
Actualmente el sector papelero español utiliza en sus procesos de fabricación la mitad de agua que hace solo veinte años. Solo una pequeña parte del agua que se usa en el proceso, entre un 5% y un 10%, se evapora o se incorpora al papel. El resto se devuelve depurada. Actualmente toda la celulosa blanqueada fabricada en España es libre de cloro.
Finalmente, la mayor parte (el 71%) de los residuos del proceso se valorizan por distintas vías: uso directo agrícola, en la industria cerámica, compostaje, industria cementera…
El sector ha realizado un enorme esfuerzo inversor y de I+D+i para disminuir el impacto ambiental: depuradoras, abandono de los procesos que más emiten… Hoy el 93% de la producción papelera en España se realiza bajo Sistemas de Gestión Medioambiental certificados.
En la élite mundial de la recuperación y el reciclaje
El reciclaje de papel y cartón en España es la historia de un éxito conseguido con el esfuerzo y el compromiso colectivo de ciudadanos, administraciones públicas e industria papelera.
Actualmente recogemos para reciclar el 74% del papel que consumimos, lo que nos coloca en la élite mundial de la recogida con 4,7 millones de toneladas anuales.
Y la gran capacidad recicladora de la industria papelera española garantiza el reciclaje en España de todo ese papel y cartón recuperado en nuestro país. Con 5,1 millones de toneladas de papel y cartón recicladas al año en nuestras fábricas papeleras, somos la segunda industria papelera más recicladora de Europa, solo por detrás de Alemania.
Con el reciclaje del papel y el cartón se optimiza el uso de un recurso natural y renovable como la fibra de celulosa. La madera para papel se planta y se cultiva con ese fin en plantaciones que se replantan continuamente y, si no se fabricase papel, esos árboles simplemente no se plantarían, de manera que más papel, como ya hemos dicho, significa más árboles.
La fibra de celulosa procedente de madera con que se fabrica el papel es natural, renovable y reciclable. Al utilizarla por primera vez se llama fibra virgen y cuando reciclamos esa misma fibra la llamamos fibra reciclada o recuperada
La fibra virgen se usa para fabricar papeles con ciertas características que aporta este tipo de fibra y al reciclar esos papeles inyectamos en el ciclo fibra nueva que lo mantiene en marcha, sustituyendo las fibras que se deterioran con los sucesivos reciclajes. La fibra virgen y la fibra reciclada, son en realidad la misma fibra en dos momentos de su vida.
Todos aquellos interesados en el mundo del papel como profesionales o usuarios, que creen que el futuro es de los productos renovables y reciclables, integrados en el ciclo natural, tienen su sitio en www.graciaspapel.es, la web española del medio ambiente impulsada por toda la cadena del papel, donde se puede consultar tanto el último dato o la información básica sobre un tema concreto como información en profundidad con posibilidad de descargar las publicaciones más recientes.