Maquinaria de gama ligera: una solución versátil para la construcción
A diferencia de la maquinaria pesada, su principal ventaja es su peso reducido, lo que facilita su transporte y maniobrabilidad en el lugar de trabajo ya que su peso suele estar dentro de los límites de montacargas y ascensores estándar. Esta ligereza también permite que se utilice en espacios interiores o en áreas donde las superficies son más delicadas, evitando daños y permitiendo el trabajo en entornos más acabados o sensibles.
Otro elemento por considerar es que la mayoría de estas máquinas son eléctricas, lo que implica una operación silenciosa y limpia, ideal para espacios cerrados o donde el ruido y las emisiones deben mantenerse al mínimo.
Por lo general, este tipo de equipos cuentan con controles ergonómicos y sencillos que permiten a los operarios manipularlas con rapidez, incluso en espacios reducidos o en terrenos irregulares. Esto, junto con su capacidad para acceder a alturas considerables y su autopropulsión en muchos casos, hace que sean extremadamente eficientes en tareas que demandan precisión.
Es en estos aspectos concretos donde se comprueba que la maquinaria ligera puede adaptarse perfectamente a las diferentes fases de la construcción de un edificio o nave industrial, de inicio a fin.
Si vamos a los casos prácticos, en un proyecto de construcción, todo comienza con el proceso de preparación del terreno y la estructura base. En esta fase, los trabajadores necesitan equipos que les permitan moverse ágilmente mientras preparan las cimentaciones y estructuras. Aquí es donde una plataforma de elevación ultraligera como la Elevah 40 Move se convierte en una aliada imprescindible. Su diseño ligero, que permite trabajar a una altura máxima de 4 metros, la convierte en la herramienta perfecta para labores preliminares como el marcado de estructuras o la instalación de sistemas de anclaje iniciales. Su peso ligero y dimensiones compactas hacen que sea extremadamente fácil de mover por la obra, incluso en terrenos irregulares y, al ser autopropulsada, el operario puede dirigirla desde la cesta, lo que agiliza el trabajo y mejora la seguridad.
A medida que avanza la construcción y se levantan las primeras paredes y estructuras, es necesario contar con maquinaria que permita el trabajo en áreas más altas. En esta etapa, los equipos verticales autopropulsados como la JLG NANO SP Plus o la BRAVI Leonardo HD Outdoor son indispensables. Con alturas de trabajo de más de 4 metros, estas plataformas son ideales para las primeras labores de montaje de sistemas eléctricos o tuberías. Su diseño compacto –cuentan con un ancho de 0,75 metros- y su capacidad de giro en espacios reducidos, les permiten moverse con facilidad entre los diferentes niveles del edificio. Además, el modelo NANO SP Plus facilita el acceso a zonas difíciles de alcanzar con otros equipos gracias a su balcón extensible, lo que resulta útil cuando se instalan sistemas de ventilación o iluminación.
Continuando el proyecto llega el momento de cerrar estructuras, montar paredes y trabajar en alturas más significativas. Las plataformas de tijera compactas como la Genie GS-1432 cobran protagonismo. Capaces de alcanzar más de 6 metros y soportar el peso de dos personas junto con el material necesario, estas plataformas son ideales para trabajos más pesados como la instalación de sistemas de climatización o la colocación de revestimientos y paneles. Su balcón extensible y autopropulsión permiten un movimiento fluido a lo largo de la obra.
En una fase más avanzada de la construcción, cuando se han instalado gran parte de las estructuras y es necesario trabajar en acabados o acceder a zonas elevadas para pequeños retoques, las plataformas unipersonales se convierten en la mejor opción. Estas plataformas, que pueden alcanzar alturas de trabajo de entre 9 y 14 metros, son perfectas para realizar trabajos de mantenimiento o ajustes finales en lugares donde otras máquinas no podrían acceder. Gracias a su diseño respetuoso con todo tipo de suelos y un peso máximo de 500 kg, son ideales para espacios ya acabados o delicados, como halls de edificios o zonas con suelos de mármol.
Asimismo, no todas las tareas requieren trabajar de manera vertical. En muchas ocasiones, es necesario sortear obstáculos horizontales, como marquesinas o tuberías, para acceder a áreas de difícil alcance. En estos casos, la plataforma articulada ligera - como la Genie Z-33/18 o la Snorkel A38E -, con un máximo de 3.850 kg y un alcance horizontal de 6 m, es la herramienta perfecta, proporcionando un alcance significativo que permite rodear estos elementos y facilitar la instalación de sistemas como iluminación exterior o señalética en fachadas. Este tipo de máquina es mucho más ligera que las plataformas de brazo convencionales, lo que reduce el impacto en los suelos y garantiza una mayor seguridad sobre forjados.
Por último, para trabajos que requieren acceder a grandes alturas, pero con un impacto mínimo en el entorno, las plataformas sobre oruga pueden ser una buena opción. Con su capacidad de alcanzar 36 metros y sin incluir contrapesos gracias a su base de apoyo, estas máquinas trabajan bien en espacios que deben mantenerse intactos o con suelos delicados, como iglesias, museos o edificios históricos.
La maquinaria de gama ligera es un componente esencial en la construcción moderna. Cada una de estas máquinas cumple un papel específico, permitiendo que los operarios realicen sus tareas de manera más segura, eficiente y adaptándose a las necesidades cambiantes de la obra. En un sector donde la rapidez y la precisión son fundamentales, contar con el equipo adecuado marca la diferencia entre un proyecto que avanza a buen ritmo y uno que se enfrenta a constantes retrasos y dificultades.
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