Los beneficios económicos de las energías renovables son muy superiores a sus costes

El Estudio recoge, por cuarto año consecutivo, la influencia de las energías renovables de régimen especial en términos económicos y sociales. Realizando una compilación de los principales datos macroeconómicos de estas tecnologías como la generación de empleo, el impacto en el PIB, la balanza comercial, las primas recibidas o los ahorros generados.

Durante el año 2011, el sector de las energías renovables ha experimentado un estancamiento en su contribución al PIB. La aportación total se situó en los 10.244 millones de euros, un aumento del 0,6% respecto a 2010. La contribución directa ha experimentado un leve descenso (-2%) hasta situarse en 6.760 millones de euros. Esta reducción ha sido compensada por la contribución inducida en otros sectores que ha aumentado (+6%) hasta los 3.484 millones.

Las energías renovables representaron en 2011 el 0,95% del Producto Interior Bruto nacional. Si bien continúa el crecimiento del sector, se trata del menor aumento experimentado desde 2007.

Por primera vez desde el año 2008, el sector de las energías renovables ha creado empleos en nuestro país. En 2011 se crearon 5.983 nuevos puestos de trabajo. Este repunte se produjo, principalmente, por los empleos inducidos debidos a la construcción de nuevas centrales. Los empleos del sector se dividieron en 54.193 empleos generados de forma directa y 64.464 empleos inducidos en otros sectores de actividad.

Por tecnologías, la solar termoeléctrica, con 9.711 nuevos empleos, y la biomasa, con 1.360, son las que más empleos han creado. En el lado contrario, la energía eólica y los biocarburantes destruyeron empleo en 2011 (3.638 y 1.375, respectivamente). En el caso de los biocarburantes este dato es aún más preocupante si cabe al representar un porcentaje mayor respecto a los empleos totales de esta tecnología. El mayor consumo de biocarburantes en el transporte no se ha traducido en mayor actividad de las plantas de producción españolas, por la importación masiva.

El sector de las energías renovables no solo contribuye a reducir la dependencia energética; al ser un sector netamente exportador ayuda a equilibrar nuestra balanza comercial. Desde que se recogen datos para el Estudio, todos los años han superado las exportaciones de bienes y servicios a las importaciones. En el año 2008, cuando se produjo una gran incorporación de potencia fotovoltaica al sistema, se experimentó el mayor saldo exportador registrado.

En 2011, el sector produjo exportaciones de bienes y servicios por valor de 3.362 millones de euros y las importaciones alcanzaron los 2.632 millones. El saldo neto exportador fue de 730 millones. Este dato es más importante si cabe cuando tenemos en cuenta lo que suponen las importaciones energéticas para nuestra economía. En el año contemplado, la balanza comercial total arrojó un saldo importador de 46.338 millones de euros. Las importaciones de hidrocarburos supusieron 39.933 millones, el 86% del total.

En lo referente a la balanza fiscal, el sector ha sido contribuidor fiscal neto en todos los ejercicios contemplados. Durante 2011, se pagaron cerca de 675 millones de euros en impuestos y se percibieron alrededor de 12 millones de euros en subvenciones. El saldo, positivo para el Estado, fue de 663 millones recaudados.

Durante 2011 se instalaron 2.286 megavatios de energías renovables de régimen especial hasta situarse en 29.097 MW. La eólica (1.349 nuevos megavatios), solar termoeléctrica (467 MW), solar fotovoltaica (409 MW) y la biomasa (61 MW) fueron las tecnologías que más potencia instalaron en 2011.

El aumento de potencia experimentada no se tradujo en mayor generación. Por el contrario, se redujo levemente la generación eléctrica renovable hasta los 59.990 GWh generados. Esta reducción se debió a la diferencia frente al año 2010, excepcionalmente bueno para la energía eólica e hidráulica. Las energías renovables de régimen especial cubrieron el 22,2% de la demanda eléctrica en 2011. Si se contabilizan también las renovables del régimen ordinario el porcentaje aumenta hasta el 29,7%.

El Estudio desmonta algunas de las acusaciones que se realizan sobre las energías renovables. La comparación interesada entre primas y déficit tarifario olvida los múltiples beneficios que tienen las energías renovables en nuestra economía y que deben tenerse en cuenta en un análisis económico de sus impactos.

Durante 2011, las energías renovables ahorraron 3.352 millones de euros debido a que estas tecnologías entran a precio cero en el mercado diario de OMEL, desplazando a unidades de generación que habrían marcado precios más altos en nuestro mercado marginalista. Por cada MWh adquirido en el mercado, las energías renovables del régimen especial redujeron su precio en 15,67 euros.

Por primera vez desde que se realiza el Estudio, las primas a las energías renovables se redujeron en 2011 hasta los 5.023 millones de euros. Esta reducción se debió a una menor producción eólica y minihidráulica y a los recortes retroactivos de 2010 a la energía fotovoltaica que limitaron el número de horas con derecho a prima de esta tecnología.

En el período 2005-2011, los ahorros que las energías renovables han supuesto en el mercado diario, 28.482 millones de euros, han sido superiores a las primas recibidas, 20.875 millones de euros. La diferencia acumulada entre los ahorros al mercado y las primas recibidas fue de 7.606 millones de euros. Si las renovables de régimen especial no hubieran existido, ni las primas ni los ahorros, la electricidad se habría generado a un precio mayor. Las renovables no solo no han sido las causantes del déficit tarifario sino que lo han reducido.

Durante el año 2011, las energías renovables evitaron más emisiones de CO₂ que en 2010. Sin embargo, debido a la reducción del precio de la tonelada de CO₂, los ahorros por este concepto fueron menores. En el año contemplado se evitó la emisión de 33,4 millones de toneladas de CO₂ que supusieron un ahorro total de 429 millones de euros. La utilización de biocarburantes en el transporte evitó la emisión de 4,5 millones de toneladas de CO₂ a la atmósfera.

Las energías limpias también evitaron la emisión de otros gases, quizá menos conocidos pero más nocivos para la salud. En 2011, se evitó la emisión de 27,6 millones de toneladas de NO_x y 45,3 millones de toneladas de SO₂.

La menor generación renovable y la obligatoriedad de utilizar carbón nacional hicieron que, durante 2011, se redujeran un 6,8% las importaciones de hidrocarburos fósiles evitadas. En el ejercicio, las energías renovables evitaron la importación de 11,7 millones de toneladas equivalentes de petróleo, valoradas en 2.101 millones de euros.

En lo referente a los objetivos marcados por tecnologías en el Plan de Energías Renovables (PER) 2005-2010, la eólica superó en 2011 los objetivos que tenía marcados para 2010, las tecnologías solares los excedieron ampliamente y tecnologías como minihidráulica y biomasa no los alcanzaron. En lo referente a los objetivos globales, los únicos objetivos que se alcanzaron fueron las emisiones de CO₂ evitadas y el consumo de biocarburantes en términos energéticos. En 2011 no se cumplieron los objetivos que marcaba la Ley para 2010, ni en porcentaje de energía primaria ni en producción eléctrica.

A la vista de que los objetivos marcados para 2010 no se han cumplido aún, es necesario contemplar en qué medida se está cumpliendo la senda para alcanzar los objetivos comprometidos con Bruselas y recogidos en la Directiva europea 2009/28/CE.

Según la senda de implantación de renovables del PER 2011-2020, ninguna tecnología ha alcanzado la potencia instalada prevista para 2011. Hay un retraso generalizado en todas las tecnologías térmicas, eléctricas o de transporte. El único objetivo que se está cumpliendo es el porcentaje de consumo de energía final bruto, 15,9% sobre un 14,7% para 2011. Este porcentaje se ha alcanzado por la caída de la demanda y no porque la producción renovable haya sido superior a la prevista: 54.715 GWh de electricidad renovable frente a 58.642 GWh previstos para 2011 y 1.670 ktep de biocarburantes frente a 2.048 previstos.

El sector de las energías renovables ha crecido levemente durante 2011 a pesar de la crisis. Su peso dentro del PIB nacional, cercano al 1% le consolida como uno de los pilares sobre los que sustentar la recuperación económica. Sin embargo, las decisiones de los dos últimos gobiernos se han mostrado contrarias al desarrollo de las energías renovables.

España está obligada a cumplir los objetivos recogidos en la Directiva 2009/28/CE. Tal y como reconoce el propio PER 2011-2020 y como se vislumbra en el análisis económico de la aportación actual de estas energías, el cumplimiento de los objetivos será positivo para nuestra economía, dado que los beneficios son ampliamente superiores a los costes.

La capacidad de generación de empleo, su carácter autóctono y su curva de precios, especialmente cuando la comparamos con las alternativas fósiles, hacen de las energías renovables una gran inversión para nuestro país. Para aprovechar todo su potencial será necesaria una regulación estable y a largo plazo.

José Miguel Villarig, presidente de APPA, aprovechó la presentación del ‘Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España en 2011’ para hacer balance de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno en materia energética. Para el presidente de APPA, reconociendo que el nuevo Ejecutivo se encontró con una situación complicada por el déficit de tarifa acumulado y por el exceso de potencia existente, los pasos que ha venido dando no han sido los adecuados para corregir la situación. Tras una primera moratoria a las renovables, que desde APPA se acogió con “escepticismo”, la redacción del borrador sobre la Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética cortó de raíz todo atisbo de esperanza. “Se trata de una ley impregnada de improvisación, como viene siendo habitual durante los últimos años, sin una estrategia a largo plazo que dote al sector energético de la seguridad jurídica que requiere para atraer inversiones”, señalaba José Miguel Villarig.

El presidente de APPA indicaba además que el déficit de tarifa que se pretende eliminar con esta nueva normativa puede ser el problema más urgente de solucionar, pero no el más grave para el sistema energético español, que tiene su origen en una alta dependencia de las importaciones de hidrocarburos.

Desde APPA se acusa además al Gobierno de “falta de rigor” a la hora de responsabilizar a las energías renovables del déficit de tarifa, achacándole costes que no son reales mientras que no actúa en factores que desde diferentes ámbitos se apuntan como claves en este déficit como son la falta de competitividad y la sobreretribución que reciben otras tecnologías.

Además, desde la asociación se señala al regulador como el responsable de no haber repercutido en la tarifa durante los últimos años unos costes que estaban totalmente reconocidos, y de no haber esperado a la plena madurez de ciertas tecnologías, con su consecuente reducción de costes, para fomentar su desarrollo.

Por todo ello, y tras mostrar una vez más su rechazo a la nueva Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética por no aplicar una limitación temporal y por marcar la misma tasa impositiva a tecnologías maduras y a tecnologías más recientes, José Miguel Villarig concluía que, frente a lo que se quiere hacer ver desde diferentes ámbitos interesados en frenar el desarrollo de las energías renovables, hay que considerar estas tecnologías como una gran oportunidad para acabar con la dependencia energética que tiene nuestra economía de las importaciones de hidrocarburos, y con ello generar empleo, ganar en competitividad, mejorar nuestras exportaciones y potenciar nuestra I+D.